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VICE World News

Indiana condenó a 20 años de prisión por el asesinato de un feto a una mujer que aseguraba haber sufrido un aborto involuntario

Los defensores del aborto temen que la condena de una mujer de Indiana por feticidio podría sentar un precedente peligroso.
Imagen vía el Departamento de Policía del Condado de St. Joseph

Purvi Patel tenía miedo del feto sin vida y de la sangre que salía de su cuerpo y se derramaba sobre el suelo de su baño una noche de julio del 2013, pero tenía aún más miedo de contar a su estricta familia hindú que se había quedado embarazada tras una aventura con un compañero de trabajo casado. En estado de pánico, Patel envolvió el feto en toallas y una bolsa de plástico y lo escondió en un contenedor de basura cerca del restaurante de su familia en la localidad estadounidense de Mishawaka, en Indiana.

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Esa misma noche, Patel llegó al hospital con el cordón umbilical y la placenta aún dentro de su útero. El fiscal la acusó de negligencia grave y feticidio (esto es, de asesinato de un feto) y el jurado le condenó en febrero del 2014. Esta semana, casi 20 meses después del incidente, Patel, de 33 años, fue condenada a 30 años de prisión con 10 suspendidos por lo que ella sigue asegurando que fue un aborto involuntario.

Patel es la primera mujer acusada, condenada y sentenciada por intentar asesinar a un feto en los Estados Unidos de América. Hasta hoy, los expertos no han sido capaces de determinar cuántas semanas llevaba encinta en el momento del incidente. Algunos doctores han asegurado que el feto tendría apenas 23 o 24 semanas y que por lo tanto sería incapaz siquiera de respirar de forma autónoma.

Para los defensores de los derechos reproductivos de la mujer, su caso esconde la criminalización de la libertad de elección y establece un precedente peligroso para todas aquellas mujeres que busquen soporte y asistencia médica para embarazos no deseados y abortos involuntarios.

"Cuando estas leyes sobre feticidio se aprobaron, sus partidarios intentaron convencer a todo el mundo que nunca se aplicarían contra las mismas mujeres. De hecho, aseguraron que servirían para protegerlas", dijo a VICE News Alexa Kolbi-Molinas, consejera legal por los derechos reproductivos en la Unión de Libertades Civiles de América (ACLU). "La condena de Patel sencillamente expone las mentiras, la falsedad de que estas leyes tengan algo que ver con la protección de la mujer".

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Kelly McGuire, el tocólogo que examinó a Patel en el Centro Médico Regional St. Joseph la noche del incidente, testificó en el juicio que cuando supo la noticia corrió hacia el contenedor en el que Patel admitió haber escondido el feto sin siquiera quitarse la bata del hospital. El médico aseguró que el feto había superado ya el margen de resurrección y que presentaba un color gris azulado.

El doctor también testificó posteriormente que, a juzgar por el tamaño del útero de Patel y la longitud del cordón umbilical, el feto se habría estado gestando unas 30 semanas, lo que implicaría que había sido prematuro por 10 semanas.

"El bebé estaba frío y sin vida, pero me pareció que aparte de eso era un feto normal y sano", declaró McGuire al jurado. "No había ningún otro signo de trauma en el bebé".

Otro experto utilizó un controvertido "examen de flotación de los pulmones", una técnica desarrollada en el siglo XVII actualmente cuestionada por los expertos médicos, para determinar que el feto había respirado y por lo tanto había nacido vivo.

Al menos 38 estados de EEUU con leyes sobre homicidio de fetos han legislado también sobre feticidio, pero normalmente las penas se reservan a aquellos que llevan a cabo abortos ilegales, a cónyuges abusadores o a quienes ejerzan la violencia contra mujeres embarazadas. Solo unos pocos estados, incluyendo Indiana, han permitido que las mujeres encintas sean procesadas por feticidio.

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Kolbi-Molinas apuntó que, a pesar de que Patel fue la primera mujer embarazada en ser condenada por feticidio, se produjo un caso similarmente polémico en los juzgados de Indiana y los medios de comunicación internacionales entre 2011 y 2013.

Bei Bei Shuai, una inmigrante de origen chino, fue acusada de feticidio después de sobrevivir a un intento de suicidio con veneno de rata que mató a su feto de 33 semanas. Shuai rehusó declararse culpable del feticidio, lo que potencialmente podía acarrearle una sentencia de por vida. Posteriormente se declaró culpable de los cargos de imprudencia criminal que se le atribuían y fue condenada a 435 días de cárcel antes de poder pagar una fianza.

Otros estados también han utilizado las leyes de homicidio fetal contra las mujeres que estaban destinadas a proteger. En Mississippi, una mujer llamada Rennie Gibs, adicta a la cocaína, fue acusada de asesinato después de dar a luz a un feto muerto.

La aplicación poco rigurosa de las leyes salió a luz después de que la fiscalía de Colorado decidiera no presentar cargos por homicidio fetal contra una mujer acusada de usar un anuncio de Craiglist -de ropa de bebé- para atraer a una mujer embarazada a su casa y provocarle un aborto.

Los activistas temen en Indiana que este enfoque tan estricto de la ley pueda afectar, por ejemplo, a casos como el de Shuai y Patel. Esta interpretación de la ley podría hacer que las mujeres eviten la búsqueda de asistencia médica en el futuro por temor a ser acusadas de homicidio por tener un aborto involuntario. O, incluso, por la transmisión de VIH u otras enfermedades transmisibles a los fetos.

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"La legislatura de Indiana y las de otros estados han promulgado leyes restrictivas sobre el aborto en varias ocasiones", afirmó Kolbi-Molinas. "Esto es otro ejemplo de la falta de respeto a las decisiones personales y privadas de la gente y lo que son. Es parte de un mismo patrón".

Los fiscales en el caso de Patel citaron mensajes de texto entre Patel y un amigo, entre los que se mencionaban la compra de píldoras abortivas de una farmacia en línea como prueba de que ella era culpable de feticidio. No hubo rastros de drogas en su cuerpo y la policía nunca encontró pruebas que demostraban que compró las pastillas.

Los abogados de Patel argumentaron que no podía ser acusada de abandono infantil -lo que requeriría que el bebe hubiera nacido vivo- ni tampoco de abortar un feto no nacido. Pero los miembros del jurado, muchos de ellos con lágrimas en los ojos cuando se le mostraban fotos del feto en una bolsa de plástico, decidieron condenarla de forma independiente. Los abogados de Patel pretenden recurrir.

Kolbi-Molinas dijo que, mientras que los tribunales y los jurados deben basar su decisión en la Constitución y la ley, los casos de aborto suelen ser objeto de disposición política, especialmente en los estados conservadores. En Indiana, el gobernador republicano Mike Pence se enfrenta actualmente a una avalancha de críticas a raíz de la recién promulgada "ley de libertad religiosa", criticada por fomentar y permitir la discriminación contra la comunidad LGBT.

De acuerdo con el abogado de la ACLU, las mujeres de color y las personas de las comunidades con ingresos más bajos "están más condenadas que otras mujeres a este tipo de prácticas judiciales", empujándolas a tomar medidas más extremas, incluyendo el suicidio.

"Creo que tanto las leyes de feticidio como las de restricción del aborto afectan sobre todo a las mujeres más vulnerables y menos empoderadas", afirmó Kolbi-Molinas.

Sigue a Liz Fields en Twitter: @lianzifields