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Estados Unidos

Las razones por las que la industria 'fast food' no apoya a Donald Trump

Las corporaciones de refrescos y comida rápida de EE. UU. han invertido la mayor parte de sus donaciones en candidaturas republicanas como las de George W.Bush o Mitt Romney. ¿Por qué esta vez han apostado por Hillary Clinton?
Imagen vía Flickr usuario DonkeyHotey
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Este artículo fue publicado originalmente en Munchies.

Las industria de la comida y la bebida rápida había sido una proverbial partidaria del Partido Republicano. O, al menos, así había sido durante las dos últimas décadas. Tal y como lo certifica el Centro para las Políticas Receptivas, la industria —formada por bares, corporaciones de refrescos, productores de golosinas y, por supuesto, por las grandes cadenas de comida basura— acostumbraba a entregar el 70 por ciento o más de sus donaciones al Partido Republicano. De hecho, "los demócratas jamás han recibido más que un 40 por ciento de las donaciones".

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O, al menos, hasta las elecciones de este año.

Y es que este año el proverbial amor de Donald Trump por la comida basura ha sido desairado por todo lo alto. Por mucho que no se haya cansado de repetir su pasión por todos los productos que se pueden adquirir en los establecimientos en los que pides comida basura desde tu auto, a Trump le han dado con la puerta en los morros. Ninguna de las grandes corporaciones quiere seguir alimentando la boca del líder del pelo implantado.

Celebrando 1237. #Trump 2016-09-30

Esta vez ha sido Hilary Clinton quien ha recibido los donativos, valorados en más de un millón de dólares, de manos de las corporaciones de comida y bebida basura. Trump solo habría recaudado 152.000 dólares en toda su campaña. Las cifras son un auténtico desastre para los republicanos, especialmente si se las compara con las de las últimas elecciones, cuando los conservadores aplastaron a los demócratas. Sin embargo, la recaudación de fondos de esta campaña ha demostrado hasta qué punto Hillary está vapuleando a su rival a nivel recaudatorio.

Todo se debe, fundamentalmente, a que Clinton ha conseguido sacarles enormes pellizcos a las grandes corporaciones, mientras que las arcas de Trump han sido mayormente inseminadas por pequeños donantes. Basta con echar un vistazo a los máximos donantes de la campaña de Hillary —JP Morgan, Citibank, o la universidad de California, por nombrar a unos pocos— y compararlos con los de Trump, apoyado por firmas menos conocidas como Hawaiian Gardens Casino o Reanissance Technologies. Las cifras demuestran que los eslabones más elevados de las corporaciones estadounidenses están apoyando a Clinton — y la industria de la comida no es ninguna excepción.

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Oh, y para aquellos que puedan estar interesados, aquí va un listado de las corporaciones de comida y bebida basura que han apoyado económicamente a la campaña de Clinton, por mucho que llevaran dos décadas despilfarrando en líderes republicanos como George W.Bush, Mitt Romney o John McCain. Serían McDonalds, Coca-Cola, la fundación Anheuser-Busch, Monsanto, la fundación Paul Newman y Unilever.

Donald Trump en apuros: se le está acabando el dinero para la campaña presidencial. Leer más aquí.

¿Se debe a las salidas de tono de Trump? ¿A su misoginia? ¿Al abuso al que ha sometido a gente que considera gorda, como la ex Miss Universo Alicia Machado? ¿O será por los insultos xenófobos que ha dirigido contra los latinos, que han formado proverbialmente la mano de obra de estas monstruosas corporaciones? Lo mismo se deba a las mentiras compulsivas de Trump, o a su promesa de prohibir la entrada a los musulmanes en Estados Unidos, o a su velada incitación a la violencia, o… la lista no se termina nunca.

Es posible que la insospechada preferencia por Clinton se deba puramente a que la industria prefiera invertir su dinero en la que considera que será la campaña ganadora y no en ideología alguna. Tal y como Fred Hoefner, el director de la coalición del plan Nacional Agricultura Sostenible en EE. UU., ha declarado a Mother Jones, lo más probable es que la preferencia sea un reflejo del deseo de "ponerse de lado del candidato ganador".

Y llegados a este punto habría que hacer dos advertencias. Primero que Trump ha subido bastante en las encuestas últimamente y es posible que las últimas donaciones de la industria de la comida empiecen a reflejar esta tendencia. Y a la pregunta de cuál de las industria de comida que se ha mostrado más a favor de Trump que el resto, la respuesta es contundente: la cárnica. Varias corporaciones cárnicas habrían invertido grandes cantidades de dinero recientemente por la victoria del líder xenófobo.

No cabe duda de que Trump está siendo un candidato sui generis desde el arranque de la campaña, y lo cierto es que la ausencia de apoyo entre las grandes corporaciones resulta completamente insólita. En noviembre descubriremos hasta qué punto el cambio de orientación de las grandes ha sido o no una apuesta ganadora.

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