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VICE World News

Irak pide más ayuda a Occidente mientras continúan los ataques de Estado Islámico

En París se han reunido los líderes de más de 20 países que luchan contra el grupo yihadista, que acaba de tomar el control de Ramadi y otras partes de la provincia de Anbar en Irak.
Imagen por Al-Semaree/EPA

En una cumbre internacional celebrada para discutir la misión en curso contra el llamado Estado Islámico (EI), los líderes occidentales ponen la responsabilidad en las fuerzas iraquíes para llevar a cabo una ofensiva terrestre que permita recuperar el territorio perdido recientemente.

Como las limitaciones de los ataques aéreos se hacen evidentes, los EE.UU. han prometido proveer al gobierno de Irak con cohetes antitanques, cuyo primer ministro está pidiendo más armas y asistencia de inteligencia.

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Celebrada el martes en París, la cumbre reunió a líderes de más de 20 países que luchan contra el grupo yihadista, que recientemente tomó el control de Ramadi y otras partes de la provincia de Anbar en Irak el mes pasado.

El primer ministro iraquí, Haider al-Abadi, presentó un plan para reconquistar los territorios perdidos, especialmente mediante la formación y el equipamiento de milicias de las tribus sunitas, una estrategia que la coalición internacional respaldó. La coalición, que incluye a diferentes países occidentales y árabes, también acordó trabajar conjuntamente para detener los flujos de dinero y combatientes extranjeros al EI, combatir su maquinaria de propaganda, y proporcionar ayuda humanitaria a los ciudadanos iraquíes desplazados por la brutalidad de los insurgentes islamistas.

"Los socios de la coalición reafirmaron su unidad y su compromiso de trabajar juntos bajo una estrategia común con el objetivo de derrotar a Estado islámico, una amenaza para toda la comunidad internacional", se podía leer en el comunicado final de la reunión.

Pero fuera del guión diplomático de la reunión, los líderes mostraron divergencias entre lo que pide Irak y lo que puede ofrecer Occidente. En declaraciones a los medios de comunicación franceses, al-Abadi dijo que su país necesita armas e inteligencia para combatir en lo que promete ser una batalla urbana muy dura.

"La campaña aérea es útil para nosotros, pero no es lo suficientemente intensa", dijo en una entrevista con el diario Le Monde. "No queremos fuerzas terrestres sobre el terreno. Incluso si le preguntáramos a Estados Unidos por ellas, no nos las facilitarían. Necesitamos más ayuda inteligencia. No hemos recibido prácticamente armas o munición de la coalición. Hemos tenido muchas discusiones sobre el apoyo, pero no se ha acordado nada".

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Las armas de los EE.UU. ya van de camino a las fuerzas del gobierno iraquí, pero hay una preocupación generalizada de que las armas occidentales puedan caer en manos de los insurgentes. El propio Al-Abadi ha admitido que Estado Islámico capturó 2.300 blindados Humvees estadounidenses cuando Mosul cayó el pasado verano, además de otras armas.

La pérdida de Ramadi, capital de la provincia de Anbar de mayoría sunita, supone un importante revés para el gobierno de Irak, que perdió una gran cantidad de equipamiento cuando sus tropas se retiraron. A tan sólo una hora y media en coche al oeste de Bagdad, la caída de la ciudad es una de las victorias más importantes de EI desde el inicio de la campaña aérea de la coalición, que los EE.UU. lanzaron para contener el rápido avance del grupo en el norte de Irak el pasado verano.

Mira el documental de VICE News, "La batalla por Irak: milicias chiítas contra Estado Islámico".

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El secretario de Estado de los EE.UU, John Kerry, no estuvo en la reunión de París, debido a las lesiones que sufrió en un accidente de bicicleta el domingo. Estuvo representado por su adjunto, Anthony Blinken, quien admitió que, a pesar de la campaña de bombardeos, Estado Islámico sigue representando una amenaza grave.

"También reconocemos que Daesh [acrónimo de Estado Islámico en árabe] sigue siendo extremadamente resistente, despiadado, y capaz de tomar la iniciativa", dijo. "Tenemos que aprender de nuestros reveses".

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Blinken reiteró que la lucha "debe ser ganada por el pueblo iraquí", pero se comprometió a entregar cohetes antitanque tan pronto como sea posible, quizás esta misma semana.

"Una medida inmediata que hemos tomado es enviar cohetes antitanque para que sean usados contra los vehículos suicidas que tuvieron en Ramadi un efecto terrible", dijo.

Estado Islámico continúa utilizando vehículos blindados para llevar a cabo ataques suicidas contra las posiciones gubernamentales en Anbar. Cuarenta y un agentes de seguridad iraquíes murieron el lunes cuando tres Humvees cargados de explosivos se empotraron contra su base al norte de Ramadi.

El ministro de Asuntos Exteriores de Francia, Laurent Fabius, quien co-presidió la reunión con al-Abadi, dijo que serían las fuerzas iraquíes quienes deben retomar Ramadi sin la ayuda de las tropas occidentales.

"Hemos enviado aviones, pero no vamos a enviar fuerzas de tierra", dijo en la televisión francesa el martes. "Sobre el terreno, deber ser el ejército iraquí y la población quienes tienen que hacer el trabajo".

Fabius dijo que las intervenciones militares no podían tener éxito a menos que el gobierno iraquí tienda la mano a los árabes sunitas con "políticas más inclusivas". Estado Islámico alimenta el desencanto de los sunitas hacia el gobierno liderado por los chiíees, y los analistas han cuestionado si las fuerzas iraquíes serán capaces de mantener el territorio sin el apoyo de las tribus sunitas.

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"Esta población no va a actuar contra Daesh a menos que tengan la sensación de que el gobierno es inclusivo", dijo Fabius, aunque señaló después de la conferencia que el plan de al-Abadi había hecho progresos en este punto.

Canadá también descartó el envío de tropas de combate a Irak, y estaba de acuerdo con Francia con que deber ser el gobierno iraquí quien debe asumir la responsabilidad de retomar los territorios que perdió en mayo. Antes de partir hacia París, el ministro canadiense de Exteriores, Rob Nicholson, dijo que los bombardeos no bastan para expulsar a los combatientes de EI fuera de lugares como Ramadi y pidió a las fuerzas terrestres iraquíes que "lideren la lucha contra Daesh".

"Hay que estar sobre el terreno y deben ser los propios iraquíes", dijo Nicholson en una entrevista a The Canadian Press el lunes. "Nuestro apoyo aéreo ha sido de gran ayuda, y creo que es absolutamente necesario, pero al final serán los iraquíes los que tengan que volver a tomar las partes de su país."

Canadá está proporcionando 10 millones de dólares de "asistencia no letal" a las fuerzas iraquíes, incluidos robots de desactivación de bombas y gafas de visión nocturna. Funcionarios canadienses dijeron a VICE News que Canadá no ha enviado ningún tipo de armas ofensivas a Irak, a pesar de que ha transportado armas ligeras y municiones donadas por otros miembros de la coalición.

Nicholson anunció el martes que Canadá ayudará a financiar algunas de las prioridades discutidas en la reunión, incluyendo un programa de formación de jueces, investigadores y analistas financieros para parar el dinero no fluya a Estado Islámico.

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También dijo que su gobierno se compromete a donar 1 millón de dólares a la Interpol para ayudar a prevenir que los combatientes extranjeros lleguen a Irak. Alrededor de la mitad de los aproximadamente 30.000 combatientes de EI vienen de fuera de Irak y Siria, según el gobierno de Canadá, incluyendo cientos de yihadistas occidentales.

El objetivo de la misión de la coalición, cuyo objetivo son las fuerzas del grupo islamista y las estructuras de mando, es el de "degradar y destruir" la insurgencia desde el aire. Los estadounidenses afirman haber destruido 6200 objetivos, mientras que Canadá ha puesto en marcha más de 600 vuelos de combate utilizando sus seis aviones de combate CF-188 Hornet desde noviembre del año pasado. Francia ha proporcionado 12 aviones de combate y Australia seis. La fuerza aérea de Gran Bretaña está desplegando un escuadrón de aviones de combate Tornado, así como aviones no tripulados de ataque Reaper armados con misiles Hellfire.

Mientras que algunos países de la coalición, incluyendo Canadá y los EE.UU., también han enviado fuerzas de tierra para entrenar a las tropas locales y de apoyo a los bombardeos, no están autorizados a participar en misiones de combate. Sin embargo, muchos están operando en territorio peligroso. En marzo, el sargento canadiense de las fuerzas especiales, Andrew Doiron, murió por fuego amigo después de que las fuerzas kurdas lo confundieron con un luchador de Estado Islámico.

Doiron formaba parte de una misión de las fuerzas especiales canadienses que entrenando combatientes peshmerga kurdos, lo que ha llevado muchos comandos canadienses al campo de batalla del norte de Irak y de las líneas del frente.

 Sigue a White en Twitter: @jjjarthur