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Javier Duarte se fue: el polémico gobernador de Veracruz deja el cargo anticipadamente

El mandatario investigado por enriquecimiento ilícito y peculado solicitó esta miércoles al Congreso una licencia de ausencia hasta el término de su mandato para enfrentar las acusaciones de la Procuraduría General de la República.
Imagen por Karlo Reyes/Cuartoscuro.com
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Javier Duarte, el polémico gobernador de Veracruz, investigado por enriquecimiento illícito y peculado, abandonó anticipadamente su cargo.

Este miércoles, a las 5 de la tarde, Duarte entregó al Congreso del Estado su solicitud para ausentarse del cargo hasta el fin de su mandato, tal y como lo anució esa misma mañana durante una entrevista en la cadena de noticias más vista en México, Televisa.

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En el encuentro con el periodista Carlos Loret de Mola, el priista anticipó que en las próximas horas solicitaría licencia al cargo de gobernador para enfrentar las acusaciones en su contra que sigue la Procuraduría General de la República (PGR). También afirmó ser inocente y que no huirá del país, mientras las investigaciones continúen.

El día de hoy solicité a la @LegisVer licencia para separarme del cargo de Gobernador. pic.twitter.com/fchvZU3kzn
— Javier Duarte (@Javier_Duarte) 12 de octubre de 2016

"Como gobernador del estado, he defendido siempre el principio que la ley debe aplicarse sin distingo alguno. Sea quien sea y caiga quien caiga. Es decir, que todos seamos sometidos al escrutinio de la ley y se responda con claridad ante las instituciones", dijo Javier Duarte en un video publicado en su cuenta de Twitter.

Horas antes, había dicho en televisión que "Veracruz necesita un gobernador de tiempo completo y no puedo estar atendiendo las denuncias. Necesito el tiempo para atenderlas, ya es tiempo para dar la cara".

De acuerdo con el artículo 48 de la Constitución veracruzana, si el gobernador obtiene licencia del Congreso del Estado, tocará a los diputados locales designar a un gobernador interino para que funcione durante el tiempo que dure dicha ausencia. Actualmente, la Cámara de Diputados estatal está presidida por la diputada priista Octavia Ortega Arteaga, cercana a Javier Duarte.

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El veracruzano se va por la puerta trasera de su gobierno a 48 días de que finalice su administración. La fecha fijada en la constitución local era el próximo 1 de diciembre, cuando arranca el nuevo sexenio a cargo de su enemigo político, el opositor Miguel Ángel Yunes, quien ha prometido encarcelar a su antecesor.

La salida de Duarte parece que será ruidosa y con un tono de "si caigo yo, caerán otros": en la entrevista televisiva, aseguró que tiene evidencia de que su sucesor Miguel Ángel Yunes ha incurrido en actos de corrupción tan graves que debería ir a prisión. Y aunque no detalló esa evidencia, prometió que en los días siguientes hará pública la información que tiene sobre el próximo mandatario del estado.

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"Me quedo en Veracruz. No es un tema de huir, es al revés, es para dar la cara", señaló. "Es irrisorio decir que me robé 35 mil millones de pesos (…) No he hecho nada de lo cual me pueda sentir avergonzado, que me pueda sentir temeroso", dijo ante las cámaras.

Sin embargo, hay evidencias que apuntan a que Duarte sí podría haber desviado dinero del erario hacia sus bolsillos: la PGR halló información suficiente para iniciar en julio pasado una investigación "con carácter de urgente y confidencial" sobre propiedades del priista, así como de 69 empresas y personas ligadas a Duarte, entre ellas su esposa, su papá y su hermano.

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'El día de hoy voy a solicitar licencia al Congreso del Estado para dejar el cargo (…) Ya es tiempo para dar la cara'.

También el Servicio de Administración Tributaria (SAT) de la Secretaría de Hacienda presentó 32 denuncias penales por una red de empresas fantasma con las que el gobierno de Duarte desapareció 645 millones de pesos. Además, el suegro del aún mandatario está investigado por autoridades federales por el presunto desvío de recursos públicos de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario estatal. Tiene denuncias que siguen abiertas por su presunta participación en el asesinato del fotoperiodista Rubén Espinosa. Y se le ha vinculado con la compra de predios de lujo en Estados Unidos.

Los casos son, aparentemente, tan sólidos que su propio partido le suspendió el 26 de septiembre pasado sus derechos partidistas como militante. Con ello, se percibe que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) quitó a Duarte la protección del partido y del presidente Enrique Peña Nieto.

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Con esta salida anticipada del poder, Duarte entrega a un gobernador interino a un estado que con una crisis de violencia que incluye hallazgos de cadáveres de jóvenes, universitarios y campesinos; policías municipales infiltradas por los cárteles de Los Zetas y el Jalisco Nueva Generación; deudas a instancias públicas y proveedores del gobierno; y desfalcos millonarios que apuntan al mismo Duarte, políticos de su primer círculo y hasta familiares.

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