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VICE World News

La lucha de China contra las drogas se está convirtiendo en una guerra sin cuartel

Nuevas estadísticas de las autoridades chinas revelan que desde el pasado mes de octubre, 133.000 consumidores de drogas han sido sancionados y se han incautado 43 toneladas de narcóticos.
Imagen vía Reuters

China ha dado a conocer esta semana una serie de estadísticas que sugieren que la lucha contra las drogas en el país más poblado del mundo se ha convertido en una guerra en toda regla.

Según las autoridades chinas, desde el pasado mes de octubre más de 600.000 consumidores de drogas en el país han sido "sancionados", otros 133.000 han sido arrestados por delitos relacionados con las drogas, y se han incautado hasta 43,3 toneladas de drogas ilegales, lo que representa un aumento del 45 por ciento respecto al año anterior.

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El viceministro de Seguridad Pública Liu Yuejin aseguró que las autoridades estaban tratando de "prohibir las drogas en cientos de ciudades", y que las bandas de narcotraficantes del país han "sufrido un duro golpe". Liu señaló que nueve agentes de policía han sido asesinados durante la aplicación de estas medidas, supuestamente en enfrentamientos con traficantes.

Así como ocurre con muchas estadísticas sobre drogas en China, hay pocos detalles disponibles sobre los arrestos, el tipo de drogas que se consumen y el destino de aquellos que han sido encarcelados.

Redadas similares realizadas en el pasado han llevado a detenciones masivas y al cumplimiento obligatorio de programas en centros de desintoxicación — una estrategia que según los expertos en política de drogas rara vez da resultados positivos. Una ley antidroga aprobada en 2008 dio amplia autoridad a la policía china para determinar cómo proceder en casos relacionados con las drogas.

"Hay un elemento de seriedad en ello, están librando una guerra contra las drogas", dijo a VICE News John Collins, coordinador de Política Internacional sobre Drogas de la London School of Economics. "Pero redondear a 600.000 personas por delitos de drogas no ayuda en absoluto. Esto es un desastre".

Collins subrayó que China ha hecho algunos avances en cuanto a su política de salud pública se refiere, entre ellos la implantación de las medidas de reducción de daños, no obstante, el país "amenaza con deshacer este trabajo al tomar este enfoque — tan desacreditado a nivel internacional — sobre la guerra contra las drogas".

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'Redondear a 600.000 personas la cifra por delitos de drogas no ayuda en absoluto. Esto es un desastre'.

La guerra interna de China contra las drogas la ha hecho más asertiva en el escenario global. En un momento en que EEUU está relajando su insistencia en que otros países se centren en la incautación, China, junto con Rusia y otros países, han adoptado políticas de mano dura.

En marzo, China casi forzó una votación en la ONU que podría haber aprobado que la ketamina como anestesia se convirtiese en una sustancia controlada a nivel mundial. Esta droga, que en los países desarrollados la utilizan sobre todo los veterinarios, es un fármaco utilizado a diario en las regiones más pobres, donde a menudo es el único analgésico disponible. China, insistió en que sus problemas internos con la ketamina, que se suele mezclar con las anfetaminas, significaban que el mundo tenía que actuar.

Debido a que la mayoría de la ketamina utilizada en China se produce en el interior del país, la postura de Pekín dejó perplejos a algunos diplomáticos. Ante una ola de oposición, China aplazó la votación en la Comisión de la ONU sobre Estupefacientes, pero no abandonó el asunto por completo.

En ese momento, los observadores señalaron que China era uno de los mayores productores no sólo de la ketamina, sino de muchos de los productos farmacéuticos y químicos más comunes en el mundo. No estaba claro si China se posicionó para obtener beneficios económicos procedentes de la regulación de la ketamina, pero las incautaciones mundiales de precursores químicos chinos usados para la fabricación de drogas sugieren que el país está impulsando el comercio mundial de drogas sintéticas.

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En 2012, las autoridades mexicanas detuvieron un cargamento chino que contenía 32 toneladas de precursores químicos supuestamente destinados a ser utilizados en la producción de metanfetamina. El mismo año, se incautó un cargamento de casi tres toneladas de cloruro de metilamina, una sustancia química común pero controlada, en el Aeropuerto Internacional de Los Ángeles, donde según las autoridades estaba destinado a ser utilizado para la producción de metanfetamina en México.

En muchos sentidos, el problema de las drogas en China es un problema global, y viceversa. A nivel regional, la demanda de los consumidores chinos ha impulsado la producción de amapolas en la región fronteriza del Triángulo de Oro sin ley entre Myanmar, Tailandia y Laos. Y, a pesar de las grandes redadas, precursores químicos chinos usados para la fabricación de cocaína, heroína, metanfetamina y otras drogas siguen circulando hacia América Latina.

Según las estadísticas oficiales, la heroína sigue siendo la droga número uno en China. En 2012, el gobierno registró 1,27 millones de consumidores de opiáceos, pero los observadores dicen que la cifra real es probablemente mucho mayor.

Mientras tanto, la cada vez más urbanizada y próspera población china, ha desarrollado un gusto por las sustancias sintéticas, como la ketamina, el éxtasis y la metanfetamina. Según estadísticas oficiales de la ONU, China requisó el equivalente a 16 toneladas de metanfetamina en 2012, sólo por detrás de México y Estados Unidos, y aumentando en un 60 por ciento respecto a las cifras de sólo dos años atrás.

Varios casos destacados — entre ellos el arresto del hijo del actor Jackie Chan, Jaycee, de 32 años, en agosto de 2014 tras dar positivo en un test de marihuana — han llamado la atención sobre el consumo de drogas entre la alta sociedad China. El hijo de Chan, que fue condenado a seis meses de prisión, se disculpó por televisión, diciendo "fui el peor ejemplo, con la influencia más terrible". Ese mes, la CNN informó de que varias agencias de representación de artistas acordaron condenar el consumo de drogas y romper su relación con cualquier artista pillado tomando sustancias ilícitas.

La última ofensiva de China llega, quizá no por casualidad, en un momento de mayor fervor ideológico entre los miembros del partido. Desde que asumiera el poder en 2012, el presidente Xi Jinping ha presionado para lograr una mayor conformidad en las políticas educativas. El año pasado instó a las universidades a que intensificaran su "trabajo ideológico y político".

Sigue a Samuel Oakford en Twitter: @samueloakford