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VICE World News

Una de las niñas que escapó de Boko Haram explica su experiencia un año después del secuestro

VICE News habló con Peace, una joven de 18 años, que logró escapar de los militantes islamistas después de ser secuestrada junto a 275 compañeras de clase el abril pasado.
Photo via UNICEF

Cuando Boko Haram llegó a la escuela Chibok en el norte de Nigeria hace casi un año en la oscuridad de la noche, los militantes dieron a Peace, una joven de 18 años, y a sus 275 sus compañeras de clase una única elección: irse con ellos o ser asesinada.

De esos 276 niñas, 57 lograron escapar y regresar a sus casas. Algunas, como Peace, saltaron en marcha de los camiones que las portaban. A otras se las permitió correr detrás de los militantes cuando estos se dieron cuenta que no tenían suficiente espacio para todas. La gran mayoría de las colegialas siguen aun hoy desaparecidas —quizá con vida, quizá asesinadas.

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Peace —quien pidió a VICE News nombrarla con un seudónimo— ahora vive en Estados Unidos. Al menos una docena de las niñas de Chibok se han trasladado allí y están internadas en un colegio, según el abogado de derechos humanos Emmanuel Ogebe.

Ogebe, un ex preso político de Nigeria, participa en una iniciativa llamada "Education Must Continue", que según él representa la "antítesis" de Boko Haram, cuyo nombre traducido al inglés significa "la educación occidental está prohibida".

"Nos comprometimos a trabajar con las niñas, ofrecerles un lugar seguro y reubicarlas para brindarles una nueva oportunidad", explicó Ogebe a VICE News.

"Muchas de las niñas habían llegado a un punto en el que pensaban que no valía la pena volver a la escuela, porque pensaban que ningún lugar era seguro", dijo.

El grupo ha identificado 12 niñas más que pronto esperan abandonar Nigeria. "Ellas tuvieron la suerte de poder escapar", comentó Ogebe. "Ellas no fueron rescatadas. Se escaparon por sus propios medios. Volver a las escuela tiene mucho riesgo para ellas".

Peace, de 18 años, todavía puede recordar al máximo detalle la noche del 14 de abril de 2014. La mayoría de sus compañeras de clase se había quedado en la escuela, y se fueron a dormir a eso de las 23:00. "A eso de las 00:30 oímos los gritos de los guardias", dijo.

Peace no durmió esa noche —tuvo la responsabilidad para despertar a sus amigas. Una niña llamó a su padre, quien aconsejó a las chicas no correr porque nadie estaba seguro de la ubicación de los militantes.

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"Después de eso, y tras de 10 minutos, nos enteramos que Boko Haram había venido a nuestra escuela", dijo Peace, quien agregó que algunos militantes habían llegado en bicicletas, algunos en coches, y otros habían viajado a pie".

"Nos preguntaron, '¿Dónde está vuestro hijab?' Les dijimos que no teníamos hijab", contó. "Entonces nos pidieron ponernos de pie y caminar en una dirección. Empezamos a caminar y caminar".

Algunas de las colegialas aterrorizadas fueron transportadas en vehículos.

"Nos preguntaron: quién quiere morir? Y, quién quiere vivir?" recordó Peace. "Nos quedamos en silencio. [Dijeron] si quieres morir, quédate aquí, si quieres estar viva entra en este coche. Teníamos mucho miedo. Tuvimos que entrar en el coche, si no nos mataban. Entramos".

A medida que abandonaban su aldea, su educación y sus vidas, Peace empezó a susurrar a un amiga, una chica que ahora está con ella en Washington.

"Le dije a esa chica que no sabía a dónde íbamos", dijo. "Tenemos que saltar si queremos seguir vivas. Así que saltamos".

Las chicas corrieron y escaparon de los gritos que las perseguían. Según Peace, finalmente se quedaron dormidas cerca de donde saltaron. Después se despertaron, y se las arreglaron para encontrar alguien que las ayudó.

'Todavía existe una oportunidad de cambiar esto. Todavía podría haber un final de cuento de hadas'.

Peace se lastimó la pierna durante la fuga. "Me puse a llorar y llorar," dijo.

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Las chicas finalmente hicieron el camino de regreso a Chibok. Peace contó que su familia lloró de alegría cuando ella llegó.

Otras niñas de Chibok fueron menos afortunadas y aún están desaparecidas, posiblemente asesinadas o casadas forzosamente con combatientes de Boko Haram.

"Esto no es como los desaparecidos de [Airlines 370] Malasia, donde sabes que no hay esperanza de recuperación", dijo Ogebe a VICE News. "Todavía existe una oportunidad de cambiar esto. Todavía podría haber un final de cuento de hadas".

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Los combates han desplazado cerca de 1,5 millones de personas en el norte de Nigeria, con muchos refugiados que huyen a los países vecinos. Duvillier dijo que muchos de los refugiados forzados a huir a menudo son menores de edad que machan solos, desnutridos y sin vacunar.

Al menos 15.000 nigerianos han sido asesinados desde el año 2009, casi la mitad de ellos en 2014, cuando el nivel de brutalidad en el conflicto aumentó significativamente.

"Esas 200 niñas no deben ser olvidadas, pero al mismo tiempo no debemos olvidarnos de los 800.000 niños que están hoy fuera de sus hogares a causa de la violencia de Boko Haram", dijo Duvillier. "Esos niños no han recibido la atención que las niñas de Chibok han recibido. Ellos también merecen recibir atención. No nos olvidemos de las niñas Chibok, pero no perdamos la perspectiva de toda la situación que se está desarrollando de forma espectacular ante nuestros ojos".

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Un informe de UNICEF publicado este lunes asegura que los niños están siendo utilizados como "objetivos" y "armas", lo que significa que están siendo forzados a luchar o desplegados como bombas suicidas.

"Apenas hemos empezado a comprender el impacto generacional de lo que ha ocurrido", dijo Ogebe a VICE News. "Por lo que si esas niñas reciben enseñanzas para ser doctoras, tendrán que enfrentarse a muchas atrocidades y a lo que sobrevivieron a ellas.

"Algunas de ellas han dicho que quieren ser abogadas de derechos humanos como yo porque les inspiro con mi ayuda", añadió Ogebe orgulloso. "Esperamos que un día sean representantes de las niñas perdidas. Una forma de sacar un beneficio de tales terribles incidentes".

Para Peace, el ataque del pasado mes de abril significó su segundo enfrentamiento cara a cara con Boko Haram. El grupo atacó su antigua escuela en 2013, aunque en esa ocasión su blanco fueron los alumnos varones. Peace se negó a criticar al ejército de Nigeria por su fracaso en combatir la amenaza debidamente.

A nivel personal, ella aún cree que sus amigas pueden regresar. "Creo que la gente está esperando y rezando y quizás algún día volverán", afirmó. "Creo que algún día volverán".

La asignatura favorita de Peace en la escuela es inglés y educación física, y cuando se gradúe le gustaría ser doctora.

Peace dijo que quizás vuelva a Chibok cuando termine la escuela, pero por ahora está contenta de estar donde está. "Me fui de Nigeria porque vine aquí para escolarizarme", afirmó a VICE News. "Esto es tranquilo. Estoy feliz. En Nigeria no hay escuela. No hay paz. Por eso vine aquí".

Ver "La guerra contra Boko Haram (parte 1)

Sigue a Sally Hayden en Twitter: @sallyhayd