Latinoamérica está abandonando a Nicolás Maduro, mientras la oposición se organiza

La decisión del gobierno venezolano de disolver al parlamento tiene al presidente Nicolás Maduro entre dos filos: por un lado, un importante bloque de países latinoamericanos le ha dado la espalda y, por otro, la oposición alista su incursión en las calles para sacarlo del poder.

Entre las naciones que están dejando sólo al sucesor de Hugo Chávez están Colombia, Perú, Brasil, México, Chile y Argentina, que han manifestado su rechazo a la decisión que tomó el Tribunal Supremo de Justicia, dominado por el gobierno, de inhabilitar a la Asamblea Nacional, quitar el fuero a los diputados y otorgar facultades extraordinarias a Maduro para suspender las garantías en el país e invocar una Ley Marcial.

"[El Ministerio de Relaciones Exteriores en Lima] Anuncia que frente a la gravedad de estos hechos, el Gobierno de Perú ha decidido retirar de manera definitiva a su embajador de la República Bolivariana de Venezuela", ha sido la reacción del gobierno peruano, la más radical de todas.

Según la versión oficialista, la decisión se tomó porque la Asamblea Nacional —controlada por la oposición— estaría congelando la discusión parlamentaria, intentando llevar al país a una parálisis de gobierno.

"La Asamblea, estando en desacato, se autoanuló y los vicios, derrotas y ese proceder errático del Parlamento venezolano lo llevaron a esa sesión", explicó Cilia Flores, diputada oficialista y esposa del presidente Nicolás Maduro.

El argumento no ha calado en la comunidad internacional ni en los detractores de "socialismo bolivariano", por lo que la oposición aseguró que está preparando multitudinarias manifestaciones para llamar a elecciones presidenciales extraordinarias.

Hasta el momento, diputados opositores no han dado detalles sobre dónde, cómo y cuándo serían estas grandes protestas, pues quieren evitar que las fuerzas militares y policiacas del gobierno les impidan el paso en las calles. Sin embargo, han anticipado que su lucha será masiva contra lo que ellos llaman "un golpe de Estado".

Típicamente, un golpe de Estado ocurre cuando fuerzas militares o civiles antagonistas al gobierno se rebelan contra el presidente o primer ministro y toman el poder por la fuerza; en el caso de Venezuela, la oposición ha denunciado que se trata de una especie de "autogolpe" que busca minar al Poder Legislativo para otorgarle facultades ilimitadas al presidente Nicolás Maduro.

"Es un golpe de Estado progresivo, pero ya han cruzado la última línea, la línea roja, y por eso estoy aquí", dijo el líder opositor Henrique Capriles durante una rueda de prensa este viernes.

Hasta el mediodía de este viernes, una delegación de representantes de países latinoamericanos, incluidos "maduristas" y sus opositores, se encuentran debatiendo en la sede de la Organización de los Estados Americanos (OEA) si Venezuela puede, o no, permanecer como miembro de dicha organización por su decisión "antidemocrática".

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