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VICE World News

'Estamos listos para morir protestando por las restricciones fronterizas europeas'

VICE News ha visitado un campamento en la frontera entre Grecia y Macedonia donde a los refugiados les está siendo denegada su entrada por motivo de su nacionalidad. La ONU ya ha dicho que la prohibición vulnera el derecho internacional.
Photo par Oscar Webb
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"Si mueren, Europa y el mundo tendrán que responder", asegura Hamid, periodista iraní que acompaña a un grupo de paisanos suyos que se han sellado los labios en señal de protesta ante el trato que están recibiendo en la frontera de Grecia y Macedonia. Hay vidas en juego y es responsabilidad de todos evitar que se extingan.

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Los nueve iraníes los que acompaña Hamid son algunos de las 60 personas que se han declarado en huelga de hambre después de que se les haya denegado la entrada a Macedonia desde Grecia. La negativa es producto de un nuevo sistema de filtración desplegado por varios países europeos para bloquear el flujo de "migrantes económicos".

"No me encuentro muy bien. Llevo dos días sin comer nada", confiesa a VICE News uno de los iraníes que se ha declarado en huelga de hambre. Se llama Milad, tiene 20 años y hace unas horas se ha desmayado con tal mala suerte, que al caer se ha golpeado la cabeza contra las vías del tren en que él y los suyos aguardan sentados. El equipo de médicos voluntario le han inyectado suero intravenoso.

Los iraníes se han sellado los labios. Es su sombría reacción ante las nuevas medidas para impedir que entren en Europa. Muchos se han declarado en huelga de hambre hasta que les permitan la entrada a Macedonia. Imagen de Oscar Webb.

Milad y sus amigos son el símbolo humano que abandera la escisión abierta que se ha declarado en Europa unas semanas después del arranque de la ola migratoria.. Por un lado están los refugiados que huyen de una guerra o de una persecución. Por el otro los que oportunistas migrantes económicos que desean vivir en Occidente.

Para muchos la distinción es simplista y errática — sin embargo, la semana pasada Eslovenia decidió que solo permitiría la entrada de refugiados que se lo merezcan. Esto es, la de aquellos que huyan de los conflictos armados que azotan Siria, Afganistán e Irak. Las vecinas Croacia, Serbia y Macedonia, emularon enseguida el movimiento esloveno.

"Los migrantes económicos" no son bienvenidos, anunciaron. Acto seguido intentaron deportar a 168 marroquíes de vuelta a Croacia. El número de rechazados se ha disparado rápidamente y cada vez son más los que yacen atrapados en las fronteras de los países balcánicos.

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El Alto Comisionado de Ayuda al Refugiado de Naciones Unidas (ACNUR) proclamó el martes que denegar a nadie el derecho al asilo político por razón de su nacionalidad, representa una violación de la ley internacional. El organismo de la ONU ha advertido que el gran número de migrantes que se han quedado atrapados bajo la inclemencia del gélido invierno balcánico constituyen ya "un nuevo conflicto humanitario".

Milad, un iraní de 20 años, posa con los labios sellados en señal de protesta ante la nueva política fronteriza de Macedonia. Imagen de Oscar Webb.

VICE News ha visitado uno de los campos que quedan más allá de la aldea griega de Idomeni. Allí se concentran más de 2.000 personas que tienen muy claro que van a cruzar a los Balcanes y que seguirán su rumbo hasta Alemania u otros destinos del norte de Europa, a pesar de que ya se las ha comunicado que no son bienvenidos.

Las escenas que se presencian recuerdan a las que se viven en el campo de refugiados de Calais, en Francia, más conocido como la Jungla. La mayoría de los exiliados concentrados aquí duermen en tiendas minúsculas que han sido donadas por voluntarios. Cuando cae la noche, queman árboles y basura para combatir el frío.

Las manifestaciones se suceden a diario. El domingo pasado, VICE News presenció como cientos de personas rebasaron las líneas de contención de la policía griega. Eran muchos más y se dirigieron, a la carrera, rumbo al lado macedonio de la frontera.

El lunes, el grupo de iraníes, indignados ante la negativa macedonia a dejarles entrar, decidieron iniciar una manifestación silenciosa. Se cosieron las bocas. La perturbadora protesta se alargó durante todo el día. Los iraníes han decidido declararse en huelga de hambre hasta que les dejen pasar.

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El día antes, los iraníes se sumaran a las protestas de un grupo de migrantes llegados de Bangladesh y de Marruecos, que se enfrentaron a la policía antidisturbios macedonia. Cantaban y coreaban el grito de "¡Abrid la frontera!".

Los refugiados se enfrentan a las nuevas restricciones fronterizas adoptadas por varios países balcánicos. La ONU ya ha declarado que la medida es ilegal. Imagen de Oscar Webb.

Muchas de las personas atrapadas en Idomeni aseguran, a diferencia de los que proclaman las autoridades eslovenas, que no son migrantes económicos; VICE News ha hablado con muchas personas que se enfrentan a la persecución y a los conflictos armados en sus países de origen.

Milad procede del Kurdistán iraní. Cuenta que regresar a Irán no es una alternativa. Ni para él ni para sus amigos. "Si regresamos ahora seremos torturados y ejecutados", confiesan a VICE News.

"Algunos de nosotros nos hemos convertido al cristianismo. Otros tenemos conflictos políticos con el gobierno. Nuestro país es una dictadura. En Irán, la libertad no es una opción".

Milad lleva en Idomeni casi una semana. Por poco no llega. "Algunos de mis amigos y algunas familias, naufragaron. Yo mismo naufragué. Los guardacostas griegos nos rescataron. Pero algunos amigos y algunas familias, no lo consiguieron. Se ahogaron".

"Nos quedaremos aquí hasta morir si es necesario".

Ali tiene 19 años y es estudiante. Viene de Punjab, en Pakistán. Dice que ha volado hasta Europa por la guerra entre los talibanes y las fuerzas del gobierno pakistaní.

Pakistán está en crisis. Hay una guerra en curso en su interior. Hay bombardeos a diario. El año pasado murieron 132 niños murieron en un ataque en Peshawar. Nadie habla de eso. Allí la vida no es una opción", cuenta a VICE News.

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"He estado esperando durante ocho días. La mitad de los nuestros están enfermos — no tienen acceso a las medicinas adecuadas aquí", cuenta Ali. "Nuestro mensaje a Europa es: 'Por favor, socorrednos'. ¿Por qué no nos dejan entrar? ¿Acaso no somos seres humanos? ¿Cuál es el motivo? Es muy injusto. Si volvemos a Pakistán terminaremos sepultados por un bombardeo".

Alrededor de 1.000 personas se encuentran varadas en la frontera entre Grecia y Macedonia, informó el martes Naciones Unidas. Imagen de Oscar Webb.

Otro grupo muy numeroso de exiliados atrapados en Idomeni lo integran ciudadanos marroquíes.

Isam Mikishi tiene 21 años. Es programador informático y es marroquí. Isam se pregunta por qué ni a él ni a otros jóvenes marroquíes con estudios secundarios no se les permite entrar en Alemania.

"No somos delincuentes. Todos los marroquíes que estamos aquí somos gente que ha estudiado. ¿Por qué no podemos ir a Europa?, se pregunta. "Este viaje es muy peligroso. Ayer, 16 marroquíes murieron al naufragar en Grecia. Si regresamos, nos encarcelarán durante años. Tenemos prohibido abandonar el país".

Algunos refugiados intentan cruzar la frontera ilegalmente en otros lugares. Pero muchos son interceptados por la policía, que los devuelve a Idomeni.

Otros están regresando a Atenas para buscar rutas alternativas que les lleven a Alemania.

Se ha desplegado un sistema especial de autobuses, para trasladar a gente de Idomeni hasta la capital Grecia. Los voluntarios y los activistas están alentando a la gente para que regrese, pero muchos no quieren rendirse.

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Los Balcanes están plagados de vallas para disuadir a los migrantes. Eslovenia planea construir una nueva en su frontera con Austria. Desde Médicos Sin Fronteras, informan que Macedonia también está levantando su propia barrera.

Las organizaciones pro derechos humanos han denunciado los cierres de las fronteras en los Balcanes por prohibir el paso a la gente solo por razón de su nacionalidad. Ni siquiera examinan sus casos. Es una violación absoluta de la ley internacional sobre el asilo político.

En un comunicado emitido el pasado jueves, el ministro del interior esloveno aseguró que "necesitamos proteger a aquellos que lo necesitan, a todos aquellos cuyas vidas han sido amenazadas, que huyen de zonas de guerra".

Sin embargo, otros no conseguirán escapar de Europa necesariamente. "Ningún país tiene recursos y capacidad ilimitados, de manera que habría que acoger a aquellos que lo necesitan realmente", subrayó.

Isam, el programador informático marroquí, asegura que su viaje es cuestión de vida o muerte, una reivindicación que comparten muchos de los que le acompañan. Él lo tiene claro: "no tengo alternativa: o voy a Alemania o muero aquí".

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