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VICE World News

Los cuerpos se amontonan en las calles de Adén mientras se agrava la crisis humanitaria en Yemen

Observadores en Yemen dijeron a VICE News que la situación en la sitiada ciudad de Adén es extrema, con “montones de cuerpos apilados en las calles” y residentes desesperados por conseguir agua y comida.
Imagen por Wail Shaif Thabet/Anadolu Agency/Getty

Las fuerzas rebeldes hutíes y sus aliados siguen avanzando hacia Adén, una ciudad portuaria al sur de Yemen, mientras los intensos tiroteos y bombardeos del lunes desatan una crisis humanitaria que se agrava día a día.

Según las Naciones Unidas, al menos 500 personas — entre ellas 62 niños — han perdido la vida y 1.700 han resultado heridas en los combates en Yemen desde que la coalición liderada por Arabia Saudí iniciara los bombardeos en el país hace doce días.

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Observadores en el terreno en Yemen declararon a VICE News que el número de víctimas podría ser mucho más alto que las cifras oficiales confirmadas por la ONU.

"Hay montones de cuerpos apilados en las calles de algunos distritos, es imposible recogerlos y enterrarlos, por lo que nadie puede saber el número real de muertes", dijo por teléfono desde Adén el periodista yemení Bashraheel Bashraheel.

Bashraheel describió la situación que se está viviendo en la ciudad sitiada — que está sufriendo ataques aéreos, terrestres y marítimos — como "extrema", con hospitales "triplicando su capacidad". Los residentes, desesperados por conseguir agua y comida, han recurrido a "beber de las letrinas de agua sucia de los pozos", añadió. Además, amplias zonas de la ciudad han sufrido cortes de electricidad durante varios días.

"Hay enfrentamientos por todo Adén, ya no es posible entrar o salir de ninguna carretera", dijo Bashraheel. "Los hutíes tienen puestos de control en las principales rutas de la ciudad. No es posible moverse entre distritos. Hay francotiradores en los tejados, la gente está aterrorizada".

El presidente yemení, Abd Rabbu Mansour Hadi, estableció una capital temporal en Adén a finales de febrero después de escapar del arresto domiciliario impuesto por los hutíes en su residencia oficial en Saná. Hadi huyó en marzo a la vecina Arabia Saudí tras al avance de los rebeldes en Adén, y la ciudad es considerada ahora el último bastión de las fuerzas leales al presidente depuesto.

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Los rebeldes y las fuerzas leales a Hadi, también conocidas como 'Comités Populares', se han dedicado a jugar al mortal juego del gato y el ratón en toda la ciudad. La coalición árabe, que apoya a Hadi, ha lanzado ataques aéreos casi todas las noches en posiciones hutíes y ha facilitado armas a las fuerzas leales.

En un comunicado difundido el sábado, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) pidió un inmediato alto el fuego de 24 horas para permitir que entrara la ayuda humanitaria en el país, y poder facilitar el acceso a alimentos y agua para los residentes en zonas de intensos combates. "De no ser así, siendo claros, muchas más personas morirán", dijo Robert Mardini, jefe de operaciones del CICR en Medio y Cercano Oriente. "Para los heridos, sus posibilidades de supervivencia dependen de las acciones que se tomen en cuestión de horas, no días".

La Cruz Roja también informó de que tres de sus trabajadores humanitarios fueron "deliberadamente asesinados" en la última semana mientras llevaban a cabo sus funciones, entre ellas la distribución de la ayuda y la recuperación de los cuerpos.

En Saná, un bastión de los rebeldes, los locales denunciaron los continuos ataques aéreos, una situación humanitaria que empeora, y la feroz represión de los hutíes a las fuerzas de la oposición.

"Hay muchos ataques contra activistas y periodistas, la mayoría han huido de la ciudad, ya que temen por su seguridad, es una situación muy sombría", dijo a VICE News Kahled al-Hammadi, un periodista freelance que ha huido a un escondrijo fuera de la capital.

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Según informaciones de los medios locales, asaltantes hutíes irrumpieron en las oficinas de Islah, un partido islamista yemení, y detuvieron a unos 100 miembros del grupo después de que expresara su apoyo a la operación liderada por los saudíes.

En otras partes de Yemen, al-Qaeda en la Península Arábiga (AQAP), que ha tenido durante mucho tiempo un punto de apoyo en el sureste del país, utilizó artefactos explosivos improvisados y granadas propulsadas por cohetes en un asalto a al-Mulkalla, la capital de la provincia rica en petróleo de Hadramaut. Medios locales aseguraron que los militantes quemaron y saquearon edificios gubernamentales antes de las plegarias del viernes en la mezquita local. Khaled Batarfi, un líder regional de alto rango al-Qaeda, habría sido liberado de la cárcel de la ciudad, junto con otros cientos de reclusos.

'Hay muchos ataques contra activistas y periodistas, la mayoría han huido de la ciudad, ya que temen por su seguridad, es una situación muy sombría'.

Mientras Yemen se sumerge aún más en el caos, aumenta la preocupación de que AQAP y otras milicias islamistas radicales pretendan capitalizar aún más regiones.

"La infraestructura militar de Yemen está completamente destruida, y los únicos grupos que están sacando provecho, que se beneficiarían de todo esto son Estado Islámico y al-Qaeda", señaló a VICE News el comentarista y analista yemení Sama's Al-Hamdani.

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Ya hay señales de que este país profundamente fracturado se está dividiendo aun más. El lunes, Mohammad Musaed, asesor jefe adjunto de seguridad en Adén, rechazó la autoridad de los rebeldes y del presidente exiliado.

"Estamos en contra de ese idiota de Hadi, que extendió la batalla de Saná a Adén, pero también estamos en contra de los hutíes", subrayó Musaed al Yemen Times, dando a los rebeldes un ultimátum de 24 horas para abandonar la ciudad portuaria.

Los hutíes practican una forma zaidí del Islam chiíta que es en gran medida exclusiva del norte de Yemen. El gobierno de Arabia Saudí dominado por los suníes, respaldado por Bahrein, Egipto, Jordania, Kuwait, los Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Marruecos y Sudán, ha acusado a Irán, un país predominantemente chií, de apoyar a los rebeldes.

Al-Hamdani destacó que el rol de Irán en el conflicto no está tan claro, y especuló que la intervención extranjera podría desatar a una prolongada y sangrienta guerra.

"No puedes pensar en los hutíes como agentes de Irán, son yemenís utilizando el apoyo de Irán para su propio interés", añadió. "Los saudíes están preocupados, y no sin razón, por lo que está ocurriendo en la frontera, pero el problema es que tienen una estrategia a muy corto plazo, y no tienen un plan claro sobre cómo proseguir. Yemen ya estaba en una mala situación, y el equilibrio de poder se encuentra ahora todavía más desestabilizado.

Sigue a Harriet Salem en Twitter: @HarrietSalem