Retrato de Román Mourín por Aitor Fernáa
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En verano de 1938, el capitán de Román quiso destinarlo al cruce del Ebro. Entonces, Román desertó. Pero no volvió a casa, sino que permaneció oculto entre las diferentes quintas movilizadas en León y Oviedo. Antes de la ofensiva final, en la primavera de 1939, Román decidió entregarse a su compañía. Su capitán no pudo acusarle de nada, pero lo castigó destinándolo a la primera línea de frente en la toma de Ciudad Real.'Los fusilamientos eran ordenados por personas del clero y el ayuntamiento y se ejecutaban al amanecer'.
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