En medio de una fuerte tensión, la OEA se pronunciará sobre el futuro de Venezuela

A finales de mayo, la Organización de los Estados Americanos (OEA) tuvo que postergar el acuerdo que se tomaría con respecto a Venezuela por falta de consenso.

En esa reunión, ocurrida en Washington D.C. en el mes de mayo, países como México, Estados Unidos, Perú, Canadá y Panamá lideraron una propuesta en contra de la integración de la Asamblea Constituyente para cambiar la Constitución de Venezuela que el presidente Nicolás Maduro promovía.

Durante esta sesión, México y Venezuela se enfrascaron en una competencia para saber cuál país tenía la peor crisis. Mientras el diputado oficialista, Diosdado Cabello señaló que en México aparecían fosas clandestinas con cientos de muertos, el canciller mexicano, Luis Videgaray, reviró que en aquel país se estaba atentando contra la democracia.

La situación no quedó ahí, sino que escaló cuando el pasado 31 de mayo la canciller venezolana Delcy Rodríguez rechazó las declaraciones emitidas por Videgaray, quien había dicho que Venezuela tenía "rasgos autoritarios y sin democracia funcional". La canciller no tardó en responder: "Narcotráfico, asesinato de periodistas y violencia social convierten a México en uno de los países más peligrosos del mundo".

Ahora paradójicamente, será en México donde se realice la próxima Asamblea General del 19 al 21 de junio en Cancún, y previsiblemente sea Delcy Rodríquez quien acuda a la reunión.

Mientras esto sucede, las acusaciones contra el gobierno de Maduro aumentan. Apenas el lunes, la Fiscal General de Venezuela, Luisa Ortega, denunció que su familia ha recibido amenazas. Además, según la fiscal, patrullas del servicio de inteligencia la han estado siguiendo, por lo que responsabilizó al gobierno de Maduro si algo les sucede.

Esta denuncia se dio pocas horas después de que un tribunal falló en contra de un recurso legal que presentó precisamente para intentar detener la elección de los miembros de la Asamblea Constituyente.

El mismo día de la denuncia de la Fiscal, un grupo de encapuchados incendiaron la Dirección Ejecutiva de la Magistratura del Tribunal Suprema de Justicia, el cual declaró inadmisible el recuso.

Además, a unos días de la 47 sesión ordinaria de la Asamblea General de la OEA, el presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski, declaró que Venezuela podría volverse "un mar lleno de sangre". De igual forma señaló que los debates en organizaciones multilaterales no han avanzado.

Algunos de los países latinoamericanos que defienden la administración de Maduro son Bolivia, Ecuador y Nicaragua.

Desde marzo, Luis Almagro, Secretario General de la OEA, dejó clara su postura con un informe sobre la situación en este país sudamericano. "Los hechos no dejan lugar a dudas. Venezuela viola todos los artículos de la Carta Democrática Interamericana. La democracia y los derechos humanos son valores que deben estar por encima de la política", escribió entonces Almagro, luego de que el gobierno de Maduro anunciara su decisión de salirse de la OEA.

Se espera que durante la próxima reunión de la OEA se pueda llegar a un acuerdo sobre el conflicto en Venezuela, donde las protestas ya han dejado más de 60 muertos.

El acuerdo de una declaración no fue posible en mayo pasado debido a que la propuesta de EE.UU., México, Perú, Canadá y Panamá pedía cancelar la Asamblea Constituyente en Venezuela y era muy crítica con el Gobierno de Nicolás Maduro, mientras que la presentada por los 14 países de la Comunidad del Caribe (Caricom) no recogía esas demandas.

En lo que sí coinciden los borradores es en pedir el cese de la violencia a todas las partes, un nuevo proceso de diálogo, la creación de un grupo que lo acompañe y en la invitación a Venezuela a reconsiderar su decisión de dejar la OEA.

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