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El número de menores asesinados en Brasil se ha duplicado en los últimos 25 años

Según un informe de Unicef, la mayoría de estas víctimas son niños negros, pobres y viven en la periferia de grandes urbes. Un miembro de Unicef apunta: 'los adolescentes no se están matando entre ellos, muchos mueren a manos de la policía'.
Imagen por Lunae Parracho/Reuters

El número de homicidios contra personas menores de 19 años se ha duplicado en Brasil en los últimos 25 años, pasando de los 5.000 casos de 1990 a los 10.500 de 2013, según un informe de Unicef Brasil. Esto quiere decir que, en promedio, 28 niños y adolescentes son asesinados cada día en el país.

Las cifras utilizadas para realizar el documento fueron aportadas por Datasus, una agencia estatal del Departamento de Gestión Estratégica y Participativa del Ministerio de Salud, que tiene la responsabilidad de recopilar, procesar y difundir información sobre la salud.

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La mayoría de estas víctimas son "niños negros, pobres, que viven en la periferia de las grandes 
ciudades", según detalla el documento.

"La tasa de homicidios entre los adolescentes negros es casi cuatro veces mayor que la que existe entre la los blancos", y haciendo una distinción por género, "el hecho de ser hombre multiplica el riesgo de ser víctima en casi 12 veces" añade.

En una comparación internacional, Brasil ocupa el segundo puesto del ranking mundial de homicidios a menores, después de Nigeria. En términos porcentuales de asesinatos a jóvenes por cantidad de población, Brasil ocupa el cuarto lugar a nivel global.

Una de las conclusiones de este informe es que "los asesinatos de niños negros, pobres y de periferias que se producen a diario en el país no generan la misma conmoción que causan las muertes de los niños blancos. Las muertes de adolescentes negros son a menudo justificadas, de forma equivocada, por conflictos entre facciones rivales y el tráfico de drogas".

"Los adolescentes no se están matando entre ellos, sino que son las principales víctimas. Muchos mueren a manos de la policía", dijo a VICE News Mario Volpi, coordinador del Programa Ciudadanía del Adolescente de Unicef.

Según las estadísticas del Anuario de Seguridad Pública en 2013, al menos seis personas mueren en Brasil en manos de la policía cada día.

"La ley y el sistema protegen a los policías cuando comenten un homicidio, y esas muertes no se investigan, por lo que es difícil tener estadísticas fiables. Pero nosotros sabemos que muchos de los adolescentes que mueren cada día en Brasil lo hacen en manos de la policía o de las milicias, que son como paramilitares, y otros en manos de vigilancia privada. El sistema de justicia normalmente falla en favor de la versión policial de los hechos" denuncia Volpi.

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Según datos de la Asociación Brasileña de Criminología, de cada 100 homicidios cometidos en Brasil, solo un máximo de 8 son resueltos.

Por otro lado, el reporte de Unicef destaca que durante estos últimos 25 años el 60 por ciento de los brasileños mejoró su renta y 39 millones de personas salieron de la pobreza extrema, acompañando la escalada del país entre las principales economías del mundo, donde avanzó desde el puesto 13 al 7.

"Brasil debe ahora centrarse en los más excluidos. Para ello, se requieren acciones específicas, capaces de llegar a los niños y adolescentes que han sido dejados atrás " dijo Gary Stahl, Representante de Unicef en Brasil.

'Los adolescentes no se están matando entre ellos, sino que son las principales víctimas. Muchos mueren a manos de la policía'.

La publicación del informe se produce en en un momento de debate social sobre la reducción de la mayoría de edad penal de los 18 a los 16 años. El debate llegó a la Cámara de los Diputados, con un extendido apoyo de la población, y con una tenaz oposición de movimientos sociales y partidos de izquierda.

"La principal preocupación brasileña tiene que ser cuidar a los adolescentes, no criminalizarlos. Se sobredimensionan los crímenes realizados por adolescentes, pero solo el 0,01 por ciento de los jóvenes brasileños comenten un delito grave. No es justo criminalizarlos y ponerlos en la cárcel con los adultos. Es una discusión demagógica", agregó Volpi a VICE News.

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Una decena de menores internados ilegalmente en Centros de Internamiento para Extranjeros en España. Leer más aquí.

El informe de Unicef también hace directa vinculación entre las muertes de menores y el debate sobre la mayoría de edad penal. "Se puede observar un movimiento de sectores de la sociedad queriendo responsabilizar a los adolescentes por la violencia. En verdad, las sentencias de muerte recaen todos los días sobre adolescentes, particularmente negros, en todo el país", apunta.

El ministro de Justicia Eduardo Cardozo advirtió a los diputados de la base aliada del Gobierno que reducir la mayoría de edad penal equivaldría a saturar aún más las cárceles brasileñas — que ya tienen un déficit de más de 220.000 plazas — y que tendría otros efectos colaterales, como el permiso para que adolescentes de 16 años puedan beber alcohol y conducir.

El pasado 1 de julio la Cámara de los Diputados de Brasil debatió la aprobación de la ley que reduce la mayoría de edad penal de 18 a 16 años para los crímenes graves. Si bien la votación obtuvo una amplia mayoría en favor de la nueva ley, no alcanzó a los dos tercios necesarios para realizar una enmienda constitucional, por lo que finalmente la ley no fue aprobada por apenas 5 votos. Este resultado fue interpretado como una destacada victoria para los movimientos de izquierda y el Partido de los Trabajadores (PT), contrarios a la medida.

El presidente de la Cámara, Eduardo Cunha del Partido del Movimiento Democrático de Brasil (PMDB), uno de los principales defensores de la medida y un fuerte opositor del gobierno de Dilma Rousseff, vivió una de sus mayores derrotas, aunque después de finalizar la sesión declaró que "la votación todavía está muy lejos de haber terminado" ya que la cantidad de diputados que votó a favor de la modificación es significativo.

Un informe publicado este año por el medio de investigación Agência Pública asegura que el sistema de justicia normalmente falla en favor de la versión policial de los hechos. Los tribunales aceptan las versiones de la policía aunque estas contengan numerosas contradicciones y haya pruebas que señalan que hubo uso excesivo de la fuerza o incluso una ejecución extrajudicial.

"En Brasil hay una cultura de que la muerte de un adolescente negro y pobre es algo normal. Tenemos que desnaturalizar toda muerte adolescente" concluyó Volpi.

Sigue a Tomi Di Pietro en Twitter @tomidipietro