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A meses de los 'Juegos de Río', este es el estado de la ciudad brasileña

Millones de dólares después, las familias desalojadas de las favelas siguen esperando que el gobierno cumpla sus promesas de una vivienda digna. Mientras, las instalaciones construidas están completamente abandonadas, cediendo al paso del tiempo.
Imagen vía Clare Richardson/VICE News

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Cuando Brasil se ganó el derecho a ser anfitrión de los Juegos Olímpicos 2016, parte de los habitantes de Río de Janeiro esperaban que el mega evento deportivo hiciera que la ciudad mejorara su infraestructura y la calidad de vida. Pero esa idea jamás se materializó, y ahora, seis meses después del los Juegos, el Parque Olímpico sigue en pie como testimonio del verdadero legado que dejó Río 2016: millones de dólares en proyectos sin usar o que se desmoronan a lo largo de la urbe, además de una promesa sin cumplir para aquellas familias que fueron desalojadas de sus hogares para erigir las instalaciones.

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Los enormes estadios del Parque Olímpico de Río que fueron construidos para impresionar a los visitantes de todo el mundo, hoy están completamente desiertos. Aunque han reabierto como áreas de recreación pública en enero pasado, además de los ocasionales guardias de seguridad, apenas hay presencia en sus 300 acres que costaron 800 millones de dólares.

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Sólo una semana después de que el alcalde de la ciudad Marcelo Crivella asistiera a una ceremonia en Parque Olímpico en enero, el lugar se quedó vacío. Y no es difícil decir por qué: no hay nada qué hacer, más que pararse en las descuidadas arenas deportivas; y cruzar el pavimento puede convertirse en una prueba de resistencia física en pleno verano.

Uno de los pocos vendedores en el parque es Vinicius Martini, de 26 años, quien se encuentra bajo una sombrilla junto a su carrito de cerveza. "He visto unas 12 personas desde que llegué, hace 12 horas", nos dice el vendedor. "Y no he vendido ninguna cerveza".

Vinicius Martini, vendedor de cerveza en las instalaciones deportivas de los Olímpicos 2016.

Martini cuenta que los servicios básicos como la electricidad, el agua y acceso sanitario que estuvieron disponibles durante la gran inauguración del parque ya no están. Pero Martini ha decidido aprovechar el espacio para tener derechos de venta preferenciales en el futuro, cuando el parque servirá para realizar grandes eventos, como el festival de Rock en Río.

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El Parque Olímpico simboliza una estructura especialmente repelente para la gente que fue echada de sus casas para construirlo. Cientos de familias vivían junto a la la laguna cercana al Parque, en una favela llamada Vila Autódromo, y el gobierno decidió "limpiar" la zona de manera agresiva a fin de que no diera una mala imagen a los asistentes al magno evento.

Estadio acuático para los Juegos de Río.

Maria da Penha, una de las residentes de Vila Autódromo, fue una de las principales críticas y opositoras a la campaña del gobierno. De acuerdo con sus declaraciones, fue golpeada e intimidada por la guardia municipal de Río cuando se negó a dejar su hogar. Pero luego de que su experiencia sirviera para atraer la atención de los medios y dar a conocer la historia, da Penha y otros 19 residentes lograron un acuerdo para asegurar la entrega de un espacio en el lugar donde se encontraba la favela.

"La gente no creía que de verdad fueran a construirse las casas", dice Maria da Penha.

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La mujer se convirtió en un símbolo de resistencia para aquellos que fueron desalojados por la fuerza. La agencia de noticias Agência Pública documentó 100 casos similares en toda la ciudad, dando detalles sobre los intentos del gobierno para ocultar la pobreza que permea la ciudad, así como por hacer promesas de entregar casas.

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Maria da Penha, una de las desalojadas.

"Este es un caso del sector privado usando la seguridad pública para beneficiarse", explica el esposo de Maria da Penha, Luiz Claudio da Silva, de 54 años.

Sin embargo, su victoria tiene un sabor agridulce. Los residentes recibieron filas de estériles casas públicas en un aislado campo de asfalto. "Tenemos derechos, y los tenemos por escrito", expresa da Penha. "Nuestra lucha continúa".

Aun así, no parece probable que Vila Autódromo obtenga la infraestructura prometida.

Luego de que un auto arrollara al perro de un vecino, los habitantes de lo que fue Vila Velódromo improvisaron esta cerca.

Río ha recurrido al desalojo de favelas cuando descubre el potencial en bienes raíces en alguna parte de la ciudad. Pero ni siquiera los grandes inversionistas han ganado. El revitalizado y concurrido barrio en el que querían convertir la zona de Barra da Tijuca no ha logrado materializarse, y los medios locales reportaron a principios de este mes que la ciudad está negociando préstamos de bajo costo para vender los miles de apartamentos abandonados en la Villa Olímpica a empleados del gobierno.

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La soledad del Parque Olímpico se acentúa si tomamos en cuenta que se encuentra lejos del centro de la ciudad. Para llegar al parque en transporte público se necesitan dos horas y varios transbordos. La actual situación es triste, pero cuando se sale de la estación del metro construida para llegar a los Juegos Olímpicos, en los vagones se puede escuchar un optimista anuncio: "¡Sonríe! Has llegado a Barra da Tijuca".

***Todas las fotografías son de Clare Richarson.

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