Los mexicanos van a elecciones locales tras una campaña marcada por acusaciones de corrupción

El próximo domingo 5 de junio, en 14 estados, de los 32 que conforman la República Mexicana, se realizarán elecciones locales y gubernamentales.

En medio de un país con graves casos de corrupción y violencia, los mexicanos saldrán a las urnas a elegir a sus representantes. Se trata de una elección intermedia que podría dar una idea de lo que vendrá en las elecciones presidenciales de 2018.

Los partidos políticos saben lo que está en juego y por ello han buscado de diferentes maneras obtener el voto ciudadano. Spots en televisión, actos de campaña, y publicidad en las calles son algunas de las cosas que se ven todos los días en el país. Sin embargo, en medio de una lucha electoral, en la que los candidatos se han acusado unos a otros de colaborar con el crimen organizado, la gente cada vez vota menos.

El analista político John M. Ackerman comenta a VICE News que no cabe duda de que el narcotráfico tiene implicaciones en la guerra electoral que llevan a cabo los partidos políticos, al menos en los tres principales: PRI (Partido Revolucionario Institucional), PAN (Partido Acción Nacional) y PRD (Partido de la Revolución Democrática). "La narcopolítica es un realidad, varios líderes del PRI han sido acusados por instituciones internacionales de nexos con el narco, corrupción y lavado de dinero", dice.

"Lo interesante de estas elecciones es que se le está cayendo la máscara al sistema electoral, ahora la gente apuesta por nuevas opciones como los candidatos independientes o los nuevos partidos políticos. Los partidos acostumbrados a comparar votos, al fraude, cada vez tienen menos aceptación, ganan por la mínima diferencia", explica el analista.

— ¿En un México de corrupción, violencia e impunidad tiene aún cabida el sistema de partidos?

— El sistema actual no. Pero tampoco el boicot electoral o la anulación del voto. Es decir, se puede votar y además participar políticamente en otros sentidos como defender la autonomía de un municipio, crear policías comunitarias, protestar en las calles o apoyar iniciativas ciudadanas. El voto no excluye otras formas de lucha.

Desde el estado fronterizo Tamaulipas al norte del país, donde las elecciones se harán bajo la sombra de las drogas y la violencia, hasta Oaxaca, hogar de la huelga de profesores, pasando por Veracruz, donde el gobernador ha sido acusado de fraude público, la carrera refleja algunos de los principales problemas que enfrenta México.

El tradicional PRI

Estas elecciones locales serán una prueba fundamental para que el PRI, el partido dominante en México, pueda mantenerse en el poder de cara a las presidenciales de 2018.

Después de 71 años de que el PRI estuvo como partido único en el poder, los cuales terminaron en el año 2000, México presume de tener una democracia altamente competitiva, donde hay diez partidos políticos registrados, y otros candidatos independientes participando abiertamente; pero aún, para muchos, las instituciones encargadas de asegurar un juego limpio no han desarrollado el mismo ritmo.

"Es decepcionante, aunque no sorprendente, que la democracia mexicana siga teniendo tantos problemas", dijo Alberto Fernández, científico político de La Nueva Escuela en Nueva York, a este medio: "los partidos no respetan las reglas del juego, y no parecen tener intenciones de hacer funcionar el sistema".

El Instituto Nacional Electoral (INE), organismo independiente responsable de actuar como juez en las elecciones, declaró en alerta a cinco estados advirtiendo el riesgo de violencia y fraude.

Elecciones y narco

Se considera que la competencia más controversial está ocurriendo en Tamaulipas, estado que limita con Estados Unidos, plagado de guerras contra la droga y acusaciones de complicidad entre las autoridades y el crimen organizado.

Los candidatos Baltazar Hinojosa del PRI, y Francisco Cabeza de Vaca del PAN, se han acusado mutuamente de tratos ilícitos con los cárteles, mientras que el PRI suspendió los derechos partidistas a tres candidatos, alegando que traficantes de droga, confabulados con el candidato del PAN, intentaron comprarlos.

"Hay algunos estados en México más turbios políticamente que Tamaulipas", declaró a VICE News el analista político Jesús Cantú. "Existe fuerte evidencia de nexos entre la élite y el crimen organizado, pero el gobierno federal se niega a tomar cartas en el asunto".

Se piensa que la compra de votos, abuso en los presupuestos de campaña, y financiamientos ilícitos crecen en México, especialmente en áreas rurales, donde los votantes que viven en condiciones de pobreza pueden ser fácilmente convencidos de vender su voto.

Edgardo Buscaglia, investigador académico sobre leyes y economía en la Universidad de Columbia, quien ha observado de cerca varias elecciones mexicanas, y vigilará las de este año en el estado costero de Veracruz, dijo a VICE News que "todos los partidos tienen una mentalidad de mafia respecto a la política, los cuales dependen de dinero sucio y prácticas ilegales para obtener votos".

La pobreza y el voto

Ningún otro lugar en México tiene una diferencia tan grande entre pobres y ricos como el sur; ahí está Oaxaca, en donde el resultado de la contienda gubernamental podría ser la respuesta para las continuas disputas sobre la Reforma Educativa entre el sindicato de profesores y el gobierno federal.

La Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), se encuentra actualmente en huelga nacional para derogar la reforma del 2013, la cual exige a los profesores aprobar un examen estandarizado o enfrentar la expulsión. Compuesta en su mayoría por profesores rurales de los estados del sur, la CNTE argumenta que dichas pruebas son injustas, además de que forman parte de una conspiración mayor del gobierno federal para privatizar el sistema público.

El descontento general de algunos sectores hacia la CNTE hace ver en Alejandro Murat, del PRI, el regreso del partido alguna vez dominante al poder, después de un espacio de seis años, durante el cual el sindicato de profesores paralizó virtualmente el sistema de educación.

Corrupción

La izquierda mexicana es un conjunto casi siempre dividido, de fuerzas que rara vez trabajan en equipo durante el periodo de elecciones. El Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), que se registró oficialmente como partido político en 2014, está buscando ganar su primer estado, Zacatecas, en el centro-norte de México, así como tomar control en la recién creada Asamblea Constituyente en la Ciudad de México.

Pero incluso Morena, como sus rivales de izquierda, ha visto a sus miembros acusados de corrupción. El candidato gubernamental del partido en Zacatecas, David Monreal, ha sido cuestionado sobre el origen de su fortuna de 1,5 millones de dólares, mientras que su hermano, Ricardo Monreal, jefe de una delegación en la Ciudad de México, ha sido formalmente acusado de desviar recursos públicos para la campaña de su hermano.

La actual temporada de elecciones ha desplegado un controversial debate sobre una reforma federal anticorrupción que se ha estancado en el congreso entre dimes y diretes políticos.

A principios de este año, un grupo de ONGs mexicanas presentaron su propia iniciativa de transparencia llamada "Ley3de3", animando a los políticos a que rindan declaraciones públicas de sus bienes, sus intereses y una declaración fiscal.

"Es fácil para ellos apoyarla públicamente porque es una ley muy bonita en papel, pero los investigadores carecen de habilidades para ir tras las fortunas de los políticos en México", dijo Edgardo Buscaglia.

Un proceso electoral manchado de sangre

La corrupción también estará en la agenda de Veracruz, un estado extremadamente turbulento en el Golfo de México, donde unos 18 periodistas han sido asesinados desde el 2010. En dicho estado, dos organizaciones criminales, el Cártel Jalisco Nueva Generación y Los Zetas, han llevado a cabo una guerra por el control de la zona, que ha dejado más de 10 muertos la última semana, de acuerdo con reportes de la prensa local.

Asimismo, el gobernador Javier Duarte fue acusado la semana pasada de haber malversado más de 35 millones de dólares a través de un elaborado esquema de desvío de recursos, según una investigación periodística, mientras que la Auditoría Superior de la Federación detectó irregularidades en los gastos de los fondos públicos en 2014.

El analista político Alberto Fernández dijo que la falta de liderazgo político, la desigualdad social y la terrible supervisión de las finanzas públicas, son todos factores por los que el progreso democrático ha sido tan lento desde que el país optó por un sistema multipartidista en los años 90.

"Obviamente ha habido avances en la democratización del poder, pero esto no se ha hecho junto con instituciones fuertes, transparentes, capaces de regular las elecciones", dijo a VICE News. "La democracia mexicana sigue sin conocer las necesidades de sus ciudadanos".

(Rogelio Velázquez contribuyó a este reportaje)

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