FYI.

This story is over 5 years old.

Juegos Olímpicos

El caso de la gimnasta Nadia Comaneci o el cuerpo de la mujer al servicio de la propaganda

La historia de Nadia Comaneci, la gimnasta que a sus 14 años consiguió el 10 en 7 pruebas perfectamente ejecutadas en las Olimpiadas de Montreal de 1976, también es la historia de la instrumentalización del cuerpo femenino con fines propagandísticos.
Una fotografía de Nadia Comaneci en 2005 contrapuesta a una imagen de ella con 14 años en la promoción de Singapur 2012. (Imagen por Barbara Walton/EPA)
Síguenos en Facebook para saber qué pasa en el mundo.

"¡Un 10 perfecto!". Nadie se lo esperaba. El marcador no estaba preparado para mostrar esa cifra, y de ahí que apareciera un 1.0. El comentarista lo gritaba durante la retransmisión: ¡Un 10! ¡Perfecto!.

Esa muestra de excelencia, que fue obra de la joven gimnasta Nadia Comaneci, sucedió en Montreal, durante los Juegos Olímpicos de 1976, y marcó un antes y un después en la historia de su disciplina, a la vez que se convertía en una enseña nacional de la Rumanía socialista de Ceausescu.

Publicidad

El pasado 18 de julio se cumplió el 40 aniversario de la efeméride.

El cuerpo de esa niña, convertida en heroína nacional, se transformó en un instrumento de la propaganda del régimen, primero, y luego, en un símbolo del anticomunismo en Estados Unidos, el país que la acogió. Comaneci encarnó entonces, junto las en aquellos días también jovencísimas actrices Jodie Foster y Brooke Shields, un modelo de belleza que la llevaría a protagonizar anuncios de ropa interior.

La escritora francesa, Lola Lafon, recogió todos estos apuntes biográficos en su novela La pequeña comunista que no sonreía nunca. Una obra que relata la historia de supervivencia de la joven gimnasta, su huída de un régimen autoritario y la exitosa carrera empresarial de Nadia Comaneci, todavía hoy eclipsada por esos seis minutos de ejecución perfecta, por esos siete ejercicios impecables que acaban de cumplir cuatro décadas.

Lafon construye un diálogo ficticio con la gimnasta rumana basado en libros, artículos, películas, vídeos y enlaces de internet, pero también en fantasías y suposiciones. De ahí surge, tal y como explica a VICE News, "una tentativa de examen de lo real, pero ciertamente, no una biografía de 'revelaciones'".

La escritora asegura que le mandó un correo a la gimnasta, y que, a pesar de que ella se mostró cortés e interesada en el proyecto, no hubo más comunicación entre ellas. Asimismo sucedió cuando VICE News se puso en contacto con el socio de Comaneci, Paul Ziert, quién un mes antes de la publicación de este artículo se mostró dispuesto a trasladarle a la exgimnasta una serie de preguntas que finalmente nunca fueron respondidas.

Publicidad

Deporte y política

Todos los regímenes, totalitarios, autoritarios y hasta democráticos han instrumentalizado el cuerpo de las mujeres.

"La sección femenina de la Falange hizo exactamente lo mismo con las mujeres españolas. Diseñó una serie de ejercicios físicos para no malmeter 'el grácil cuerpo femenino'", recuerda a VICE News el historiador Xavier Carmaniu.

El Plan Estatal 14.25 de la socialista República Democrática de Alemania (RDA) es, para él, un buen ejemplo de la manipulación del cuerpo de las atletas en el ámbito olímpico. Durante la década de los 70 y hasta la caída del Muro se llevó a cabo, en este país, un suministro de testosterona y anabolizantes sistemático que llegaría a producir hasta cambios de sexo en algunas competidoras.

Carmaniu entiende que el reciente escándalo de dopaje supuestamente planificado en el equipo olímpico ruso responde a lógicas propagandísticas análogas a las de la RDA. La misma lógica que empleó el gobierno rumano al apropiarse del logro de la jovencísima Comaneci con fines políticos.

El Partido Verde ofreció dinero a estrellas del deporte a cambio de apoyo en redes sociales. Leer más aquí.

En una entrevista a la revista Elle, cuando le preguntan sobre la novela, Nadia Comaneci confirma que el personaje que Lola Lafon presenta en su libro no está tan alejado de ella: "No entiendo porque inspiré a esta autora. Yo solo hice mi trabajo". Comaneci es dura, y con un carácter determinado. Tan determinado que le obliga a uno a replantearse la imagen de ella como una persona sumisa y sin criterio.

Publicidad

"Huyó de Rumanía, se convirtió en una heroína y en una empresaria. Es una historia de superación y no se ha valorado así. Cuando se la recuerda es por ser la niña con cuerpo de niña que consiguió el 10 perfecto. Aún hoy se la presenta como una persona débil y manipulable", señala Isabel Muntané, codirectora del Máster de Género y Comunicación de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB).

A Comaneci no se le perdonó que creciera. A los cuatros años los periodistas escribían sobre la desaparición de su magia, un proceso al que Lola Lafon se refiere como la enfermedad de hacerse mayor. Y algo que las medallas de oro que continuaría ganando en las competiciones venideras no conseguía disimular. No se le perdonó que creciera, coinciden Muntané y Lafon.

"El ideal femenino en las revistas de hoy día es una niña de 14 años photoshopeada para aparentar 28, y que hace que las mujeres de 40 parezcan enfermas", opina la escritora.

"Cada vez vemos más claro como se hipersexualiza a las niñas, se las maquilla, se hacen concursos de mises… Se venden sostenedores para niñas de 10 años con 'trampa'. O se las acusa de ser demasiado niñas", añade la académica. Para Muntané, la vara de medir siempre es el deseo del hombre, cuya imagen se identifica con la del poder, también en el ámbito deportivo.

Comaneci es mucho más que seis minutos de ejercicios. Pasa de estar al servicio de la Rumanía de Ceausescu a convertirse en un objeto utilizado para incentivar el consumo, de ser un modelo para las gimnastas a protagonizar realities. Un camino que evidencia hasta que punto el cuerpo de las mujeres está sujeto al permanente escrutinio y al designio de un poder en masculino que ahoga impenitente el resto de atributos femeninos.

Sigue a Quique Badia en Twitter: @qbadiamasoni

Sigue a VICE News en español en Twitter: @VICENewsES