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crimen y drogas

Este neonazi italiano es el hombre más buscado de Bolivia

Fue paracaidista de formación y fascista de vocación, y formó parte del terrorismo de estado italiano de los 70. En los años 80 buscó refugio en Bolivia, se casó con la nieta del dictador Banzer y se convirtió en narcotraficante.
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En la noche del 31 de enero de 2004 un italiano huye de la clínica de Santa Cruz, en Bolivia, donde se recuperaba de un infarto de miocardio. El paciente logra inexplicablemente burlar el estrecho control de los agentes de seguridad que le custodian y se esfuma sin dejar rastro. Desde entonces, nadie más le ha visto.

Se trata de un súbdito nacido en Abruzzo que cumple una condena de 10 años de prisión. ¿Su delito? Organizar el tráfico de 8 toneladas de cocaína entre el país andino y Europa.

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La vida de Marco Marino Diodato del Gallo, que así se llama el escapista, atraviesa medio siglo de existencia estrepitosa y funambulesca entre Italia y Bolivia, el país que le ofreció refugio primero y después, le brindó el éxito.

Diodato del Gallo desembarcó en Bolivia después de haber participado en la formación de los escuadrones paramilitares transalpinos de los años 70. Sin embargo, cuando la democracia empezó a fortalecerse y la justicia estaba por pisarle los talones, huyó a Bolivia, proverbial exilio de nazis y fascistas.

Mucho antes de eso, Diodato había nacido en San Giovanni Teatino, en la provincia del Chieti. Se enroló en el ejército temprano y se convertiría en paracaidista antes de ser reclutado como agente de policía. En los años 70 se acerca a los activos círculos del neofascismo italiano. No tardará en empezar a formar parte activa de masacres y de atentados.

No queda muy claro qué papel ha jugado Diodato en el terrorismo de estado (o el terrorismo negro, como se le llama en Italia). Sin embargo, cuando a principios de los años 80 el estado italiano impone una dura represión contra la extrema derecha, muchos paracaidistas no dudan en emular los pasos de muchos de sus compañeros: huir rumbo a Sudamérica.

Esta foto de unos niños italianos haciendo el saludo nazi ha desatado la polémica. Leer más aquí.

El destino de Diodato será Bolivia, un país que albergaría a otros neofascistas famosos, como Stefano delle Chaie, fundador de la Vanguardia Nacional, o Pierlugi Paglia, implicado en la masacre de Bolonia. Y completará el cuadro de desaprensivos Klaus Barbie, un comandante nazi de la Gestapo, que terminará siendo juzgado por crímenes contra la Humanidad.

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A Barbie se le conocía como "el verdugo de Lyon" y tendrá la suerte de encontrarse con el trato de favor de las complacientes juntas militares que gobiernan el país andino.

El ingreso en la alta sociedad boliviana

A su llegada a Bolivia, Diodato se integra rápidamente en la sociedad local, probablemente gracias a la presencia de otros terroristas de estado, sus viejos amigos. Estos le procuran el visado directo a una vida en que no se priva de nada: negocios, poder y mujeres hermosas que se lo rifan.

Diodato apela a su pasado como paracaidista para reinventarse como instructor del ejército boliviano. Claro que será poco menos que un trámite, su ascensión será tan corrupta como meteórica. Primero es proclamado teniente y, luego, capitán honorario.

En 1986, se casa con Gina Banzer, recién proclamada Miss Santa Cruz, un título, que al igual que la boda, es facilitado por influencia del abuelo de la miss, el general Hugo Banzer.

El general Hugo Banzer y su nieta Gina, esposa de Diodato del Gallo. Imagen vía danostamper714/Flicker

Banzer había llegado a lo más alto del poder boliviano en 1971 tras orquestar un golpe de estado adecuadamente respaldado por Estados Unidos. El militar impondrá su mano de hierro y un régimen dictatorial escabroso que será recordado por la persecución de los Derechos Humanos, los asesinatos extrajudiciales, la represión y los secuestros políticos. Durante su gobierno desaparecen centenares de personas.

Después de contraer matrimonio, las ocupaciones de Diodato se expanden. El fascista italiano aparca su carrera militar y se deja atraer por un flamante negocio: los juegos recreativos. Participará en la importación de máquinas tragaperras procedentes de Estados Unidos y de Argentina.

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Y, finalmente, en los años 90, apuntala su debilidad por el negocio del juego e inaugura tres casinos simultáneamente. Lo hará en otros tantos hoteles de lujo repartidos por toda la geografía boliviana: en la capital, La Paz, en Santa Cruz, su lugar de residencia, y en Cochabamba.

El auge y la decadencia de Diodato serán tan fulgurantes como vinculados a la voluntad de la familia Banzer, que es la que gobierna los hilos de su vida.

El general Hugo Banzer es derrocado en 1978, año en que se exiliará forzosamente en la Argentina. Muchos años después regresará a su país de origen sediento de poder. Y esta vez, decide a postularse como candidato democrático, sin golpes de estado ni ejército de por medio.

De tal manera, en 1997 demostrará que cuando la corrupción es buena, el ejército es casi un instrumento decorativo, y es elegido presidente "democráticamente" como líder de una coalición formada por 7 partidos.

La nueva e imparable ascensión de Banzer a lo más alto de la política boliviana abrirá de nuevo las puertas del poder a Diodato.

El general decide encomendar al esposo de su nieta una delicada tarea en la qual ya está versado: formar un grupo paramilitar cuya misión será proteger a la sociedad civil de los narcotraficantes. Tal y como relata un amigo de confianza de Diodato, en 1998 el neofascista italiano arranca con la instrucción de una decena de militares, a quienes suministra un equipamiento modernísimo. Bajo su dirección nacerá la Fuerza de Reacción Inmediata del Ejército (nada menos que el FRIE).

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Las cosas, sin embargo, no tardarán en torcerse para Diodato.

Drogas, interceptación y reciclaje

El 17 de junio de 1999 Diodato es arrestado por la policía boliviano junto a otros tres italianos —su padre, el cónsul y un empresario de Abruzzo—. Los tres serán encerrados en una prisión de máxima seguridad.

Se les acusará de estafa, malversación de fondos, fraude informático y de poner en riesgo la seguridad pública. Según concluyen las investigaciones, Diodato habría clonado los teléfonos móviles de varios agentes de narcóticos del gobierno boliviano para interceptar sus comunicaciones con los narcos.

Claro que los cargos enseguida se le complicarán. Se le acusará también de haber orquestado el envío de 8 toneladas de cocaína rumbo a Italia vía Estados Unidos. Según los investigadores, Diodato ha contactado con el clan mafioso de los Santapaola de Catania, en Sicilia.

De acuerdo con el departamento de Estado de Estados Unidos, el italiano es "un narcotraficante vinculado a la mafia siciliana". En ese momento, Hugo Banzer, el dictador que le había entregado a su nieta y el imperio de las tragaperras, se ve obligado a darle la espalda.

Ahora que interpreta, el personaje de político democrático dice cosas como: "Nadie elige a su familia". Tales serán las palabras públicas que proclamará el autoritario militar el día después de la operación policial que se ha llevado por delante a Diodato. "Solo se elige a los amigos", sentencia.

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Pese a todo, son muchos los que continúan apoyando a Diodato, quien sigue declarándose inocente. Gina Banzer le ha dejado, pero el exparacaidista y narco transalpino denuncia que existe una trama orquestada en su contra.

"Toda Santa Cruz se convenció de que la única explicación de su procesamiento se explicaba por un monumental error judicial", evocará su ex mujer años más tarde. "De hecho, cuando la policía presentó sus cargos contra él por primera vez, el público se reía".

Algunos de los cargos, como el que le imputa haber clonado los móviles de las fuerzas especiales, no se logran demostrar. Sin embargo, se le termina declarando culpable de un delito de narcotráfico internacional y condenado a diez años de cárcel en septiembre de 2000.

Diodato es encerrado en la prisión de máxima seguridad de Palmasola, no lejos de Santa Cruz, donde vivirá a cuerpo de rey, gracias todavía a los muchos privilegios que ha acumulado mientras se codeaba con la aristocracia ultraconservadora del país. Al menos eso será lo que dirán tanto sus compañeros de correccional como los medios locales, por mucho que discernir la leyenda de la realidad no resulte tan fácil.

"En la cárcel de Palmasola, Diodato está envuelto por un dispositivo de seguridad que no consiente que nadie se le acerque, con o sin autorización", relató a el periódico El Deber Rolando Fernández, ex director nacional de la policía judiciaria.

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Algunos expresos también han declarado a las páginas del mismo rotativo boliviano que Diodato gozará de privilegios tales como introducirse en la sección femenina de la prisión, donde se mete con la excusa de practicar ejercicios de fitness.

Una calle de Santa Cruz, Bolivia. Imagen por Jan Beck/Creative Commons

El traslado a la clínica Bilbao y la fuga.

En marzo de 2001, Diodato padece un ataque al corazón mientras se encuentra en su celda. Se le somete a una cirugía coronaria de urgencia y se le implanta un bypass. Acto seguido es transferido a la clínica Bilbao de Santa Cruz.

Según ha denunciado El Deber, los privilegios de que dispone Diodato en el hospital, también serán extraordinarios: dispone de una línea telefónica privada y se le permite salir a correr.

Diodato conocía bien las bambalinas del poder. En sus años en Santa Cruz corrompe todo lo que toca, de manera que a nadie le extrañará que se haya ganado el favor de los guardias que, supuestamente, le escoltan.

Así, una vez ha gestionado el control de su régimen de encarcelamiento, Diodato lleva a cabo un nuevo y fascinante número de escapismo. La noche del 31 de enero de 2004 se fuga de la clínica Bilbao sin dejar rastro. Cuando los guardias entran en su habitación solo encuentran un teléfono móvil, algo de ropa y una bolsa colgada de la pared.

Allí, en el interior de la bolsa, dejó escrita una reivindicación política:

"La máxima expresión de cobardía y de violencia se produce cuando alguien se aprovecha de la Justicia para obtener la condena de inocentes", abunda Diodato. "Hoy en día, yo tengo claro que no existe la manera de recuperar mi libertad. Ha llegado la hora de volver a luchar y de seguir haciéndolo hasta caer como un guerrero en el campo de batalla más hermoso de mi vida, aquel en que la hipocresía, la falsedad y la infamia no tienen la menor cabida".

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La inteligencia boliviana despliega a sus hombres, pero parece que nadie consigue siquiera oler el rastro del escapista. Según algunas fuentes habría cruzado a Brasil provisto de un pasaporte falso y de una peluca. Otros, sin embargo, defienden que nunca se ha ido de Santa Cruz, donde según cuenta un exministro boliviano, "contaba con una estructura y con una protección muy fuerte".

Según la reconstrucción elaborada por el periódico El Deber, la fuga de Diodato habría estado facilitada por algunos políticos prominentes, probables cómplices en sus tramas de tráfico de estupefacientes. Estos le habría cubierto los espaldas.

¿Dónde termina Diodato?

El 27 de febrero de 2004, un mes después de la desaparición de Diodato, la juez Mónica Van Borries, responsable de algunas de las investigaciones de los delitos del transalpino, es asesinada en un atentado.

La magistrada se acababa de subir a su automóvil cuando alguien hizo estallar un artefacto instalado en la carrocería del vehículo. Inmediatamente todas las sospechas apuntan al exparacaidista. Y una vez se intercepta al autor material de los hechos, este confesará haber actuado en nombre de Diodato. No existen a día de hoy informaciones sobre el paradero de Diodato.

Aparentemente nadie le ha vuelto a ver desde que se esfumó. Claro que, al mismo tiempo, se han armado las teorías más disparatadas. Según el periodista Herland Campos Reimers, autor del libro "Diodato: el final de un fugitivo", el efímero revolucionario se habría suicidado poco después de su fuga, víctima de una severa depresión.

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La versión del suicidio ha despertado el escepticismo de varios periodistas bolivianos, como Michel Irusta y Wilson García Mérida. Según ellos, Diodato nunca se habría ido de Santa Cruz, donde habría podido contar con la protección de la Unión Juvenil Cruceñista, una formación paramilitar que según las organizaciones humanitarias se trataría "de un escuadrón de ultraderecha que emplea métodos ilegales, violentos y racistas".

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Según fuentes policiales reproducidas por el rotativo Sol de Pando, Diodato se habría afiliado al grupo en 2001 y después de convertirse en fugitivo habría contribuido al entrenamiento de sus militantes.

La Unión Juvenil Cruceñista (UJC) es una opositora proverbial del presidente boliviano Evo Morales y de su Movimiento al Socialismo (MAS), el partido político que dirige. Los miembros de la UJC ha librado su particular batalla por la independencia con emboscadas y atentados sangrientos.

Una de sus escaladas de violencia se produjo el 11 de septiembre de 2008. Entonces, el movimiento paramilitar quiso orquestar un golpe de estado en la región de Santa Cruz. Sucedió que paralelamente se organizó una manifestación en la que un grupo de indígenas se manifestó a favor de Evo Morales.

Los paramilitares irrumpieron en la protesta pacífica y abatieron a 13 de los socialistas. Aquel episodio sería conocido como la masacre de El Porvenir y muchos han denunciado que habría sido orquestado por Diodato.

Diodato sigue a día de hoy en busca y captura en Bolivia y está en la lista negra de Estados Unidos. Sin embargo, ya han pasado 8 años de aquella matanza y sigue sin existir rastro alguno de su paradero. Si sigue vivo, habrá cumplido ya los 59 años en libertad.

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