Imagen por Jorge Torres/EPA
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La oposición ha anticipado que la jornada de hoy es un farsa: aseguran que desde 2007, cuando Ortega regresó a la presidencia después de un mandato entre 1979 y 1990, el oficialismo se ha dedicado a perseguir con fiereza a sus contrarios, a quienes ha encarcelado, cooptado, sacado de la política con polémicos fallos u obligado a huir del país.Como resultado, la dupla Ortega y Murillo tiene a competidores que les garantizan un triunfo sin sobresaltos: cinco candidatos, prácticamente desconocidos para la mayoría de los nicaragüenses, que juntos no logran ni el 12 por ciento de los votos. Y según la ley electoral vigente de la nación centroamericana, Ortega y Murillo sólo necesitan el 40 por ciento de los votos para ganar."La oposición a Ortega no está en la boleta. Él se aseguró de tener control del Consejo Supremo Electoral (el árbitro de los comicios) y ha usado ese control para sacar a la real oposición de las elecciones y financiar partidos satélite que actúan como oposición", declaró el mes pasado Ana Margarita Vijil, la presidenta del Movimiento Renovador Sandinista, un grupo que solía apoyar a Ortega y ahora lo desprecia.La queja de Vijil tiene una referencia cercana: en julio pasado, el Consejo Supremo Electoral decidió quitarle el control del Partido Liberal Independiente (PLI) a Eduardo Montealegre, el principal opositor de Ortega en las pasadas elecciones presidenciales y el único que representaba una molestia real para el mandatario nicaragüense, lo que borró del mapa político a Montealegre.En Nicaragua y Colombia están las mejores urbes emergentes de América Latina. Leer más aquí.
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En caso de ganar, Ortega se perpetuaría en el poder, al menos, hasta 2021 y juntaría casi 25 años como presidente, una paradoja en su biografía política pues él llegó a ser una figura de peso en su país gracias a que peleó contra la dictadura de la familia Somoza mediante el Frente Sandinista de Liberación Nacional.Hoy, muchos de sus compañeros sandinistas han reclamado a Ortega convertirse en aquello que odiaba: un político obsesionado con mantenerse al frente de la presidencia y perseguidor de opositores."Fue una revolución muy bella, lo que pasa es que fue traicionada. Ahora es una dictadura familiar de Daniel Ortega. Eso no fue lo que apoyamos nosotros", ha dicho el poeta y sacerdote sandinista Ernesto Cardenal.Además de la elección de presidente y vicepresidente, los nicaragüenses votarán por diputados nacionales, departamentales y de las regiones autónomas de la Costa Caribe, quienes son electos por cinco años.Sigue a Martín Andrade en Twitter: @godomartoSigue a VICE News En Español en Twitter: @VICENewsEsDaniel Ortega promueve a su esposa para que sea la vicepresidenta de Nicaragua. Leer más aquí.