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ESPAÑA

“No nos morimos, nos matan”. Así vivimos la marcha del 7N contra las violencias machistas

Miles de personas marcharon por las calles de Madrid para pedir por primera vez en una marcha unitaria convocada por el feminismo que la violencia de género sea cuestión de estado.
Miles de mujeres y hombres marcharon por el centro de Madrid para denunciar las violencias machistas. (Imagen por Daniel Ochoa de Olza/AP)
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Nunca hasta ahora había ocurrido. Que miles de personas recorrieran las calles de Madrid para gritar que el machismo mata, que las mujeres son asesinadas a causa de él y exigir al gobierno español y los partidos políticos que la lucha contra la violencia de género sea una cuestión de estado.

Pero fue posible y el movimiento feminista demostró una vez más su poder de convocatoria al mover por la Gran Vía madrileña a mujeres, hombres, mayores, jóvenes, niños y niñas que habían llegado de todas las partes de España en una marcha que duró casi tres horas.

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Poco antes de las diez y media de la mañana el paseo del Prado era ya un ir y venir constante de gente. Las organizadoras de la marcha, convocada por cerca de 400 organizaciones feministas de todo el país, preparaban la cabecera. Junto a la estación de Atocha, los autobuses, que habían viajado de noche en la mayoría de los casos, iban dejando a los participantes. Venían de Asturias, Cantabria, el País Vasco, Cataluña o Andalucía. En total, 268 vehículos.

Las delegaciones se agrupaban y marchaban por el paseo del Prado hasta el comienzo de la marcha para ir colocándose según les indicaban las organizadoras. La gran mayoría vestía de violeta, el color del feminismo. Todos portaban su pancartas. "No nos morimos, nos matan", decía un cartel. "Contra el patriarcado, poder clitoriano", se leía en otro.

Un grupo de unas 100 mujeres y hombres — del Consejo Local de la Mujer de Fuenlabrada (Madrid) — marchaban agarrados del brazo con sus petos violetas. "Una, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve….", enumeraban las asesinadas por sus parejas o ex parejas en lo que va de año — 41, más cinco casos que están en investigación.

A las 12 del mediodía, Ángela González, cuyo ex marido mató a su hija durante un régimen de visitas sin supervisión y cuyo caso llegó hasta las Naciones Unidas, comenzó a leer el manifiesto: "El movimiento feminista denuncia que las violencias machistas suponen la manifestación más violenta de la desigualdad de género".

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Los posmachistas o cómo el machismo transforma su mensaje para perpetuar la desigualdad. Leer más aquí. 

Desde 1995, proseguía, 1378 mujeres han sido asesinadas "por el terrorismo machista". De ahí que una de las exigencias de la marcha fuera que la lucha contra la violencia de género sea considerada una cuestión de estado, igual que se hizo para combatir el terrorismo de ETA, que en más de 40 años de existencia mató a 829 personas.

La marcha comenzó a andar encabezada por el lema de la manifestación, Contra las violencias machistas, portado por víctimas de malos tratos, algunas escondiendo sus rostros bajo máscaras blancas. Delante caminaban los colectivos de mujeres, detrás marchaban los sindicatos y partidos políticos. Todos estaban presentes, pero sólo los líderes del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Pedro Sánchez; Podemos, Pablo Iglesias e Izquierda Unida, Alberto Garzón, acudieron a la marcha.

Ni Mariano Rajoy, quien se presenta de nuevo como candidato del Partido Popular (PP) a las elecciones generales del 20 de diciembre, ni Albert Rivera, líder de Ciudadanos, y al que muchas encuestas otorgan una amplia representación en el congreso español, acudieron a la manifestación.

"Salimos a la calle porque queremos decir a los políticos que estamos hartas de que no se haga nada", decía a VICE News Olga Solano, llegada en tren desde Sevilla. Su compañera Salud Chaparro añadía a VICE News: "No se puede soportar el número de asesinadas, si fuera un accidente de autobús todo el mundo se llevaría las manos a la cabeza pero como son mujeres…".

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Muchas pancartas exigían al gobierno mayor implicación y políticas para frenar la violencia de género. (Imagen por Daniel Ochoa de Olza/AP)

María José Suárez, presidenta de la Asociación de Mujeres de Cazorla Damas, había salido a las cinco de la mañana en un autobús que había ido recogiendo a varias compañeras en diferentes pueblos de Jaén. "Mira uno de los últimos asesinatos que ha habido [en Canarias], en el que ella había denunciado varias veces pero los jueces no habían considerado necesario que tuviera protección", afirmaba a VICE News, y añadía. "Parece que los asesinatos vienen de la nada pero hay una base que no se quiere ver y por eso es tan necesaria la educación".

De la educación y cómo la viven a diario en las escuelas hablaban con VICE News cinco adolescentes, cuatro chicas y un chico de entre 15 y 16 años, llegados del madrileño distrito de Vallecas. "Hay algunos profesores muy machistas", contaba L. M., quien decía como han escuchado a alguno de sus maestros decir: "Las mujeres no pueden estar sin un hombre". O cómo en clase de gimnasia, al ser las últimas en terminar una carrera, el profesor de gimnasia les dijo "chicas teníais que ser".

La marcha transcurría entre lemas, cantos, saltos y gritos contra los recortes en los presupuestos de Igualdad del gobierno del PP, o en derechos, como ha sido el reciente cambio en la ley de salud sexual y reproductiva y de interrupción voluntaria del embarazo que obliga a las jóvenes de 16 y 17 años que quieren abortar a tener el consentimiento de su padres, cuando antes era solo necesario que les informaran.

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A pesar de las largas hora de autobús que muchas participantes llevaban detrás los gritos no cesaban. De Asturias había llegado también una representación de la asociación Tertulia Feminista Les Comadres de Gijón y de la Asociación de Mujeres por la Igualdad de Barredos, de quienes partió la idea del Tren de la Libertad, la gran manifestación que llegó a Madrid hace dos años para protestar por la ley que entonces preparaba el PP y que pretendía eliminar la actual ley de plazos del aborto.

De Galicia llegó Julio Valera, quien vestido con un peto violeta contaba cómo colaboraba desde hace años con el movimiento feminista. "Formo parte de Hombres Galegos por la Igualdad y desde la perspectiva de los hombres tenemos que dar una respuesta a lo que ocurre a diario porque somos parte del problema", decía. Como educador ve a diario cómo los niños y niñas siguen socializándose y educándose en los mismos roles. "Me encuentro con niños de cuatro años que te cuentan que su padre se sienta en el sofá y que es su madre la que se pone a limpiar o cocinar y antes eso tenemos que intervenir", añadía.

Poco antes de la tres de la tarde la cabecera de la manifestación llegaba a la plaza de España cuando la Gran Vía Madrileña permanecía a rebosar de personas. Macu Gimeno, de la Asamblea Feminista de Valencia, y de quien partió la idea de una marcha estatal contra las violencia machistas, se mostraba al día siguiente desbordaba y feliz por la afluencia de participantes. "Aún estamos asimilando lo que el feminismo ha sido capaz de convocar y hemos empezado a hablar, y que la gente lo identifique, de violencias en plural", afirmaba a VICE News. Y añadía: "Esto tiene que ser un punto de inflexión para que las instituciones y los partidos tomen conciencia de que la violencia debe ser una cuestión de estado y que las víctimas deben ser reconocidas como tal".

Sigue a Patricia Rafael en Twitter: @prafaellage