Photo de VICE News
Síguenos en Facebook para saber qué pasa en el mundo.
Publicidad
Los activistas a favor del impuesto a los refrescos se han quejado de que las autoridades no han cumplido sus promesas de utilizar las ganancias para colocar bebederos en todas las escuelas.Otros críticos han señalado que tales iniciativas no tienen un impacto en la economía callejera de México, que tampoco fue parte de la encuesta.Los vendedores ambulantes están por todos lados en las ciudades de México, y ofrecen una gran variedad de productos industrialmente procesados como papas, refrescos y barras de dulce que están libres de impuestos.También venden una amplia variedad de alternativas poco sanas, por ejemplo churros que se preparan en la calle. Muchos también ofrecen productos con calorías adicionales, como los dorilocos, una bolsita de Doritos abierta cubiertos con queso artificial y carne grasosa.Además del impuesto a la comida chatarra, las autoridades mexicanas han adoptado medidas más originales para combatir el problema de la obesidad en el país. El Metro de la Ciudad de México implementó una iniciativa para perder peso el año pasado, en la que aquellos que lograran hacer 10 sentadillas obtendrían un viaje gratis.Sin embargo, pese a todos estos esfuerzos México no logra abandonar la lista de países más obesos del mundo. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura señaló en marzo de este año que la obesidad es una de la grandes preocupaciones en la Latinoamérica y el Caribe.Según datos de la Organización Panamericana de Salud (OPS), el 56 por ciento de los adultos en América Latina y 44 por ciento en el Caribe viven con sobrepeso. México y Chile están a la cabeza.Sigue a VICE News En Español en Twitter:_ _@VICENewsEs