El nuevo monarca saudí decapita mucho más que su padre

Arabia Saudí ha ejecutado ya a 151 personas en lo que va de año. Se trata del mayor número desde 1995, una cifra que está muy por encima del promedio anual de los últimos años, que raramente sobrepasaba las 90 ejecuciones.

Este lunes, Amnistía Internacional condenó la nueva oleada de ejecuciones. En palabras de la organización, la estadística "significa una siniestra y nueva proeza en la historia de la pena de muerte" en Arabia Saudí.

"Las autoridades no parecen tener ninguna intención de detener la orgía de ejecuciones de este año, durante el que ya han ejecutado a 151 personas — se trata de un promedio de un muerto cada dos días", explica James Lynch vicedirector de Amnistía Internacional en Oriente Medio y África del Norte. "El uso de la pena de muerte es aberrante bajo cualquier circunstancia. Sin embargo resulta especialmente preocupante que las autoridades de Arabia Saudí sigan abusando de ella y sigan violando flagrantemente las convenciones y los estándares de los derechos humanos a semejante escala. Allí, en Arabia Saudí, los juicios acostumbran a ser obscenamente imparciales y, a menudo, motivados políticamente".

[Crímenes de guerra en Yemen — y mientras, Arabia Saudí en el Consejo de DDHH de la ONU. Leer más aquí.](http://Crímenes de guerra en Yemen — y mientras, Arabia Saudí en el Consejo de DDHH de la ONU)

La última vez que Arabia Saudí había ejecutado a más de 150 personas en un solo año, fue en 1995. Entonces la masacre fue de 152 cadáveres. Desde el ministerio de Justicia de Arabia Saudí, nadie se ha atrevido a hacer declaraciones acerca del vertiginoso aumento de la estadística. Sin embargo, varios diplomáticos han sugerido que la luctuosa cifra podría ser consecuencia del nombramiento de varios nuevos jueces. Las flamantes incorporaciones en la justicia saudí, según esa teoría, habrían agilizado la resolución de muchas apelaciones pendientes.

El actual rey de Arabia Saudí, el rey Salmán bin Abdulaziz asumió el poder tras la muerte del rey Adbulá en enero de este año. Desde entonces ha gobernado con mano de hierro para reivindicar la rama de la familia real de la que procede. Solo ser proclamado, cambió por completo su gabinete de gobierno, nombró a un nuevo ministro de Justicia, y colocó a varios funcionarios leales a él en posiciones de responsabilidad dentro de la burocracia del país.

Arabia Saudí lleva años instalada en lo alto del ranking mundial en ejecuciones. En 2013 ocupó el tercer lugar, solo por detrás de China e Irán. Aquel año se ganó el dudoso honor de rebasar a Irak y Estados Unidos en la clasificación, según revelan datos de Amnistía Internacional. No es de extrañar pues, que los países que encabezan el ranking en ejecuciones en lo que llevamos de 2015 sean los cinco recién nombrados.

Los defensores de la pena capital en Arabia Saudí, esgrimen que las decapitaciones, normalmente infligidas de un solo sablazo, son, al menos, tan compasivas como las inyecciones letales estadounidenses.

Otra corriente de intérpretes, entiende que el incremento en las ejecuciones podría también explicarse por el uso de la pena de muerte como herramienta para silenciar a la disidencia formada por saudíes chiitas.

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El mes pasado, el Tribunal Supremo del país ratificó la ejecución del ilustre clérigo chiita, Sheikh Nimr Baqir al-Nimr, quien llevaba meses condenando a las autoridades. Otros tres activistas chiitas — Ali Mohammed Baqir al-Nimr, Dawood Hussein al-Marhoon y Adbullah Hasan al-Zaherwere también han sido detenidos recientemente. Sus abogados relatan que han sido torturados y que han sido condenados a la pena de muerte.

Amnistía Internacional también informó que, generalmente, el índice de ejecuciones es desproporcionadamente elevado entre los extranjeros. De las 63 personas decapitadas este año por delitos relacionados con drogas, 45 eran extranjeras. Y el número total de ejecuciones a extranjeros suma ya 71 cadáveres en lo que va de año. Los extranjeros son, habitualmente, ciudadanos que están en el país en calidad de invitados. Proceden de países más pobres y son particularmente vulnerables, ha asegurado Amnistía. Se trata de personas que no hablan árabe y a las que se les deniega el derecho a un traductor.

El domingo, Irán convocó a la diplomacia saudí en Teherán para exigir explicaciones por la ejecución de tres ciudadanos iraníes, a los que se acusó de transportar droga. Solo un día antes, fue filtrado un vídeo mostrando lo que podría ser una ejecución: las imágenes están capturadas con un móvil y aparecen muy pixeladas. En ellas se ve a un grupo de hombres contemplando como el verdugo decapita a tres individuos no identificados.

Se ve a tres hombres arrodillados sobre al pavimento de lo que parece ser una plaza pública. El audio, que no ha sido contrastado, informa que la plaza en cuestión pertenece a la pobrísima ciudad de Yeda. El verdugo blande una larga espada curvada, la eleva por encima de su cabeza, y decapita a los tres individuos de un sablazo, ante la mirada del público, que presencia la escena cerca de una calle muy concurrida.

Las autoridades de Arabia Saudí alardean incesantemente de la independencia de sus juicios y de la justicia de sus sentencias en los casos de penas de muerte.

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