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VICE World News

La ONU alerta del uso de violaciones y agresiones sexuales como armas de guerra en Sudán del Sur

La violencia sexual ha sido una característica sistemática de las guerras en la región, en la que se ven los cuerpos de las mujeres como otro campo de batalla para ser conquistada.
Imagen de Flickr

La violencia sexual se ha convertido en una de las armas de guerra más extendidas en ambos bandos de la guerra en Sudan del Sur, con casos de víctimas de violaciones de tan solo dos años de edad, según oficiales de las Naciones Unidas.

"Sobrevivientes y trabajadores sanitarios me explicaron historias desgarradoras sobre agresiones sexuales, violaciones en masa, secuestros, esclavitud sexual y matrimonios forzados" destacaba Zainab Hawa Bangura, representante especial de las Naciones Unidas sobre la violencia sexual en los conflictos, el lunes tras su reciente visita al país. "Ambas partes han cometido crímenes", añadía Hawa.

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La guerra en el país más joven del mundo estalló en diciembre de 2013, cuando las fuerzas leales al ex vicepresidente Riek Machar tomaron las armas contra soldados del gobierno al mando del Presidente Salva Kiir. Desde entonces, la violencia y las agresiones se han asentado como prácticas comunes en los conflictos étnicos, perpetradas por soldados mayoritariamente de etnia Dinka y rebeldes pertenecientes a la minoría Nuer, muchos de ellos antiguos soldados del gobierno.

Tras haber tomado la localidad de Bentiu en abril, los soldados rebeldes utilizaron una radio local para incitar a la violencia y a la violación de mujeres Dink y de Darfur. En ese momento, un portavoz de la Misión de la ONU para Sudán del Sur (UNMISS) dijo a VICE News que algunas de las emisoras "habían instigado a los hombres a vengarse con violencia de género contra las mujeres de su propia comunidad."

Durante la toma de Bentiu, cientos de civiles fueron asesinados, muchos de los cuales habían encontrado refugio en una mezquita local. Los rebeldes supuestamente usaron una iglesia en la ciudad de Malakal para llevar a cabo "violaciones en masa" durante meses, a pesar de la presencia cercana de los cascos azules de la ONU.

"Sabemos que las personas fueron violadas por su origen étnico", dijo Bangura. "Si las personas son violadas por motivos étnicos, esto significa que alguien ha sido instruido. Es un delito organizado y ordenado por alguien".

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Trabajadores de un hospital de la capital de Juba dijeron a Bangura que el 74 por ciento de las víctimas de violación y agresión sexual eran menores de 18 años. La víctima más joven tenía solo dos años de edad.

La oficina de Bangura informó a VICE News que no podrían compartir los detalles de este último caso a fin de proteger la identidad de la víctima.

"Aquellas que tratan de luchar contra sus agresores a menudo son violadas con objetos", dijo Bangura. Incluso "algunas de las víctimas han sido violadas hasta la muerte", añadió.

El testimonio de Bangura se hizo eco de un informe publicado en mayo por la UNMISS, en el que se aseguraba que "ambas partes del conflicto habían cometido violaciones y otras formas de violencia sexual contra las mujeres de los diferentes grupos étnicos".

"Algunas de las formas de violencia sexual empleadas durante el conflicto incluían la violación, a veces con objetos (armas o munición), violaciones en masa, secuestros, esclavitud sexual, y abortos provocados", señalaba el informe. "En algunos casos, los cuerpos de las mujeres hasta fueron mutilados".

Los civiles de Sudán del Sur - que lograron la independencia de Sudán en 2011 - tristemente se han acabado acostumbrando a las violaciones cometidas por varios grupos armados.

"La violencia sexual se ha convertido en una característica recurrente en la forma en la que se han librado las guerras en Sudán desde antes de la independencia, y en Sudán del Sur después de la misma," dijo a Vice News la analista política experta en Sudan y Sudán del Sur para Enough Project, Akshaya Kumar.

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"Si miramos hacia atrás y nos vamos a la década de los 90, gran parte de la segunda guerra civil de Sudán del Sur consistió básicamente en una lucha entre varias facciones rebeldes", añadió Kumar. "La violencia sexual se usó reiteradamente como un arma de guerra, y la gente empezó a ver a las mujeres como objetivos. Las mujeres empezaron a ser vistas como otro campo de batalla al que conquistar".

En 2012, detectives de Amnistía Internacional identificaron casos de violaciones graves de derechos humanos, incluyendo violaciones que, según aseguraban, habían sido perpetradas por las fuerzas gubernamentales del estado de Jonglei.

Algunos críticos de la respuesta internacional frente a la actual guerra en Sudán del Sur, afirman que tanto la Comunidad Humanitaria como la ONU ignoraron las tensiones interétnicas y políticas latentes antes de que estallara el violento conflicto en diciembre de 2013.

"Nunca nadie ha asumido ninguna responsabilidad por lo que pasó en Jonglei, lo que pasó entre las facciones Dinka y Nuer en la década de 1990, o por lo que el gobierno de Sudán hizo en el Sur", dijo Kumar.

Ambas partes del conflicto han ignorado completamente los varios alto al fuego que empezaron en enero. El número de víctimas civiles ha sido muy elevado, ya que cada bando abandona y vuelve a tomar el control de ciudades estratégicas de forma repetida - muchas de ellas situadas cerca de las principales instalaciones petroleras.

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Las luchas han disminuido ligeramente en los últimos meses debido a que la temporada de lluvias ha dejado intransitables las carreteras más importantes del país. Sin embargo, el Secretario General Adjunto de Operaciones de Mantenimiento de la Paz de la ONU, Herve Ladsous, dijo en septiembre que el retorno a la violencia generalizada está casi asegurado tan pronto comience la estación seca de nuevo.

Cerca de 10.000 personas han fallecido en Sudan del Sur, y 1,7 millones más se han visto obligadas a abandonar sus hogares desde diciembre de 2013. La ONG Oxfam Internacional afirma que más de 2 millones de personas ya se enfrentan a la inanición en la región. La ONU estima que alrededor de 50.000 niños menores de 5 años podrían morir antes de que finalice el año, sin haber recibido el tratamiento necesario contra la desnutrición aguda.

Las fuerzas de paz de la ONU llevan tiempo ocupándose de la protección de más de 100.000 desplazados internos, que han tomado refugio en 10 bases de las Naciones Unidas distribuidas por todo el país. Las mujeres son particularmente vulnerables a sufrir violaciones, incluso en los campamentos de la ONU, afirmó Bangura, sobre todo cuando van al baño o salen a buscar leña. En un informe de septiembre, la ONU destacó que en lo que llevamos de año han tenido lugar cerca de 215 "incidentes de seguridad", entre ellos agresiones y violaciones, en sitios protegidos por la ONU.

Observadores de derechos humanos han hecho un llamamiento para conseguir una mayor difusión sobre la vulneración de los derechos humanos en Sudán del Sur, como medio para romper las décadas de ausencia de procesamiento judicial.

"El problema de la impunidad debe ser abordado", dijo Bangura, pero señaló que en relación a los mecanismos de justicia internacional como la Corte Penal Internacional, éstos dependen del Consejo de Seguridad de la ONU.

Se espera que la Comisión de Investigación de la Unión Africana publique un informe sobre el conflicto en cuestión a finales de este mes, en el que supuestamente incluirán incidentes de violación documentados. Una portavoz de Bangura dijo a VICE News que la comisión aún no había compartido sus hallazgos con ella.

Sigue a Samuel Oakford en Twitter: @samueloakford