El operador del desafuero contra Rousseff es suspendido por acusaciones de corrupción

El famoso y maquiavélico líder de la Cámara de Diputados en Brasil, quien pavimentó el camino hacia el juicio político contra la presidenta Dilma Rousseff, ha sido suspendido de su puesto por una decisión de la Suprema Corte.

El sorprendente fallo contra Eduardo Cunha ocurrió la mañana del jueves y añade otro nivel a la profunda crisis política brasileña.

Cunha, diputado representante de Río de Janeiro, está bajo investigación por lavado de dinero y es acusado de aceptar sobornos como parte de un fraude masivo contra la empresa petrolera estatal Petrobras, según una causa judicial llamada Lava Jato.

Cunha es conocido como la versión brasileña del personaje de Frank Underwood, en la serie House of Cards, gracias a su rol estratégico en los esfuerzos por sacar a Rousseff de la presidencia.

La decisión del jueves, tomada por el juez Teori Zavascki, unió los dos procesos contra el diputado y resolvió que Cunha debe ser suspendido como líder de la Cámara Baja porque es inapropiado que alguien bajo investigación judicial esté en la fila para asumir la presidencia, en caso de que se concrete el proceso de destitución contra Rousseff.

"No hay duda de que el presunto responsable no posee las mínimas condiciones personales para ejercer, a plenitud, la responsabilidad que requiere la posición de presidente de la Cámara de Diputados", se lee en la página 73 del fallo de Zavascki.

En algún momento, el juicio político contra la presidenta fue popularmente interpretado como la vengaza de Cunha contra el gobernante Partido de los Trabajadores, debido a que ese instituto político abrió el camino para que él fuera llevado ante un comité de ética del congreso por mentir acerca de su posesión de cuentas bancarias suizas.

Luego, el mes pasado, Cunha presidió la sesión en la Cámara de Diputados que terminó con el voto de 367 legisladores para avanzar en el plan de remover a la presidenta y llevar el proceso al Senado.

Antes de la decisión de este jueves, Cunha era el segundo en la fila para asumir la presidencia, en caso de que la Cámara Alta vote la siguiente semana por la renuncia temporal de Rousseff. El primero es el vicepresidente Michel Temer. Ambos son militantes del Partido del Movimiento Democrático Brasileño.

Los seguidores de Rousseff ven con buenos ojos la decisión de la corte, pero han señalado que la decisión de suspender a Cunha llega seis meses tarde. Hacerlo ahora, algunos argumentan, es un movimiento cínico para tratar de limpiar el proceso de destitución.

"La remoción de Eduardo Cunha de la Cámara de Diputados es buena para Brasil", dijo Orlando Silva, legislador del partido comunista de Brasil. "Pero parece que es como limpiar la escena de un crimen".

Cunha reportó estar "en paz" con la decisión y que se reuniría con su equipo de asesores para una apelación, pero esta decisión podría esperar.

"Hay tantos cargos y señalamientos contra él que la situación política se ha vuelto insostenible por la presión de la opinión pública", dijo Marcelo de Moraes, columnista de Estado, un diario en Sao Paulo. "Es prácticamente imposible para Cunha continuar en el cargo con tantas acusaciones graves en su contra".

El suplente de Cunha, Walder Maranhão, también está bajo investigación por lavado de dinero en la causa judicial Lava Jato.

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