Photo by David de la Paz/EPA
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Al menos 6.657 personas fueron asesinadas en El Salvador el año pasado, entre las que se contarían 63 policías. 2015 se convirtió en el año más sangriento de la historia reciente del país. No se habían registrado cifras de asesinatos comparables desde 1983, el año en que las guerrillas de izquierdas salvadoreñas decidieron sublevarse contra la dictadura militar respaldada por Estados Unidos. Los índices de asesinatos han seguido al alza en 2016, en que han alcanzado la friolera de 23 asesinados al día. La exacerbada violencia ha desatado un éxodo sin precedentes de mujeres y niños, que están huyendo en masa del país centroamericano rumbo a Estados Unidos.La interminable guerra contra las maras en El Salvador. Leer más aquí.
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Raúl Mijango, un ex guerrillero que participó como principal mediador en la tregua de 2012, ha dicho que las medidas anunciadas por el gobierno esta semana ya se han puesto en práctica con anterioridad y que solo han provocado que aumente el derramamiento de sangre."Se trata de una guerra irregular que no es fácil combatir con métodos convencionales", ha relatado Mijango. "Quienquiera que sean los responsables de intentar poner fin a esta carnicería, tendrían que utilizar métodos más civilizados: como el diálogo", ha asegurado Mijango. "La tregua marginó a la juventud salvadoreña más de lo que estaba, y provocó que muchos de ellos fueran presa todavía más fácil para las pandillas. Lo único que consiguió la tregua fue fortalecer a las pandillas".
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