Tal parece que los servicios de streaming salvaron la industria musical

Han pasado ya 17 años desde que la descarga digital de canciones desató una crisis para la industria musical, por lo que las diferentes empresas tuvieron que optar por dejar las ventas físicas para mantener su negocio a flote.

Sin embargo, el año pasado, los servicios de streaming como Apple Music y Spotify se convirtieron, por primera vez, en fuentes de dinero para los sellos discográficos, de acuerdo con nueva información publicada por Recording Industry Association of America, la asociación estadounidense que representa a la mayor parte de las discográficas estadounidenses.

Los servicios de streaming produjeron el 51 por ciento de las ganancias totales en Estados Unidos en 2016 —unos 3,9 mil millones de dólares— gracias a la creciente cantidad de suscriptores y las campañas de publicidad. Eso representa un incremento del 68 por ciento respecto a las ganancias que se registraron en 2015; y la firma PricewaterhouseCoopers estima que las ganancias para los servicios de streaming podrían alcanzar los 11 mil millones de dólares en 2020.

Esas son excelentes noticias para muchos sellos discográficos que existen, especialmente después de que su negocio tuvo una importante caída en 1999 cuando internet facilitó el compartir archivos con un sólo click, lo que derrumbó las ventas de CDs. Después de haber estado en la cima ese mismo año y haber logrado ganancias de 38 mil millones, tuvieron que pasar 14 años hasta poder alcanzar el éxito nuevamente gracias al streaming.

Aún así, muchos artistas parecen odiar los servicios de música en línea. Esto se debe a que, a menos que tengan la fama de cantantes como Drake o Taylor Swift, difícilmente van a lograr ganar dinero a través del streaming. Y aún cuando hoy en día esa opción es oficialmente la fuente de ingresos número uno, las discográficas siguen sin fiarse de Spotify o Youtube.

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