La policía de Baltimore está plagada de prácticas racistas

Síguenos en Facebook para saber qué pasa en el mundo.

El departamento de policía de Baltimore ha sido observado con lupa desde la muerte de Freddie Gray, un joven negro desarmado, que fue asesinado en abril del año pasado. Gray presentaba un cuadro de heridas severas en su espina dorsal, lesiones que, presuntamente, le habrían sido infligidas mientras se encontraba bajo custodia policial.

Ahora se ha descubierto una nueva forma de verificar hasta qué punto se incrustó el racismo en la policía de Baltimore. Después de haber investigado la situación durante el último año, el Departamento de Justicia estadounidense acaba de publicar un informe sobre las prácticas de los agentes del departamento más cuestionado de Estados Unidos.

El gobierno federal ha investigado el comportamiento de la policía de Baltimore entre enero de 2010 y junio de 2015. Sus conclusiones delatan que los agentes de policía habrían violado los derechos de los ciudadanos negros de manera sistemática, se han entrometido en su vidas y han incurrido en comportamientos racistas en todas las instancias de su actuación.

Las personas negras forman el 63 por ciento de la población de Baltimore, sin embargo, los agentes detienen en promedio a 520 de cada 1.000 vecinos negros y a solo 180 de cada 1.000 vecinos blancos.

En los operativos callejeros, los agentes de policía descubrieron menos delitos de contrabando entre los ciudadanos negros, que entre el resto. Por ejemplo, durante los registros realizados tras haber interceptado a vehículos que circulaban por las calles de la ciudad, la policía sólo descubrió artículos de contrabando en el 3,9 por ciento de los vehículos conducidos por personas negras. En cambio, las cifras referidas al resto de la población, se elevaron hasta el 8,5 por ciento.

El informe también concluye que la diferencia estadística es un reflejo de que los agentes de policía de Baltimore sospechan antes de una persona negra que de cualquier persona de otra raza; y que lo hacen, además, de manera injustificada. También señala que la policía de Baltimore detiene a ciudadanos negros por delitos menores de manera desproporcionada. Éstos suman el 83 por ciento de las detenciones por presuntas conductas inadecuadas o de alteración del orden.

Los índices de ciudadanos imputados por tales ofensas son tan bajos, que la estadística sugiere claramente que los policías de Baltimore estarían arrestando a personas negras sin contar con evidencias suficientes para hacerlo. En ese sentido, son los ciudadanos más castigados por declaraciones falsas: las suyas constituyen el 89 por ciento de los 1.350 cargos presentados que no han podido justificarse. Ellos también forman el 84 por ciento de las 4.000 acusaciones registradas por desacato a la autoridad policial.

Además, la policía de Baltimore ha imputado a 657 personas por delitos relacionados con las apuestas ilegales. El 99 por ciento de los acusados son negros. El departamento de Justicia ha señalado que si bien no ha podido descubrir datos demográficos sobre qué porcentaje de población apuesta ilegalmente, "es extremadamente improbable que los afroamericanos sumen el 99 por ciento de las personas que lo hacen".

Asimismo, los ciudadanos negros han padecido operativos en los que se ha documentado un uso excesivo de la fuerza en el 90 por ciento de los arrestos en los que se han visto implicados. La llamada política de "Tolerancia Zero" habría sido ejercida mayormente en barrios negros. El 97 por ciento de la población del distrito occidental, la zona en la que fue detenido Freddie Gray, es negra. Allí, la policía habría efectuado un promedio de detenciones callejeras de 147 por cada 1.000 habitantes, en comparación de las 22,5 detenciones por cada 1.000 residentes del distrito norte, zona de mayoría blanca.

Las acusaciones de discriminación racial, además, han sido escondidas de manera sistemática. Las investigaciones del departamento de Justicia han descubierto 60 o más denuncias a los agentes del cuerpo de Baltimore, por haberse referido a los negros como a "niggers", el término más despectivo y racista que se usa contra ellos.

Sin embargo, tales registros no fueron archivados bajo los señalamientos de "difamaciones raciales" o "discriminaciones raciales", que es donde les correspondería, sino que fueron etiquetados como faltas por "irreverencias" o "lenguaje inadecuado". El departamento de Justicia ha concluido que las difamaciones racistas fueron archivadas de manera negligente en el 98 por ciento de los casos.

La falta de supervisión ha generado una dinámica de negligencias sistémicas a la hora de archivar las denuncias presentadas contra los agentes policiacos. En este sentido la investigación del departamento de Justicia se refiere a un incidente registrado en 2010, cuando un ciudadano negro denunció a los agentes de la policía de Baltimore por haber hecho un uso de la fuerza excesiva durante una detención.

Estos habrían intentado golpear a un joven de 14 años que intentó filmar la detención con su teléfono móvil. El demandante denunció que los agentes lo llamaron nigger de manera reiterativa, y que le dijeron que "se metiera su móvil por el culo, por la gracia de Alá". Cuando el tipo intentó denunciar el comportamiento injurioso de los agentes en persona en la comisaría central de policía, se encontró con que los mismos agentes que le habían insultado eran los mismos encargados de gestionar su denuncia.

Sigue a Tess Owen en Twitter: @misstessowen

Sigue a VICE News En Español en Twitter: @VICENewsEs