La policía de Baltimore disparó contra un niño de 13 años que portaba una pistola de réplica

Oficiales de la policía de Baltimore le dispararon a un niño de 13 años que portaba una pistola de réplica en uno de los barrios al sureste de la ciudad, el pasado miércoles 27 de abril por la tarde.

En una breve conferencia de prensa, el jefe de la Policía de Baltimore, Kevin Davis, dijo que dos detectives vestidos de civil se encontraban manejando un vehículo sin estampado de la policía, cuando vieron a un adolescente que portaba lo que parecía un arma de fuego. Luego de identificarse como agentes de la policía, el adolescente se echó a correr con la supuesta arma en mano.

La persecución terminó unos 100 metros después, dijo Davis, luego de que uno de los oficiales abriera fuego contra el niño, sin herirlo de muerte. No mencionó cuántos disparos se realizaron, o cuántas veces el niño fue baleado, pero dijo que los impactos habían dado en sus "extremidades inferiores".

Davis subrayó que el niño sobrevivirá, y dijo que no tiene "razón alguna para creer que estos oficiales actuaron de forma inapropiada", añadiendo que la pistola falsa era "una réplica absolutamente idéntica" de una pistola Beretta 92FS semiautomática.

"Tuvo la oportunidad de detenerse, tirar la pistola al suelo, y cumplir las instrucciones de los oficiales", dijo Davis.

Davis mencionó que la madre del adolescente dijo a los oficiales que sabía que su hijo había salido de su casa con una pistola de balines en mano, y aclaró a los reporteros que la madre del niño había sido interrogada, no arrestada como habían informado algunos testigos.

El vídeo de un transeúnte muestra el presunto arresto de la madre. En una escena aparentemente tensa (y borrosa), una mujer angustiada se ve rodeada por oficiales de policía que la escoltan. Uno de los testigos dice "la están esposando".

Davis citó el reciente incremento de la violencia con armas de fuego al explicar la acción de los oficiales, y enfatizó que simplemente estaban haciendo su trabajo.

"Ningún oficial de policía en Baltimore quiere dispararle a un niño de 13 años", señaló Davis. "Los oficiales de policía de aquí y de todos lados están autorizados por nosotros — por la comunidad — para capturar a los malos con pistolas. No podemos permitir que alguien camine por las calles de Baltimore en plena luz del día portando lo que parece ser una pistola semiautomática".

Destacó que la gente suele armarse con réplicas de pistolas con el propósito de cometer crímenes, por ejemplo robos.

Durante la conferencia, Davis no pudo asegurar si los oficiales habían actuado dentro de los protocolos de actuación policial. Dichos protocolos establecen que un policía debe temer por su vida antes de decidir abrir fuego. Uno de los reporteros preguntó si, en algún momento, el niño se había detenido y apuntado la réplica del arma hacia los oficiales. Un testigo más dijo que el adolescente estaba en el piso cuando le dispararon. Davis no pudo hablar con certeza sobre esta versión de los hechos.

Jayne Miller, reportera local de investigación, publicó tiempo después en Twitter que un testigo dijo haber visto al adolescente siendo perseguido por dos hombres, y que después se percató del arma, los oficiales le ordenaron que la tirara al suelo. De acuerdo al testigo, el niño no apuntó la pistola hacia los oficiales, pero sí "la levantó" mientras gritaba "¡No es real!".

La disparos sucedieron 15 minutos después del inicio de un evento en West Baltimore para conmemorar el aniversario de los disturbios, el mismo día del funeral de Freddie Gray, un hombre desarmado que murió de forma controversial mientras estaba bajo custodia de la policía el año pasado. Gray, de 25 años, fue arrestado por la policía de Baltimore hace más de un año por poseer una navaja supuestamente ilegal. Murió por una fractura en el cuello al ser transportado inapropiadamente en una camioneta de la policía.

El incidente también sucedió días después de que la ciudad de Cleveland acordara pagar 6 millones de dólares para saldar la demanda federal presentada por la familia de Tamir Rice, un niño de 12 años que se encontraba jugando con una pistola de perdigones en público cuando fue baleado por un oficial de policía hace dos años.

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