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Recupera la memoria 30 años después y resuelve el misterio de su propia desaparición

Edgar Latulip desapareció hace 30 años en Canadá. Su madre creyó que su hijo se había suicidado, pues tenía antecedentes. Sin embargo Latulip vivía bajo otra identidad, hasta que empezó a experimentar flashbacks que le permitieron recordar su pasado.
Les photos utilisées par la police pour rechercher Edgar Latulip (via the Missing Persons Network)
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Sucedía a final de mes. Y sucedía cada mes. Un tipo de 50 años se reunía entonces con su asistenta social en una pequeña ciudad de Canadá y le contaba la misma historia: el tipo le contaba una y otra vez a su asistenta que estaba convencido de vivir bajo un nombre equivocado.

¿Por qué? Resulta que el individuo en cuestión llevaba una larga temporada siendo víctima de unos reveladores y escalofriantes flashbacks. Y a cada flashback su identidad se resquebrajaba un poco más. Y más afluía la pretérita. Los flashbacks, de hecho, le convencieron de que su auténtico nombre es Edgar Latulip, aunque ningún registro le acreditara como tal.

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Lo más fuerte del caso es que tenía razón. Y ahora, Edgar Latulip, oriundo de Ontario, cuya desaparición había desconcertado a los investigadores canadienses durante los últimos 30 años, se prepara para reunirse de nuevo con su madre. Latilip llevaba tres décadas convencido de que estaba muerta.

Edgar tenía 21 años el día que desapareció. Era una noche de 1986. Edgar salió de un hogar social en la pequeña población de Kitchener, en Ontario, y se fue a esperar al autobús. El informe que se redactaría más tarde para denunciar su desaparición afirmaba que Edgar padecía un retraso en su desarrollo y que tenía algunos problemas de salud mental.

Edgar abandonó Kitchener y viajó entonces hasta la provincia de Niágara , en donde se adentraría hasta termninar llegando a la ciudad de St. Catharines, según informa la policía.

Allí, Latulip padeció el percance definitivo, el incidente que le iba a arrebatar dos décadas de memoria. Edgar cayó y se golpeó la cabeza. Cuando volvió en sí no sabía quién era: había perdido la memoria por completo. Así se lo cuenta a VICE News Phil Gavin, teniente de la policía autonómica de Niágara. Después del incidente Latulip asumió una nueva identidad, bajo la que viviría en la misma St. Catherines, durante los siguientes 30 años.

Su nueva vida siguió su curso de manera inalterable hasta que el pasado 7 de enero, se decidió a compartir sus sospechas con su asistenta social. Esta introdujo su nombre en Google y descubrió la existencia de un perfil de Latulip en el registro de personas desaparecidas de la provincia de Waterloo. La trabajadora social llamó entonces a la policía de Niágara. Los detectives no tardaron en entrevistar a Latulip, y en cuestión de minutos las piezas empezaron a encajar.

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La policía de Waterloo procedió entonces a tomar una muestra de ADN de Latulip. La compararon con la de un familiar y se descubrió que encajaban. A día de hoy, se han arrancado los preparativos para reunir a Edgar con su madre, Sylvia Wilson, que reside en Ottawa.

La última vez que Sylvia vio a Edgar había sido en el hospital de Kitchener, después de que Edgar se hubiese intentado suicidar.

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Pasados los años, Sylvia Wilson perdió la esperanza y se resignó a creerse una de las líneas de investigación de la policía, que concluyó que lo más probable es que Latulip se hubiese subido a aquel autobús rumbo a Niágara, se hubiese apeado cerca de sus cataratas, y que se hubiese arrojado al vacío sin que nadie encontrara jamás su cadáver. En 1993 alguien informó haber visto a alguien que encajaba con la descripción de Latulip y rebrotaron las esperanzas. Sin embargo, no fue hasta 2014 cuando la policía decidió reabrir el caso, ya cerrado, e intentarlo por última vez.

"Es algo que nunca me había podido quitar de la cabeza. Si alguien me hubiese dado una respuesta, eso habría significado que el caso estaba cerrado", relató Wilson para el registro en 2014. "Cuando Edgar desapareció caí enferma. Tuve que pedir la excedencia en el trabajo. Estuvo a punto de padecer un colapso nervioso".

Según parece, Latulip ha estado todo este tiempo viviendo por su cuenta, explica Gavin, a pesar de que no está autorizado a revelar más detalles sobre en qué condiciones familiares o laborales habría vivido Edgar en las últimas tres décadas.

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La noticia del hallazgo fue proclamada por la página web de la Red de Niños Desaparecidos, que acto seguido quitó el perfil de Latulip de su página.

"¡Haber reencontrado a Edgar es el principal motivo por el que nunca perdimos la esperanza!", relata exultante Pina Arcamore, directora general de la organización.

El detective Duane Gingerich, que fue el principal investigador del caso, ha calificado el inesperado descubrimiento como algo "alucinante".

"Resulta muy reparador porque la mayoría de estos casos jamás tienen un final feliz", ha contado para el registro. "Cuando una persona lleva tanto tiempo desaparecida, se termina por asumir lo peor".

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