Los refugiados sirios atacados con gas pimienta agradecen la solidaridad de los canadienses

Dos semanas después de haber llegado a Vancouver como uno más de los miles de sirios que buscan refugio en Canadá, un país que mantiene una política de brazos abiertos a la inmigración, Shahadi fue objeto de un ataque con gas pimienta.

Él y un grupo de compañeros sirios acababan de salir de una reunión de bienvenida que se celebró en su honor el pasado viernes, pero mientras esperaban el autobús que los tenía que llevar de vuelta a su hotel, en el centro de Vancouver, se acercó un hombre en bicicleta y empezó a rociarlos con gas pimienta. El ataque provocó que las víctimas, entre las cuáles había niños, sufrieran ataques de asfixia. Los gritos alertaron a los organizadores del evento que, junto con la Asociación Musulmana de Canadá (MAC por sus siglas en inglés), que también hacía las veces de anfitriona, se apresuraron a averiguar lo que había sucedido.

Al día siguiente, el grupo de sirios se reunió en el lobby de un hotel del centro. Pero en vez de centrarse en la condena del ataque — que ha generado una rechazo generalizada en Canadá y está siendo investigado como un crimen de odio — al-Rady destacó la rapidez con la que la policía y los médicos de primeros auxilios llegaron — y el respeto que se ha demostrado hacia los refugiados.

"Para ellos fue una gran cosa", traducía Tariq Ramadan, un organizador de eventos de voluntariado junto con el MAC de Vancouver. "La sensación que tenemos es que estamos en un país que se ocupa de sus ciudadanos".

Ramadan regresó al hotel el sábado para visitar a los refugiados. Este voluntario llevaba consigo un ramo de flores que regaló a una de las familias que padeció el ataque y que temía por la salud del hijo, que se vio particularmente afectado por el contacto con el aerosol de pimienta.

"Dicen que no quieren que nadie tema, que están bien. Nose arrepienten de haber venido a Canadá. Se sienten felices de estar aquí", afirmó Ramadan.

Hazza al-Sahel, un hombre que huyó de su ciudad natal de Homs, dijo que su opinión sobre los canadienses no ha cambiado a raíz del ataque y que está listo para seguir adelante.

"Expresamos nuestro agradecimiento al primer ministro, sobre todo después de que condenara los actos y se disculpara por lo sucedido ", tradujo Ramadan.

I condemn the attack on Syrian refugees in Vancouver. This isn't who we are - and doesn't reflect the warm welcome Canadians have offered.

— Justin Trudeau (@JustinTrudeau)January 9, 2016

"Condeno el ataque a los refugiados sirios en Vancouver. Nosotros no somos así — y esto no refleja la cálida acogida de los canadienses" expresó el primer ministro Justin Trudeau.

Los mensajes de condena se han extendido ampliamente por todo el país, tanto por parte de todos los niveles de gobierno como de diversos sectores canadienses por igual.

Last night's pepper spray incident was a disgusting display of hate - and Vancouver won't stand for it. — Gregor Robertson (@MayorGregor)January 9, 2016

El incidente del gas de pimienta de anoche fue una exhibición repugnante de odio y no representa a Vancouver. #VanWelcomesRefugees Y siempre lo harémos" tuiteó el alcalde de Vancouver, Gregor Robertson.

El el propio MAC de Vancouver trasladó a los refugiados el apoyo de la comunidad a las víctimas del ataque.

"De hecho, algunas personas de la comunidad se presentaron hoy con flores, Timbits, algunas tarjetas y cosas semejantes", expresó la voluntaria Heba Rushdan el pasado sábado.

Un hombre que entregó una caja de donuts marca Timbits a modo de regalo y partió rápidamente.

Más de 400 personas llenaron en el edificio la noche del viernes para el evento de bienvenida sirio. Ramadan dice que MAC ha recaudado fondos y donaciones para ayudar a refugiados recién llegados durante los primeros meses. Pero pronto se dio cuenta que, además ropa y dinero, necesitaban reunirse.

"Realmente la necesidad más urgente es la conexión humana — a su comunidad, a la sociedad, y especialmente a la comunidad de habla árabe".

Políticos locales y miembros de la comunidad musulmana acudieron al acto de bienvenida. Los niños llevaban sus caras pintadas y fueron obsequiados con globos en forma de animales.

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"Lo más importante era hacerles sentir que este es su lugar y que tienen una comunidad con la que pueden contar", afirmó Rushdan quien asistió al evento junto con sus hijos pequeños.

Rushdan opina que la fiesta de bienvenida fue un éxito y que la gente compartió sus buenos sentimientos. Los sirios llegaron en autobuses contratados y luego fueron trasladados de vuelta a sus hoteles. Alrededor de las 22:30h, el último grupo esperaba el autobús para regresar.

"El autobús se retrasó por lo que debieron esperar un rato fuera y fue allí cuando sucedió", explicó Ramadan.

Ramadan cree que habría alrededor de 70 personas en la calle esperando cuando un hombre solitario que  encapuchado pasó en bicicleta y roció con el gas a la multitud.

"Fue un caos, había personas que se estaban asfixiando y todos tenían dificultades para respirar", detalló Ramadan.

"Los gritos eran fuertes y podían sentirse incluso en las escaleras [del local donde se celebró el acto de bienvenida]… los niños estaban gritando. Quienes estaban a primera línea se llevaron la peor parte. Algunos tenían los ojos muy hinchados e irritados y también tenían marcas rojas en sus rostros".

Los equipos de emergencia atendieron a las víctimas tras su exposición al gas mientras la policía trataba de dar con el sospechoso.

"Toda la calle fue bloqueada por la policía y los profesionales sanitarios que atendían a las víctimas", dijo Ramadan.

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En una conferencia de prensa realizada la tarde del sábado, el jefe de policía de Vancouver, Constable Adam Palmer, se refirió directamente al autor de la agresión.

"Es un crimen de odio contra las personas que han llegado recientemente a este país, se trata de algo muy serio", dijo.

"No lo vamos a tolerar. Si las personas que cometieron este crimen están viendo o escuchando esto me gustaría pedirles que se entreguen y expliquen en primera persona lo sucedido. Vamos a llegar al fondo de esto".

Ramadán cree que la persona que la policía está buscando sabía lo que estaba haciendo y a quienes atacaba.

"Cuales son las posibilidades de que alguien llegue a un lugar determinado, en este momento de la noche, con gas pimienta para rociar la cara de gente cualquiera", expresó. "Esto no es un acto al azar".

Ramadan habló apasionadamente sobre lo que ve como un problema mucho más grande que tiene que ver con la cobertura mediática de los sucesos relacionados con los musulmanes y declaraciones xenófobas como las del candidato presidencial estadounidense Donald Trump.

"Me gustaría que el autor del ataque recibiera educación porque es una víctima de un sistema que no ha funcionado bien. Se le han transmitido muy mal las cosas. Se le ha dicho que los musulmanes son terroristas, que quieren dominar el mundo, que el Islam se está apoderando de todo, que al-Qaeda, Bin Laden, etc, etc, etc…"

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