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ESPAÑA

Reservado el derecho de exclusión: hablamos con los neofascistas 'okupas' de Madrid

El nuevo fascismo europeo se instala en España. Visitamos uno de sus centros pendiente de desalojo, una antigua sede del Ministerio de Trabajo donde solo acogen y ayudan a españoles.
Imágenes por VICE News

El Hogar Social Madrid (HSM) es la nueva cara del fascismo en España. Un grupo de jóvenes que aseguran haber abandonado los partidos tradicionales de extrema derecha para organizar una campaña de ayuda social dirigida exclusivamente a ciudadanos españoles.

Su acción gira entorno a un edificio ocupado de seis plantas con sala de conferencias y escuela de boxeo. "El castillo", como lo llaman sus inquilinos, se encuentra en una sede abandonada del antiguo Ministerio de Trabajo pendiente de desalojo, en el centro de Madrid.

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Ultranacionalistas, neofalangistas, socialpatriotas, neonazis… "La gente piensa que hacemos esto porque estamos manipulados por la extrema derecha y necesitan ponernos etiquetas", explica a VICE NEWS Melisa, portavoz del movimiento.

La portavoz del HSM prefiere no revelar su apellido: "No quiero que esta etapa de mi vida afecte a mi futuro personal ni profesional", argumenta esta estudiante universitaria de Filosofía de 25 años.

Melissa y buena parte de sus compañeros son ex miembros del Movimiento Social Republicano (MSR), uno de los partidos de esa extrema derecha tradicional a la que se refiere Melissa junto con España 2000, Falange Española o Democracia Nacional.

"No sabemos si formaremos un partido en un futuro, pero puede ser", explica Melisa, que resume así el mensaje del HSM: "Esto lo hacemos por España, por los españoles".

Las condiciones para recibir comida cada domingo son claras: "Hay que demostrar que uno está sin trabajo, traer un documento de identidad español y presentar las cartillas de empadronamiento y familia", explica Melisa.

El HSM se encuentra en una de las antiguas sedes del Ministerio de Trabajo en Madrid.

Después de cuatro meses y un intento frustrado de desalojo, en las listas del HSM hay apuntadas 178 familias con DNI español — y piel blanca — que recogen comida y ropa cada cada fin de semana. Junto a ellos, 13 personas acogidas.

El pasado 24 de abril una de ellas amenazó a la policía y los bomberos con saltar al vacío desde la azotea si efectuaban el desalojo ordenado por las autoridades. Su actitud frenó a la Comisión Judicial y el desalojo, entre gritos de "¡No podrán acabar con la ayuda nacional!", terminó por congelarse.

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"Esperamos el desalojo cualquier día, pero volveremos a ocupar otro edificio y si no seguiremos actuando en los parques, como ya hemos hecho antes", insiste Víctor, de 23 años y estudiante de Aeronáutica en Madrid. Víctor tampoco quiere revelar su apellido.

Esta es la segunda vida del "Castillo", que durante el verano y el otoño de 2014 abrió sus puertas apenas a dos kilómetros de su sede actual, en el barrio de Tetuán.

También era un edificio ocupado, pero la cercanía de uno de los centros antifascistas con más tradición de Madrid, La Enredadera, acabó por precipitar el desalojo tras varios enfrentamientos y manifestaciones.

Intento de desalojo del Hogar Social Madrid el 24 de abril.

"Su existencia es fruto de la crisis, son unos manipuladores que utilizan la necesidad para vender lo de siempre: violencia e intolerancia, no pueden negar su pasado neonazi", denuncian a VICE NEWS desde Antirracistas Chamberí, una organización de protesta creada ad hoc por vecinos del barrio donde se encuentra el HSM.

"No aceptamos que se les llame 'okupas', que es una tradición de trabajo por los barrios desde una perspectiva abierta: son neonazis y solo traen odio al barrio", afirma uno de los portavoces de la plataforma antifascista, que llama desde un teléfono con el número protegido y prefiere no revelar su nombre "por miedo a represalias".

El HSM — que cuenta con otro centro gemelo de menor tamaño en Zaragoza — pertenece a la red Hogar Social Ramiro Ledesma, bautizada en honor a uno de los falangistas más influyentes de los años 30 del siglo XX, padre del nacionalsindicalismo español.

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Miembros de Hogar Social Madrid protestan contra el inminente desalojo.

En la órbita del HSM se encuentra la Fundación Ramiro Ledesma. Su presidente, Gustavo Morales, periodista y ex coordinador de FE JONS (Falange Española) entre 1995 y 1997, asegura a VICE NEWS que "no existe vinculación orgánica de la fundación con el HSM".

"Lo que sí existe", prosigue, "es el apoyo de muchos de sus miembros, como yo, que creemos en la causa", una plataforma que "intenta ayudar a los jóvenes cachorros de estas ideologías a no meterse en temas de violencia y líos de drogas".

"Hay un nuevo fascismo naciendo en Europa", explica Morales, "como Casa Pound en Italia, con los que el HSM mantiene relaciones formales, y es algo que no se puede obviar ni frenar".

Para Morales, al que "la etiqueta de nuevos fascismos" le parece "perfecta", ya "no valen los viejos términos". "Lo que importa es que el HSM le ha quitado una parte del monopolio de lo social a los antifascistas".

"En lo que no estoy de acuerdo con ellos es en el concepto de españolidad: ellos hablan de linaje y de raza, y yo creo que sería mejor hablar de españolidad espiritual", concluye Morales, que confirma que orienta personalmente a HSM con las gestiones legales.

Reparto de comida en el Hogar Social Madrid para las personas que pueden acreditar su nacionalidad española.

El edificio de seis plantas en el que se encuentran el HSM era de propiedad de la Tesorería General de la Seguridad Social española. "Ahora es de la promotora que ha ganado la subasta y que oferta un proyecto de inmuebles de lujo en una web de alquiler y venta de pisos", explica Ignacio Menéndez, uno de los abogados del colectivo.

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Al gimnasio del HSM, una habitación del primer piso donde los sacos de boxeo son neumáticos apilados y colgados del techo, acuden varias decenas de jóvenes "cada semana", recalca Melisa.

"A las conferencias [han realizado varias sobre la crisis económica, el conflicto de Ucrania o el falangismo] vienen unos cuantos más", resume Melisa.

"El boxeo es un deporte que tiene mucha tradición entre nosotros, además tienes que estar preparado cuando vas por la calle", cuenta a VICE News Víctor, otro de los jóvenes fundadores del HSM, mientras señala los dibujos que decoran la pared del gimnasio.

Gimnasio en el interior del Hogar Social Madrid. Imagen vía Facebook.

Junto con el HSM, que según Melisa es "fruto de la necesidad", en los últimos meses han aterrizado en España varias franquicias de formaciones de la ultraderecha europea, como los islamófobos Pegida Spain, de origen alemán, o Svoboda, de inspiración ucraniana. Melisa asegura que "el HSM no tiene ningún tipo de relación con estas organizaciones."

En el colectivo no aceptan inmigrantes. Tampoco, por lo que se aprecia a simple vista, colores de piel diferentes al blanco: "Defendemos el linaje español, la tradición, y nuestra propia visión de la hispanidad", responde Melisa.

"Estamos en una situación de emergencia y hay que priorizar. Entendemos que los españoles, nuestros hermanos, van primero. Falta trabajo, falta comida y faltan techos, y eso", según Melisa, "no lo podemos permitir".

"Si se acerca un inmigrante, cosa que ha pasado, tenemos una lista en la puerta para que sepan dónde tienen que acudir para que les ayuden", matiza Melisa, que denuncia que "esa lista ha sido arrancada varias veces por gente del barrio".

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 Una de las salas de reunión del Hogar Social Madrid, con una bandera de simbología fascista.

"A los extranjeros les pedimos que luchen por su país y no ocupen nuestro sitio, y les decimos que a la vuelta de la esquina hay una asociación [Karibu] de ayuda a inmigrantes", insiste Melisa.

Esos inmigrantes de los que habla Melisa son responsables en parte del salto cualitativo de la economía española previo a la crisis de 2008. Así lo confirma un estudio del banco La Caixa, que asegura que "la inmigración ha contribuido a consolidar el sistema de protección social en España".

El estudio de La Caixa concluye que "el 30 por ciento del crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) entre mitad de los años noventa y la primera década del siglo XXI fue consecuencia del asentamiento de los inmigrantes".

Para aglutinar apoyos entre la gente del barrio, los miembros del HSM utilizan el argumento del elevado nivel de desempleo en España, que supera el 23 por ciento entre la población activa — mientras en Europa la media es 9,3, según Eurostat. Entre los jóvenes menores de 24 años el desempleo llega al 51,36 por ciento.

Desmarcarse de la herencia franquista en España — "de la que renegamos", matiza Melisa —, y hacerlo en un momento de crisis de valores y falta de cohesión social en el sur de Europa, parece ser la hoja de ruta del nuevo fascismo en España.