Río no podrá seguir echando a los manifestantes de los estadios

Un tribunal de Brasil ha prohibido al comité organizador de Río 2016 que siga echando a espectadores que llevan consigo pancartas pacíficas de oposición al ejecutivo brasileño.

La sentencia se produce en un momento de elevadas tensiones políticas en el país. En estos días, la draconiana inhabilitación de la última presidenta elegida democráticamente en el país, la socialista Dilma Rousseff, está llegando a su momento culminante. Sus partidarios no se cansan de denunciar que la presidenta apartada por su parlamento ha sido víctima de un golpe de estado encubierto.

La tensión ya se puso de manifiesto durante los relevos que llevaron la llama olímpica hasta el pebetero de Maracaná. El traslado de la antorcha recorrió las calles de un país dividido.

Así, la ceremonia inaugural celebrada el viernes pasado estuvo marcada por los abucheos al actual presidente del país, Michel Temer, el hombre que orquestó un escrupuloso plan para relevar a su líder, finalmente inhabilitada durante el pasado mes de mayo.

La presidencia de Temer también ha sido denunciada con pequeñas protestas en las distintas instalaciones deportivas donde se están celebrando las Olimpiadas.

Las redes sociales prendieron fuego durante el fin de semana, después de que salieran a la luz las imágenes de cómo la policía militar desalojaba a un manifestante pacífico durante la competición de tiro con arco (vídeo más abajo).

El espectador — de quien ha trascendido que tiene 40 años y que es geofísico — atrajo inicialmente la atención por llevar consigo una pancarta en la que se podía leer: Fora Temer. Según publicó la web brasileña Zero Hora, la policía le expulsó del estadio para evitar que la multitud empezara a corear el eslogan.

Igualmente, la policía militar también ha desalojado a un grupo de espectadoras del partido de fútbol femenino que enfrentaba a Estados Unidos y Francia. Las chicas lucían camisetas en las que se leía la leyenda: Fora Temer.

Un espectador es expulsado del Sambódromo por la policía militar durante la celebración de la competición de tiro con arco por haber protestado contra el presidente Michel Temer (Vídeo vía YouTube)

El Comité Olímpico ha justificado sus acciones con la publicación de un comunicado emitido este lunes. En el mismo los responsables de los JJ.OO apelan a que habrían estado aplicando la llamada "política de limpieza de estadios", una regulación que, supuestamente, estaría en consonancia con la Carta Olímpica Internacional, que prohíbe "la propaganda política, religiosa o racial en los escenarios olímpicos".

Los fiscales federales, sin embargo, han conseguido convencer con éxito al juez Joao Augusto Carneiro Araújo de que expulsar a los manifestantes pacíficos es un atropello contra el derecho fundamental de la libertad de expresión.

La sentencia del tribunal fue emitida en la tarde noche del lunes con efectos inmediatos. En esta se declara específicamente el derecho de los manifestantes a llevar pancartas o camisetas con un mensaje político. La violación de la sentencia será castigada con 10.000 reales brasileños (3.000 dólares de multa).

Con todo, esta batalla, está lejos de finalizar.

"Respetaremos la decisión, pero tenemos el derecho a recurrirla, y eso es lo que vamos a hacer", ha señalado Mario Andrada, el director de comunicaciones del comité organizador. Así se lo comunicó ayer a los periodistas. "Los Juegos Olímpicos no son el lugar adecuado para llevar a cabo esa clase de protestas", sentenció.

En este contexto, la tensión política podría dispararse esta semana. El senado votará en las próximas horas a favor de que Dilma Rousseff sea juzgada por un presunto delito de ocultación de la deuda de su ejecutivo gracias a la manipulación de las cuentas. Si la votación termina concluyendo que así sea, el juicio a la presidenta inhabilitada debería de tener lugar alrededor del 26 de agosto.

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