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Este roedor gigante podría invadir Florida

El carpincho o capibara es el roedor más grande del planeta. Algunos avistamientos y la traumática experiencia vivida con la invasión de la nutria invitan a pensar que cualquier precaución será poca para evitar que invada las marismas del estado.
Imagen por Capybarajp/Flickr

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Este artículo fue publicado originalmente en Motherboard.

El carpincho o capibara es hermoso de una manera inconveniente y peligrosa. Basta con mirar a este mocoso para encariñarse. Los carpinchos son tan adorables que algunos entusiastas estadounidenses han decidido importarlos como mascotas.

Un carpincho. Imagen: Wikimedia Commons.

Ello podría explicar porque estos roedores que pesan 45 kilos y que son originales de las zonas pantanosas de Sudamérica están apareciendo últimamente por lugares que nada tienen que ver con su hábitat. Según la bióloga Elizabeth Congdon, una profesora asistente en la universidad de Bethune-Cookman, el estado de Florida podría enfrentarse a una seria invasión de capibaras — y la culpa podría ser de los dueños de mascotas exóticas. Un clásico.

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Durante las últimas décadas se han avistado carpinchos por distintos lugares de Florida. Estos han sido denunciado a la autoridad competente en materia de flora y fauna local, esto es, la Florida Fish Wildlife Conservation Comission. En 2001 ya se había denunciado la irrupción de un rebaño de capibaras cautivos cerca de Alacucha. En aquel mismo año, una de ellos fue atropellado en la interestatal 10. Muchos vecinos han denunciado también su presencia a lo largo de las orillas de los ríos locales, donde acudirían a alimentarse.

Hasta ahora no existe ninguna evidencia definitiva de la cría del carpincho en Florida. Sin embargo, es evidente que alguien los ha traído hasta aquí. En realidad el origen del capibara es un pequeño misterio. Algunos cuentan que habrían sido liberados por criadores de mascotas. Otros que se habrían escapado de los zoológicos. Y algunos incluso señalan que son prófugos de laboratorios de investigación. Habida cuenta de que su avistamiento ha sido esporádico, los biólogos no han sabido determinar hasta qué punto el roedor se habría convertido en una especie invasiva; o lo que es lo mismo: hasta que punto podría haberse convertido en una amenaza contra la fauna y la flora locales.

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Aquí un vídeo de carpinchos.

Sea como sea, durante la presentación de la 53 Conferencia de la Sociedad de Comportamiento de Animales, Congdon ya afirmó que esto sería, exactamente, lo que sucedería. Congdon asegura que existe una población de 50 carpinchos en Florida, una cantidad suficiente para que empiecen a reproducirse y propagarse por los distintos ríos del estado. Para entender las consecuencias que podría tener una invasión en la flora y la fauna, también ha anunciado que llevará a cabo una revisión sistemática de la presencia de roedores acuáticos.

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"Los carpinchos han sido introducidos en el norte de Florida. Varios avistamientos concluyen que los roedores estarían siendo criados", ha declarado Congdon a la publicación científica online Red Orbit. "Es posible que a partir de ahí intenten propagarse por el resto de Estados Unidos".

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Florida conoce bien las catastróficas consecuencias generadas por la invasión de especies. Los especialistas aseguran que actualmente habría cerca de 500 especies distintas de peces que no son nativos de la zona circulando por sus ríos e incorporados a su fauna, por mucho que muchas de ellas son especies a las que no se considera dañinas. Muchos de estos invasores habrían entrado en Florida legalmente, gracias al comercio de animales domésticos exóticos. Y a partir de ahí, de uno o de otro modo, se habrían introducido en nuestros ecosistemas.

A principios de este año Motherboard ya informó sobre la presencia de pitones birmanas en Florida, una especie tan prolífica como amenazante, que ha provocado que se organicen festivales consagrados a sacrificarlas y a concienciar a la gente sobre su devastadora presencia.

Y aún así, cuando se trata de especies invasivas —especialmente de aquellas que se integran a menudo como mascotas— los seres humanos no siempre se comportan de la manera más beneficiosa para el medio ambiente, precisamente. Así lo concluye la ciencia. Después de que se informara de la organización de reuniones para informar sobre maneras de detener la plaga de pitones birmanas, muchos propietarios de serpientes decidieron contactarnos por email.

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Según ellos el sacrificio era una ceremonia de una crueldad innecesaria. Si bien ninguno de los críticos aportó evidencia alguna que negara que la pitón birmana está destruyendo los ecosistemas de Florida, estaban convencidos de que matarlas era una reacción equivocada.

Aquí una imagen de una nutria. (Imagen por Beatrice Murch/Flickr)

Congdon sospecha que el capibara podría emular el comportamiento de la invasiva nutria norteamericana —un roedor semiacuático responsable de haber destruido infinidad de pantanos. Se trata de una especie que fue introducida inicialmente a finales del siglo XIX con el único propósito de explotar el negocio de la compra y venta de su preciada piel.

Al igual que sucedió en su día con la nutria, es posible que el carpincho llegue a destruir los ecosistemas acuáticos por un exceso de pastoreo, un fenómeno que provocaría la destrucción de las zonas pantanosas que se forman más allá de las orillas de los ríos. Si el capibara se libera de la presencia de todos sus posibles depredadores, podría provocar un cambio sustancial en la vida animal de especies que ocupan un nicho parecido al suyo.

Los capibaras no están en peligro de extinción en su hábitat natural, en Sudamérica. Sin embargo, sí es cierto que son víctimas de un exceso de caza. Así lo ha concluido el Sindicato Internacional para la Conservación de la Naturaleza y de los Recursos Naturales. En algunas zonas, el carpincho ha sido exterminado por cazadores ávidos de su carne y de su piel.

Sin embargo, habida cuenta de que todavía no existen evidencias de su invasión, todavía es pronto para que cunda el pánico sobre la presencia del carpincho en Florida. Claro que cualquier que pase por allí y escuche su bramido, lo mismo descubra alguno de los fascinantes atributos del roedor más grande del mundo.

"Queremos evitar que se propague", explica Congdon, "pero, por favor, se agradecería no matarlos a todos, todo sea en beneficio de la ciencia.

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