Rusia amenaza con reforzar su poder armamentista al sentirse desafiado por EEUU

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, aseguró que los sistemas antimisiles que Estados Unidos ha instalado en Alaska y Corea del Sur son un desafío para Rusia, por lo que no tienen otra opción que aumentar sus propias defensas.

En un foro económico que se llevó a cabo en San Petersburgo, Rusia, Putin afirmó que su país no podía quedarse sin hacer nada mientras otros incrementan sus capacidades militares a lo largo del mundo.

Putin declaró que "lo que está pasando es un proceso muy serio y preocupante. En Alaska, y ahora en Corea del Sur, están saliendo elementos del sistema de defensa antimisiles. ¿Deberíamos no hacer nada y mirar esto? Por supuesto que no".

El presidente ruso dijo que las Islas Kuril, al norte de Japón, eran el territorio ideal para desplegar artefactos militares para responder a los misiles que ha instalado Estados Unidos en territorios cercanos a ellos.

El ministro de defensa ruso, Sergei Shoigu, declaró el año pasado que Rusia planeaba reforzar a las unidades militares que ya se encontraban en las islas con nuevos sistemas antimisiles al igual que drones.

Putin dijo que su país se vio forzado a militarizar esta isla como respuesta a lo que está pasando en la región, y aseguró que la única manera de retirar a sus tropas de ahí es que la tensión en la zona se vea reducida.

El despliegue de sistema antimisiles THAAD que EE.UU. desplegó en Corea del Sur como método de defensa en contra de los proyectiles norcoreanos, y el reforzamiento con misiles balísticos en un fuerte en Alaska son dos cosas que han preocupado al presidente ruso.

Putin afirmó que el gobierno estadounidense está utilizando a Corea del Norte como pretexto para expandir su infraestructura militar en Asia, de igual manera que acusó a Irán de ser una amenaza para desarrollar un escudo antimisiles en Europa.

El mandatario aseguró que su país no busca empeorar las ya deterioradas relaciones con el gobierno estadounidense al continuar con lo que describió como una 'carrera armamentista', pero dijo que Estados Unidos seguía inmerso en una "campaña anti rusa".

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