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VICE World News

La soldado, el colono y el periodista: recordando la retirada de Israel de Gaza

Se cumplen 10 años desde que Israel procediera a sellar su frontera con Gaza y evacuara a la fuerza a miles de colonos. VICE News ha hablado con tres israelíes que presenciaron aquel histórico momento de primera mano.
Imagen por Jim Hollander/EPA

Hace 10 años, el 15 de agosto de 2005, Israel selló su frontera con Gaza y arrancó el doloroso proceso de separación. Durante los ochos días posteriores los militares evacuaron a miles de colonos israelíes del territorio. Muchos se negaron a irse voluntariamente y tuvieron que se arrastrados por los soldados. En algunos lugares, los colonos se parapetaron en sótanos y sinagogas, levantaron barricadas y amenazaron con quemarse a lo bonzo. Finalmente, 21 asentamientos en Gaza y otros cuatro en Cisjordania fueron evacuados.

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La retirada, dirigida por el primer ministro de centroderecha de entonces, Ariel Sharon, se sigue considerando como una de las mayores concesiones en décadas de conflicto con los palestinos. Y aún así, una década después, muchos ven en la decisión unilateral de retirarse sin el acuerdo de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) como una decisión que, a la postre, ha envenenado el proceso de paz.

En enero de 2005, solo unos meses antes de la retirada, la organización terrorista Hamas había ganado las elecciones en Gaza . En cuestión de un año la organización también arrebató el control de la Franja a la ANP, una formación más moderada, de Gaza. La victoria de Hamas desencadenó una profunda escisión política entre los dos territorios que sigue sin haber sido resuelta.

Un equipo de fútbol cisjordano lleva sin jugar en Gaza 15 años — pero esto cambiará. Leer más aquí.

Soldados israelíes presencian la demolición de la casa de un antiguo colono judío en el asentamiento de Peat Sadeh, en Gush Katif, en agosto de 2005. (Foto de Jim Hollander/EPA).

Durante aquel mismo mes, Sharon, el arquitecto de la evacuación, cayó en un coma. Su fallecimiento ha dejado la cuestión de si Israel se hubiese retirado completamente de los territorios palestinos como un pregunta condenada a no ser respondida jamás.

Desde entonces, Israel ha librado tres guerra contra Hamas en la franja de Gaza. El más reciente y sangriento combate del verano pasado dejó un rastro de 2.100 palestinos muertes, 72 israelíes, además de un migrante tailandés que trabajaba cerca de la frontera del sur. Incluso durante los periodos de supuesta paz, cientos de cohetes han sido lanzados desde la Franja al territorio de Israel.

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Diez años después, para muchos israelíes en Gaza, la retirada sigue siendo un poderoso símbolo tanto de la promesa de paz, como de su fracaso en consumarla. VICE News ha conmemorado el décimo aniversario reuniéndose con un soldado, un colono y un periodista que vivieron la evacuación.

El soldado

En agosto de 2005, Tom Kostika era una soldado de 19 años. Supervisar la evacuación de Gaza fue una de las primeras misiones que se le encomendó tras haber finalizado su formación como oficial. Hoy, después de seis años en el ejército, se prepara para convertirse en abogada. Kostika no se manifestó durante años sobre su experiencia como soldado durante la evacuación. Ahora, sin embargo, ha decidido hacerlo.

Tom Kostika, una soldado de 19 años en las fuerzas de defensa israelíes en Gustaf Katif, durante la retirada de Gaza en 2005.

VICE News: ¿Cuál es tu memoria más poderosa de la evacuación?

Tom Kostika: Mi memoria más fuerte de la retirada es [de] la gran sinagoga. Nosotros éramos los responsables de evacuar Gush Katif. Allí conocí a una niña. Me hizo algunas preguntas muy complicadas.

Nosotros [los soldados y los colonos] pasamos muchos ratos hablando juntos, llorando juntos. Un equipo de televisión israelí me filmó llorando. Salió en las noticias. Al final les dijimos: 'De acuerdo, ha llegado el momento, tenemos que evacuaros ahora, tenemos que sacaros de aquí'. Pero ellos no querían hacerlo de propia voluntad, así que tuvimos que agarrarlos y llevárnoslos. Hicieron falta cuatro soldados para cada persona. Donde yo estaba no hubo una violencia real, de modo que resultó mucho más duro.

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'Una orden es una orden, por mucho que sea muy, muy difícil de obedecer'

Unos meses más tarde, la niña, la jovencita, me llamó. Le había dado mi teléfono. Me dijo: "Quería darte las gracias por lo que hiciste. Teniendo en cuenta lo tristes que eran las circunstancias para nosotros, fue muy importante que sucediera tal y como sucedió'. Escucharla me ayudó. Al menos, supe que lo hicimos de la mejor manera posible.

Un puñado de soldados se negó a participar en la evacuación de Gaza. ¿Alguna vez consideraste esa opción?

Yo no me negué a hacerlo, a pesar de que yo, personalmente, no compartía muchas de las cosas que sucedieron. Pero hay que considerar las cosas desde una perspectiva general. Un soldado de izquierdas quizá decidiera negarse a obedecer las órdenes del gobierno porque no estaba de acuerdo con ellas. Sin embargo, actuar así no es bueno para el país, así que yo no quise hacerlo. Una orden es una orden, incluso cuando es muy, muy difícil de obedecer.

Los soldados israelíes se llevan a un colono judío en la zona del Muazzi palestino, al sur de la franja de Gaza en agosto de 2005. (Foto de Jim Hollander/EPA)

Los soldados que participaron en la evacuación recibieron asistencia psicológica del estado. ¿Cómo te afectó a ti?

Supongo que mientras sucedía pensaba que ya lo resolvería. Pero mi madre se acuerda de que llegue a casa llorando y temblando. Estuve sirviendo al ejército durante seis años. Estuve en la guerra del Líbano y en la guerra de 2008, en Gaza. Era muy joven, pero crecí deprisa. Lo tienes que hacer así en este país. Ahora, pasados diez años no puedo decir que no me afectara. Durante mucho tiempo, no hablaba del tema [la evacuación]. No quería hacerlo. Sin embargo, ahora he tomado la decisión de hacerlo. Creo que ayuda a cicatrizar las heridas.

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Pasados diez años… ¿qué influencia crees que tuvo la retirada de Gaza en el proceso de paz? ¿Podría parecerse alguna vez una evacuación parecida en Cisjordania?

Después de todo, creo que se demuestra que no, que la ubicación de la frontera no es lo importante. Nos retiramos de Gush Katif y el verano pasado cayeron cohetes sobre Tel Aviv. Durante la última guerra de Gaza [en 2014], me sentí inútil. ¿Qué más quieren de nosotros? Nos retiramos, sacamos a gente de sus casas y de sus sinagogas. Se habla mucho de compromiso, pero no importa. La gente siempre dice que tienes que hablar con el otro bando, pero no hay nadie con quien hablar, porque no hay otro bando que quiera escuchar.

El colono

Ronit Edri era una madre joven cuando se trasladó al asentamiento de Gush Katif, en la franja de Gaza. Allí crió a cuatro hijos con su marido, hasta que, en agosto de 2005, fueron evacuados. Ahora la familia vive en una caravana provisional de cuatro habitaciones en Nitzan Bet, una comunidad construida especialmente para realojar a muchos de los colonos que fueron evacuados de Gush Katif. Diez años después, todavía no ha desempacado muchas de sus cosas de su casa anterior.

Ronit Edri crió a sus cuatro hijos en Gush Katif antes de la evacuación. Aquí muestra fotografías familiares de un tiempo en que recuerda haber sido feliz. (Foto de Harriet Salem).

VICE News: ¿Cuál es tu memoria más poderosa de la evacuación de Gaza?

Ronit Edri: Ellos [los soldados] trazaban una 'X' en la puerta de cada casa que ya había sido desalojada, para así saber que ya estaba vacía. Cada vez que la familia era retirada, la señal quedaba estampada en su puerta, para asegurarse de que no quedara nadie cuando llegaran las excavadoras. No me podré quitar jamás esa imagen de la cabeza. A mí me pareció algo propio del Holocausto, como si nos estuviesen marcando…

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Yo trabajaba en una fábrica. Era una fábrica enorme. Nos llevó meses sacar toda la maquinaria y el equipamiento. Ahora me acuerdo que el último día ellos [los israelíes] dejaron la bandera ondeando a media asta. Lloramos todos juntos. Se quedó tan, tan vacía…

Cundo volví, dos semanas después de haberme ido, no reconocí nada. Intenté ir a mi casa y llevarme algunas plantas del jardín. Pero ni siquiera pude encontrarla. Había sido todo demolido, tragado por el suelo. Ni siquiera reconocí en qué calle se había levantado nuestra casa. No quedaba nada.

¿Cómo era la vida en Gush Katif?

La vida en Gush Katif era perfecta. Vivíamos como una familia, nuestros hijos jugaban con sus vecinos. Teníamos una casa bonita con un hermoso jardín. En el patrio trasero crecían los mangos. Teníamos bananos, olivos. Tuvimos un pato. Dos patos. Nos acostumbramos a las explosiones, a los ataques. No teníamos miedo [de vivir en Gush Katif]. Juntos nos sentíamos fuertes. Éramos un vecindario muy fuerte.

Los soldados israelíes introducen a los colonos judíos evacuados en el interior de una furgoneta en la playa de Shirat Hayam, en el asentamiento de Gush Katif, en agosto de 2005. (Foto de Jim Hollander/EPA).

¿Cómo ha cambiado tu vida desde la evacuación de hace una década?

A día de hoy sigue teniendo mis cosas en cajas. Los muebles, las fotos… todos los recuerdos. Nada de todo aquello cabe aquí.

Yo no estaba preparada cuando nos fuimos. Cómo encontrar trabajo, un nuevo lugar donde vivir… Todo resultaba perturbador. Ya no soy tan joven. No tengo la confianza necesaria para pensar que alguien que dará trabajo. Siento que no puedo.

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'Todo lo que teníamos fue destruido. Fue como si hubiese habido un terremoto'

Mi familia está mucho menos unida desde que nos fuimos. Mis hijos tienen problemas psicológicos, les quedó un trauma. Como familia no nos comunicamos demasiado. Todo lo que teníamos fue destruido. Fue como si hubiese habido un terremoto y todo a nuestro alrededor fuera nuevo y extraño.

Aquí todo es provisional. Cada año me digo lo mismo, que es provisional, pero ya han pasado 10 años.

Pasados diez años… ¿qué influencia crees que tuvo en el proceso de paz la retirada de Gaza? ¿Podría producirse alguna vez una evacuación parecida en Cisjordania?

La culpa de esta situación, el error, es del gobierno israelí. Estábamos allí [en Gaza] como escudos humanos. Le teníamos tomado el pulso a la situación. Si cavaban túneles o planeaban ataques [terroristas] nosotros nos enterábamos. Ahora ya no estamos allí y los civiles están sufriendo por ese motivo.

Decían que era demasiado caro mantenernos estando allí. Claro que, ¿cuánto han costado las tres últimas guerras en Gaza? Pues diez veces más. Si bien es cierto que murieron soldados [que protegían los asentamientos], más han caído en las guerras. Todavía no hemos alcanzado la paz. Entonces… ¿cuál hubiese sido la mejor opción?

El periodista

Yossi Mekelberg es un académico israelí y socio de Chatham House, una tinktank política. En 2005 Mekelberg fue acreditado para cubrir la evacuación de Gaza como periodista. Nació en Israel, pero se ha pasado la mayor parte de su vida estudiando e informando sobre el conflicto palestino-israelí.

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Yossi Mekelberg es profesor de relaciones internacionales. Se ha pasado años estudiando el conflicto entre Israel y Palestina. (Foto cortesía de la universidad de Webster)

VICE News: Cuál es tu recuerdo más poderoso de la evacuación de Gaza?

Yossi Mekelberg: Hay una imagen que no he logrado quitarme de la cabeza 10 años después. A los periodistas se nos asignaron asentamiento específicos. A mí me tocó Shirat Hayam [quiere decir ]Canción del mar, y estaba en la playa. Fue durante el crepúsculo. Por un lado veías al sol hundiéndose por el Mediterráneo. Era bonito, tranquilo. Y entonces mirabas a tu izquierda y veías a soldados arrastrando a colonos. Hacían falta cuatro soldados para cada colono, uno por cada brazo y cada pierna. Y gritaban e insultaban, clamaban al cielo.

Solo perdí la calma una vez durante todo el proceso. Los soldados seguían erguidos en las torres de vigilancia y los niños colonos se acumulaban a su alrededor y se burlaban de ellos, les llamaban nazis. Yo soy hijo de un superviviente del Holocausto, gran parte de mi familia no sobrevivió. Para mí, aquello era demasiado. ¿Llamas nazis a los soldados que te están defendiendo? No tienes vergüenza.

Así que la belleza de este lugar y la locura de su situación política, me golpeó más que ninguna otra cosas. Fueron momentos completamente surrealistas.

Recientemente escribiste que estaba claro desde el momento de la evacuación que la retirada de Gaza terminaría mal. ¿Qué te hacía pensar eso?

Me di cuenta de que las historias eran irreconciliables. Porque ello [la evacuación] no era negociable, porque no había sido acordada, así que no generaba ningún mecanismo de cooperación.

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La historia israelí es la de los que se creen los dueños del país, los que hacen y deshacen sin necesidad de negociar. Hacen lo que quieren y esperan que el otro lado cumpla con lo que ellos esperan — básicamente convertir a los palestinos en los subcontratistas de nuestra seguridad. Por otro lado, a Hamas la retirada se le fue de las manos. Ellos dicen que se trata de una repetición de lo que pasó en Líbano en 2000. Que los israelíes no pueden manejarlo, que tienen miedo, que están huyendo. En Hamas se creían que todo le mundo tenía miedo de ellos, de manera que vendieron la historia de lo fuerte y lo poderosos que son. Y ganaron las elecciones de 2006.

'¿Llamas nazis a los soldados que te defienden? No tienes vergüenza'

Sus argumentos saltaban a la vista hace 10 años y estaba claro que eran irreconciliables, que no funcionaban y que solo serían capaces de generar más conflictos.

Desde la retirada de Israel de Gaza, se han librado tres guerras contra Hamas, los dirigentes de la Franja. La más reciente, el año pasado. ¿Son esas guerras una consecuencia de la evacuación?

Yo creo que tienen mucho que ver. En 2005 ya llevábamos 12 años hablando del proceso de paz, Segunda Intifada incluida. Así que la confianza ya era muy poca. Arafat ya había muerto. La corrupción en Fatha (el partido que gobernaba la Autoridad Nacional Palestino y Cisjordania) era gigantesca. Hamas ganó gracias a lo débil que estaba Fatah. Y parte de la culpa la tienen las manera en que Israel criticaba a Fatha. Parte de la culpa la tiene la forma en que Fatah trató a los palestinos, en lugar de trabajar para ellos y asegurarse de que dispusieran del apoyo necesario para cuidar a sus familias. Si lo juntas todo, entonces ves cómo Hamas conquistó las elecciones de 2006… Fue una victoria del extremismo, casi justo después de la evacuación.

Pasados diez años, ¿cómo crees que la evacuación de Gaza ha influido en el proceso de paz? ¿Sería posible que se produjera una evacuación parecida en Cisjordania?

Esto nos lleva a otra historia, y prometo que esta es la última. Yo estaba en Gaza con un amigo durante la retirada. Vimos a una joven llorando a la salida de su casa. Le preguntamos qué hacía allí sentada sola. Nos contó que su familia ya se había ido, que no querían luchar. Tenía 19 años.

Le preguntamos qué tenía pensado hacer. Nos dijo: 'No me he quedado para luchar contra los soldados, pero quería darles las llaves. Así que cuando todos los de Tel Aviv nos digáis 'volved' yo les contestaré. '¿Volver? ¿Adónde? Yo nací aquí. No tengo ningún otro hogar'. Y tenía razón.

Ahora mismo ya hay, al menos, dos generaciones de colonos, dos generaciones nacidas en los asentamientos. Esto era toda su vida. No conocen nada más. De manera que cuando dicen que les han arrancado de su hogar, tienen razón de algún modo. De algún modo muy retorcido. Se ha generado una situación que es muy difícil de arrebatar. Se hace más difícil a cada minuto que pasa. Por cada nueva casa, hay un nuevo colono al que se le hace difícil volver.

Sigue a Harriet Salem en Twitter: @HarrietSalem

La foto que abre el artículo muestra a un colono judío y a un niño siendo llevados por soldados israelíes y por la policía fronteriza, mientras evacuaban a la fuerza a los colonos de la playa de Shirat Hayam, en el asentamiento de Gush Katif, en la franja de Gaza, en agosto de 2005 .