Las sopas ramen: la nueva 'moneda de cambio' de los presos en EEUU

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Tabaco, drogas, latas de atún y porno fueron alguna vez la base de la economía en prisión, pero los tiempos han cambiado. Hoy en día, el ramen y otras sopas instantáneas son como el oro en el sistema penitenciario, de acuerdo con un nuevo estudio realizado en Estados Unidos.

La comida de las prisiones siempre ha tenido una pésima reputación, pero ha empeorado en los últimos años, llevando a los reclusos a cambiar las sopas de fideo instantáneas disponibles en las tiendas de la prisión, o comisarías, por otros bienes, informa Michael Gibson-Light, un sociólogo graduado de la Universidad de Arizona y autor del estudio.

"Los prisioneros están tan descontentos con la calidad y cantidad de la comida que reciben que han comenzado a depender de los fideos ramen, comida barata de larga duración, como una forma de cambio en la economía secreta", explicó Gibson-Light. "Dado que es barato, tiene buen sabor y es rico en calorías, el ramen se ha vuelto tan valioso que se usa para intercambiar bienes".

El estudio de Gibson-Light se basa en la experiencia de 60 prisioneros a lo largo de un año, en una prisión en la zona de Sun Belt, al sur de los Estados Unidos. A diferencia de las instalaciones en otras partes del país, aquí los reclusos tenían permitido fumar y comprar tabaco en las comisarías. Sólo dos de los 60 individuos estudiados dijeron que no fumaban. Aún así, los prisioneros reportaron que el ramen tenía más valor para ellos que los cigarros.

"Lujos como el cigarro siguen siendo importantes", escribió Gibson-Light, haciendo notar que los sujetos analizados aprovechaban cada oportunidad que tenían para fumar. "Pero el acceso a la comida ha sentado un precedente".

En la turbia economía de la prisión, Gibson-Light observó que seis paquetes de ramen, que cuestan 0,59 centavos de dólar en la comisaría, podrían ser intercambiados por un conjunto completo de ropa interior térmica, que cuesta 11,30 dólares.

"Esto se debe a que la gente tiene hambre", dijo un recluso identificado como Lou a Gibson-Light. "Se puede saber que tan bien le está yendo a un hombre económicamente por el número de sopas que tiene un su casillero".

"La prisión es como estar en las calles", añadió un prisionero. "Usas dinero para comprar lo que sea, aquí usas la sopa".

El dinero que se destina a las correccionales en los EEUU no ha aumentado al mismo ritmo que la población interna, la cual creció un 343 por ciento entre 1980 y 2013. En lugar de eso, algunos legisladores conscientes del presupuesto, han dejado que empresas externas se encarguen de los servicios alimenticios, o han reducido las comidas de los internos a sólo dos por día. La Asociación Americana de Correccionales recomienda, aunque no exige, que los prisioneros tengan tres comidas al día.

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