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VICE World News

Así celebró Chile la muerte de Manuel Contreras — el mayor represor de la dictadura

Manuel Contreras “fue uno de los más grandes criminales de la historia”, dijo una superviviente del régimen de Pinochet, que celebraba en Santiago junto a la multitud la muerte del ex jefe de espías.
Imagen por Luis Hidalgo/AP

El espía chileno responsable de algunas de las peores atrocidades de la dictadura de Chile fue enterrado el sábado en Santiago, cerrando un oscuro capítulo para decenas de miles de personas que fueron encarceladas injustamente, torturadas o ejecutadas durante el gobierno del general Augusto Pinochet.

Manuel Contreras, que dirigió la temida agencia de espionaje conocida como DINA — que secuestró, torturó y mató a decenas de civiles durante la dictadura militar de Chile —, murió la noche del viernes en un hospital militar mientras cumplía una condena combinada de 520 años por crímenes de lesa humanidad.

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El ex espía de 86 años de edad había sido hospitalizado en septiembre de 2014 por problemas renales, y su estado empeoró gradualmente desde entonces. El cuerpo de Contreras fue incinerado el sábado, un día después de su muerte, mientras que sus restos fueron enterrados en una ceremonia privada.

Una multitud de varias decenas de personas se reunieron fuera del hospital de Santiago ondeando banderas chilenas después de que su muerte fuera confirmada por el servicio penitenciario nacional. Irrumpieron en gritos de "¡Asesino!" y distribuyeron champán en vasos de papel.

Sin embargo, otros chilenos simpatizan con la dictadura militar.

"Uno de los criminales más grandes de la historia, uno de los más sanguinarios", dijo a VICE News Lorena Pizarro, presidenta de un grupo de familiares de detenidos y desaparecidos. "Todo lo que hay a su alrededor es dolor y la tragedia. Pero también hay a su alrededor una gran cobardía, porque no reconocía sus crímenes".

El padre de Pizarro, Waldo Pizarro, y su suegro fueron detenidos y desaparecidos por la DINA, cuando Contreras era su líder. Pero él no respondió por esos crímenes.

"Él debería haber enfrentado su condena como lo hace cualquier delincuente común, no con estos beneficios", dijo Pizarro en referencia a su alojamiento especial en la prisión de Contreras, con otros ex funcionarios de la dictadura.

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Manuel Contreras, en el centro, siendo escoltado por la policía en Santiago, en 2005. (Imagen de archivos vía AP)

Nacido el 4 de mayo de 1929 en Santiago, Contreras fue un militar de carrera que también ayudó a organizar la Operación Cóndor, un esfuerzo coordinado de mediados de la década de 1970 llevado a cabo por las dictaduras de América del Sur para eliminar a los disidentes que buscaron refugio en los países vecinos.

Contreras fue uno de los confidentes más cercanos de Pinochet desde el principio, pero acabaron cruzando acusaciones en sus años finales. Mientras Contreras denunció a su ex jefe por amasar una fortuna con el tráfico de drogas en Europa, Pinochet acusó al jefe de inteligencia de actuar sin su consentimiento en la comisión de los peores abusos de la época.

Según un informe oficial, 40.018 personas fueron encarceladas, torturadas o asesinadas durante la dictadura, que comenzó después del golpe militar de 11 de septiembre de 1973, que hizo caer al socialista Salvador Allende del poder.

El Gobierno de Chile estima que 3.095 personas murieron, incluidos alrededor de 1.200, que fueron "desaparecidas" a la fuerza.

"Anoche murió uno de los personajes más oscuros de nuestra historia, responsable de crímenes y graves violaciones a los derechos humanos en nuestro país", se leía en una declaración gubernamental de Chile sin firmar sobre la muerte de Contreras.

La defensa de la dictadura

Sin embargo, no todos los chilenos celebraron la muerte del ex jefe de inteligencia, especialmente aquellos que simpatizan con la era Pinochet, como la asociación 11 de septiembre, un grupo que defiende la dictadura.

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"Yo creo que la muerte de Manuel Contreras es, para quienes lo conocimos, muy lamentable. Fue un hombre que se la jugó por este país. Junto a otros derrotaron el terrorismo que existía en Chile. Lo hacen parecer un criminal, un asesino. Las próximas generaciones se van a dar cuenta de la verdad, y será recordado como uno de los principales héroes de la patria", dijo a VICE News Juan González, presidente del grupo 11 de septiembre.

La mayoría de las desapariciones ocurrieron durante los primeros años de la dictadura, cuando Contreras fue jefe de inteligencia. Su prominencia en el gobierno de Pinochet se desvaneció después de que Estados Unidos trató de extraditarlo por su implicación en el asesinato de Orlando Letelier de 1976 en Washington DC, que había sido ministro de defensa y relaciones exteriores de Allende.

La Corte Suprema de Chile bloqueó la extradición, pero Pinochet retiró a Contreras de su puesto por la presión de Estados Unidos y desmanteló y reemplazó la DINA. Después de que en Chile volviera la democracia en 1990, Contreras fue acusado en el caso Letelier y finalmente cumplió siete años por el asesinato. Él siempre negó su responsabilidad y culpó a la CIA del ataque con bomba.

Contreras también fue declarado culpable de la muerte, en 1974, del general Carlos Prats, predecesor de Pinochet como comandante del ejército, en Buenos Aires, Argentina; pero cientos de otros casos aún estaban pendientes en su contra.

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El ex jefe de espías amenazó con abrir un baúl lleno de documentos que, según dijo, incriminaría a oficiales militares de Pinochet, pero nunca cumplió su promesa. Otras afirmaciones no comprobadas incluyen su afirmación de que 12.000 rebeldes extranjeros se encontraban en Chile cuando se produjo el golpe de Estado, y que numerosos presos políticos desaparecidos en realidad siguen vivos y viven bajo nuevas identidades.

En años posteriores, él alegó que Pinochet utilizó una planta química del ejército para producir cocaína que se vendía en el extranjero y dijo que las drogas y el tráfico de armas eran la principal fuente de los 27 millones de dólares que el dictador mantuvo en cuentas bancarias secretas en el extranjero. Pinochet negó los cargos y llamó a Contreras mentiroso.

A causa de su mala salud y la demencia leve, Pinochet evitó un juicio por abusos al ser declarado no apto para enfrentar cargos. Murió en 2006.

Pero no había escapatoria para Contreras, que la policía tuvo que proteger de cientos de manifestantes enojados arrojándole huevos, frutas y botellas de plástico en 2004, cuando se lo llevaron a cumplir una condena de 12 años por el asesinato y desaparición del izquierdista Miguel Ángel Sandoval.

Contreras se burló de los guardias de la prisión, diciendo que estaban ahí solo 'para sostener el bastón'.

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A partir de 2005, Contreras cumplió condena en Cordillera, una prisión de lujo para funcionarios de la dictadura de la época condenados por delitos de lesa humanidad. El gobierno hace años estuvo bajo presión para cerrar la prisión, que tenía pistas de tenis, barbacoas, y una piscina para sus presos.

La prisión fue finalmente cerrada bajo el gobierno del presidente Sebastián Piñera en 2013, después de que Contreras diera una entrevista dentro de Cordillera en el 40º aniversario del golpe militar. Contreras se burló de los guardias de la prisión, diciendo que estaban allí sólo "para sostener el bastón", y afirmó que todos los miles de desaparecidos durante la dictadura eran izquierdistas armados muertos en tiroteos.

"Aquí hubo una impunidad con la que hay que terminar. A los militares se les construyeron cárceles especiales y se les mantuvieron los grados. Manuel Contreras murió como un general del ejército", dijo Pizarro.

Tanto Contreras como Pinochet fueron enterrados en sus uniformes militares y nunca fueron degradados por los militares.

Una vez que Contreras murió, sólo un puñado de parientes cercanos asistió a su entierro.

"Nos resulta paradojal que la familia de Contreras conozca el paradero de sus restos y que él le haya impedido a miles de chilenos conocerla", dijo a The Associated Press Mahmud Aleuy, viceministro del Interior chileno.

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The Associated Press contribuyó a este reportaje.

Sigue a Nicolás Ríos en Twitter: @nicorios