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VICE World News

'Volveré cuando tenga la oportunidad': Los españoles detenidos por combatir con los rebeldes en Ucrania prometen volver a luchar

Ocho jóvenes afrontan varios cargos incluyendo el de cómplice de asesinato. Es la primera vez en Europa que se detiene a civiles por haber luchado en Ucrania.
Imagen vía Eliezer Sánchez/DISOpress

En la Puerta del Sol de Madrid, un grupo de personas ondean la bandera de Novorrussia, el territorio que una vez fue gobernado por el imperio ruso, y que hoy abarca zonas de Ucrania. Con el revolucionario símbolo ruso de la hoz y el martillo revoloteando por encima de sus cabezas, denunciaban la detención de ocho españoles por luchar con las milicias pro-rusas de las Brigadas Internacionales de Donbas — la primera operación policial en suelo europeo contra civiles extranjeros que se han unido a los separatistas en el devastador conflicto del este del país.

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Los hombres, de entre 20 y 30 años y originarios de 6 provincias españolas, fueron arrestados en la primera fase de la Operación Danko, una serie de redadas que empezaron a primera hora de la mañana del viernes. Tras dejarles en libertad con cargos, el ministerio del Interior acusa a estos jóvenes auto denominados antifascistas de poner en entredicho la neutralidad de España en el exterior, "presunta comisión de delitos de cooperación o complicidad en asesinatos y homicidios llevados a cabo por los grupos y batallones a los que se unieron" y, en algún caso, tenencia de armas y explosivos.

Sergio Becerra, 30, explicó a VICE News que estaba durmiendo en su casa, unos dos meses después de regresar de Ucrania, cuando sonó el timbre: "Lo siguiente que recuerdo es un grupo de policías encapuchados y sin decir palabra salvo para preguntarme mi nombre y si había estado en Ucrania". Sergio les dijo que sí, que no tenía "nada que ocultar". En su caso no encontraron armas -"imposible, porque no las tengo". Los agentes registraron cada cajón y cada armario de la casa. "Se llevaron el móvil y los uniformes e insignias militares, que además no son mías, son del ejército de Novorrusia, la alianza rebelde apoyada por Rusia compuesta por las milicias de los pueblos de Donbass y Luhansk. Su objetico es situar la región en la órbita de Moscú; Vladimir Putin se ha referido siempre a esta región con el antiguo nombre de Novorrusia, reavivando la idea de la Gran Rusia.

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Ramiro Gómez, portavoz del Comité de Apoyo a la Ucrania Antifascista de Madrid en la manifestación de apoyo a los detenidos. Imagen vía Eliezer Sanchez/DISOpress.

En la comisaría de policía, Becerra se encontró a sus antiguos camaradas. Pero insiste en que ni se inmutaron por haber sido detenido. "Estábamos bastante tranquilos. Yo pensaba: vengo de una guerra, esto no me da ningún miedo".

Poco después de las detenciones quedamos con Sergio en la puerta del Sol de Madrid. Con él están Héctor Arroyo y Ramiro Gómez, portavoz del Comité de Apoyo a la Ucrania Antifascista de Madrid, que reconoce haber estado en Lugansk pero en su caso "solo realizando labores humanitarias". Al terminar la concentración, una mujer que asegura ser refugiada de Lugansk en España se acerca. Le dice a Sergio que la población les "apoya", que "para ellos significa muchísimo lo que están haciendo". A Sergio, barba afilada, tez morena, se le ilumina la mirada: "Cuando estuvimos allí pudimos sentir ese apoyo, señora", responde emocionado..

Sergio Becerra y otro miliciano español en el pasado otoño. Video vía YouTube

Antes de hacer memoria y reconocer que "recibieron entrenamiento militar", Sergio quiere dejar claro que "en la milicia popular nadie ha cobrado, para que se sepa y el que viaje tenga claro que va a pasar frío y comer mal". Eso sí, "que va a merecer la pena" y que la suya "es una lucha ideológica contra los que pelean por dinero, como los mercenarios a los que se han enfrentado nuestra unidades" — hacienda referencia a los voluntarios pro-ucranianos. Los que luchan con los rebeldes, de hecho, ahora también reciben salarios - alrededor de 350 dólares al mes por un soldado regular y alrededor de 450 al mes por un general - aunque a menudo informan que los pagos no llegan a tiempo o simplemente no llegan.

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Este joven relata a VICE News que dejó "un trabajo como restaurador de coches de lujo en el que ganaba mucho dinero" — y que se "ha arruinado" — porque "no podía soportar ver a gente masacrada" y "porque en Donbás se están cometiendo matanzas y crímenes contra la Humanidad". Llegó "convencido de que hacía lo correcto" y ahora, mientras espera a que se concrete la investigación policial y recibe "el apoyo y la comunicación de los comandantes de la Unidad 404", a la que todavía pertenece, solo piensa en una cosa: "Volveré cuando pueda".

Los primeros vídeos de propaganda rusa traducidos al español aparecían en YouTube a finales de febrero de 2014, por las mismas fechas en que el ex presidente ucraniano Viktor Yanukovich huía derrocado por el Maidán de Kiev. Se caracterizan por apoyar la versión rusa del conflicto y demonizar a la parte ucraniana, que descalifican como "junta fascista de Kiev". En estos canales, y en varias de sus ramificaciones, Sergio, Héctor y el resto de milicianos fueron apareciendo gradualmente narrando sus experiencias. Mientras, según ha confirmado Interior, la policía tomaba nota.

Poco después, aparecieron los primeros grupos de Facebook, que se estrenaron pidiendo donativos para ayuda humanitaria. Desde entonces y hasta hoy, las redes sociales han multiplicado las cuentas que reproducen vídeos con imágenes de la guerra, algunas realmente duras, o entrevistas con los voluntarios españoles, exhibidos por los medios rusos como prueba del apoyo internacional a la causa de Moscú en Ucrania. Este material y el boca a boca entre los círculos antifascistas españoles fueron la puerta de entrada que los detenidos tuvieron con el conflicto.

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Dos voluntarios españoles, encapuchados, en uno de los canales locales prorrusos de Donbás. 

"Yo me enteré por Sergio y otros colegas," explica Arroyo, de 27 años, a VICE News. "Lo digo porque muchos piensan que esto pertenece a círculos comunistas y nuevos partidos y redes de reclutamiento [como sugiere la investigación judicial], pero no es verdad. No, no soy ni comunista, ni apoyo a Putin, ni a Rusia. Yo soy Sharp, skinhead y antirracista, y decidí irme allí para ayudar a la gente". Sin embargo, la Unidad 404 con la que él y Becerra lucharon apoya a Rusia; esta unidad está coordinada por la Esencia del Tiempo, un grupo ruso ultranacionalista, nostálgico de la Antigua URSS, cuyo objetivo es restablecer la Unión Soviética.

Arroyo estaba en paro cuando al pasado otoño decidió marcharse a Donbás. Cogió un avión a Moscú, otro a Rostov y allí le recibió "un contacto de las milicias", que le llevó en autobús hasta la "zona de guerra". Ha atravesado "pueblos fantasma de frente en frente" y ha visto "a familias acudiendo cada día a por alimentos y ropa a los hospitales" de Lugansk. Prefiere no hablar de armas ni actos de guerra concretos -"estamos dentro de una investigación judicial por esos detalles y, aunque en todo caso es imposible probar nada, no puedo hablar de ese tema"-. Lo que sí recuerda es "lo complicado que ha sido comunicarse" sin hablar una palabra de ruso, teniendo que recurrir al inglés "con casi todo el mundo". Pero Arroyo añade que "también estuve en la Brigada Continental y allí sí que había muchos franceses y serbios".

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El siguiente viaje de los "brigadistas internacionales" españoles, "si nos deja la policía", recalca Arroyo, tendrá lugar el 9 de mayo, cuando el Comité de Apoyo a la Ucrania Antifascista ha convocado una caravana humanitaria que partirá de Italia con destino a Lugansk. Ramiro Gómez, portavoz del comité, uno de los grupos sobre los que se teje el fenómeno en España, cree que "lo más justo es no escondernos y seguir reivindicando nuestra causa, por eso vamos a volver". Gómez ha estado en Donbás "realizando ayuda humanitaria", según explica en varios vídeos y mensajes de Facebook y Twitter. Dice que alienta una causa que le ha llevado a ver "madres y niños muertos y familias y casas destrozadas", durante sus viajes.

Estas actividades de apoyo a las milicias prorrusas son vistas con amargura por algunos ucranianos residentes en España por considerarlas "propaganda de apoyo" a la invasión de su país por parte de Rusia. Lo denuncia Lilia Nikolayev, de 27 años, una de las coordinadoras de la web ConUcrania.com. Esta web, junto con otras iniciativas, representa a cientos de ucranianos que, como Nikolayev, llevan "tiempo recogiendo apoyos con el objetivo de buscar la paz". Denuncian que grupos como Esencia del Tiempo y algunos restaurantes y organizaciones culturales rusófilas articulan esa presunta red de propaganda prorrusa en suelo español.

Ramiro Gómez, a la derecha, en uno de los videos en español. Video vía YouTube.

Manuel Cancio, Catedrático de Derecho Penal de la Universidad Autónoma de Madrid, considera que los cargos hechos públicos por Interior no tienen "fundamento jurídico" y "mezclan el siglo XIX y el XXI" en un planteamiento "ciertamente inverosímil". Otra cosa son las acusaciones de "afectar a la neutralidad de España" en el tablero geopolítico global y continental, algo "poco probable hoy en día dado que son ocho personas que parecen actuar libremente" y, sobre todo, "que ahora las guerras son asimétricas y no de un estado contra otro", como sucedía en el pasado.

Por último, en lo relativo a los cargos sobre participación en homicidios y asesinatos, la única vía de incriminación posible, según Cancio, "dado lo complicado de probar que realmente han matado a personas", tendría que pasar por admitir el principio penal de la "doble incriminación", es decir, "dar por bueno el orden constitucional de Kiev" en la zona de conflicto, algo "extraordinariamente complejo de establecer".

En términos legales los cargos de los que se les acusa son "débiles", dice Cancio. Estos cargos también dependen en gran medida de la definición de lo que es un acto lícito de batalla y lo que es un acto criminal o terrorista, explica - algo que varía mucho de un país a otro. El profesor señala los casos de españoles que se habían unido a los kurdos en la lucha contra el Estado islámico en la ciudad siria de Kobane. Ellos habían estado involucrados en acciones comparables, dijo, "pero nadie los ha llamado terroristas o criminales."