FYI.

This story is over 5 years old.

ESPAÑA

Vuelven a La Mina los primeros gitanos ‘exiliados’ por el asesinato de un joven en Barcelona

Algunos familiares lejanos de los implicados en la agresión mortal ya han podido regresar al barrio de La Mina. La madre y el hermano del muerto habrían elaborado una lista de los que no podrán volver. El clan Jodorovich media entre los afectados.
Parte de los vecinos que han regresado a La Mina viven en este gran bloque de edificios. (Imagen por Maria Altimira)
Síguenos en Facebook para saber qué pasa en el mundo.

Miembros de algunas familias gitanas que huyeron de La Mina, el barrio del municipio de Sant Adrià de Besòs que linda con Barcelona, tras el asesinato de un chico de 28 años en una discoteca ya han vuelto a sus casas.

Se trata principalmente de personas de 10 familias de los clanes de los "Zorros" y los "Pelúos" que tienen un vínculo lejano con los implicados en la muerte del joven la noche del pasado 23 de enero en el Port Olímpic de la ciudad costera española y que abandonaron sus casas por miedo a represalias. La mayoría de los huidos [cerca de 500 entre La Mina y el barrio de Sant Roc, en Badalona] siguen en paradero desconocido.

Publicidad

La madre del chico fallecido, del clan de los "Baltasares", amenazó de muerte, en una entrevista publicada en El Periódico, a los que participaron en la agresión esa trágica noche. De momento, las fuerzas de seguridad han detenido a dos de los presuntos responsables del incidente mortal que mantiene a La Mina, uno de los principales epicentros del menudeo de drogas en la provincia barcelonesa, en vilo.

"Están volviendo muy lentamente. Los primeros regresaron hace dos semanas, eran unas cuatro familias, y el miércoles volvieron seis más", asegura un vecino conocedor de los avances que se están llevando a cabo para resolver el contencioso.

De acuerdo con esta fuente, la familia de los Jodorovich [con Simón Montero Jodorovich, presidente de la Federación de Asociaciones Gitanas de Catalunya (FAGIC) a la cabeza] estaría haciendo de intermediaria entre los "Baltasares" y los "Zorros" y los "Pelúos", pero también mantendrían contactos con otras familias afectadas por el sangriento capítulo como los "Chanos", los "Chatos" y los "Cascabeles".

El precio de asesinar a un miembro de un clan gitano según su 'ley'. Leer más aquí.

Otra fuente con acceso directo a los actores principales de la mediación indica a VICE News que, pese a los logros alcanzados bajo el liderazgo de los Jodorovich, el proceso está estancado y que, en ningún caso, las personas implicadas en la pelea mortal, así como sus hermanos, padres, abuelos, tíos e hijos podrán volver a pisar el barrio de La Mina. "Sólo se puede pactar la vuelta de familiares de tercer grado, pero los que participaron o estuvieron la noche del asesinato y sus parientes directos no podrán volver nunca", asegura tajante.

Publicidad

"Existe una lista, elaborada por la madre y el hermano del muerto, de los que nunca podrán regresar", explica el vecino quien asegura no poder revelar la identidad de estas personas. "Son más de 50", añade lacónico.

'Existe una lista, elaborada por la madre y el hermano del muerto, de los que nunca podrán regresar'.

VICE News trató sin éxito de contactar con Simón Montero Jodorovich. Ni los Mossos d'Esquadra, ni el departamento de Bienestar Social y Familia del gobierno autonómico de Cataluña, que lidera la mesa técnica y de coordinación para resolver el conflicto y de la que también forman parte los ayuntamientos de los municipios de origen y el cuerpo policial, quisieron pronunciarse al respecto.

El silencio de las fuentes oficiales, el reclamo de los entrevistados a mantener el anonimato y las esquivas respuestas de la mayoría de los vecinos de la zona contribuyen a sepultar las verdaderas razones que están detrás del asesinato de El Port Olímpic, las cartas que están en juego en la negociación entre los afectados y el papel que están desempeñando las fuerzas de seguridad y las administraciones implicadas.

"Un furgón de los Mossos d'Esquadra estuvo este miércoles, el mismo día que llegaron las cuatro familias, al lado del edificio donde viven estas personas ya retornadas", explica el vecino entrevistado. "Han regresado algunos, pero siempre lo hacen de noche cuando no hay gente merodeando", afirma un comerciante de la zona.

Publicidad

Preguntados por los retornos, unos jóvenes que fuman sentados en un banco al lado de uno de los edificios en cuestión aseguran que, recientemente, volvieron a ver a cuatro mujeres y tres niños que, tras el asesinato, habían huido. "Desde que regresaron, se pasan el día encerrados en sus casas", sostienen.

Las conversaciones terminan siempre cuando VICE News pregunta a las distintas fuentes consultadas por la identidad de los que han vuelto al barrio y la ubicación exacta de sus viviendas en alguno de los gigantes bloques que albergan cerca de 240 viviendas cada uno. Las familias que tuvieron que huir o que continúan huidas temen que sus palabras puedan encender aún más los ánimos de los allegados del chico asesinado y prefieren guardar silencio.

En imágenes: la historia de La Mina, el barrio barcelonés donde impera la Ley Gitana. Leer más aquí.

Algunos de los que abandonaron sus casas en La Mina y en Sant Roc se han instalado en casas ocupadas en la localidad catalana de Alella y otro grupo se refugió, durante unas tres semanas, en el municipio de Vilanova i la Geltrú, a unos 50 quilómetros al sur de Barcelona. Las informaciones aparecidas en el periódico local Diari de Vilanova sobre su presencia en tres casas de tres barrios del citado municipio habrían provocado que volvieran a huir.

Una de las casas, que habría albergado a los miembros de tres de las familias "exiliadas" vuelve a estar vacía. Jesús Sastre, presidente de la Asociación de Fondo Somella, el barrio de Vilanova i la Geltrú donde se ubicaba esta vivienda asegura que durante su estancia, había hombres que hacían guardia en las esquinas de la calle durante toda la noche y que, al lado de la puerta de entrada, había 6 o 7 coches aparcados.

El martes sólo quedaba un coche aparcado en el jardín del chalet y nadie contestaba la puerta. En las calles donde supuestamente se hallaban las dos otras casas, no había signos de su presencia y así lo confirmaron los vecinos.

Del resto de los "exiliados" nadie sabe nada y, a juzgar por las voces que cuentan con información sobre el estado de la situación, es muy probable que nunca se conozca el destino de buena parte de ellos. El destierro sería, dicen, la mejor de las condenas posibles.

Sigue a Maria Altimira en Twitter: @MariaAltimira

Sigue a VICE News En Español en Twitter: @VICENewsEs