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Defensa y seguridad

Los 'yihadistas exóticos' de Al Qaeda y Estado Islámico

El departamento de Defensa de Estados Unidos cifra en un centenar los yihadistas latinoamericanos y caribeños que estarían combatiendo en las filas de Estado Islámico y Al Qaeda en Oriente Medio.
Captura de pantalla vía Youtube

América Latina y el Caribe no son ajenas al terrorismo yihadista. Si a juzgar por los datos del Consejo de Seguridad de la ONU, desvelados recientemente por la agencia Reuters, en Siria, Irak y Afganistán habría más de 25.000 ciudadanos extranjeros combatiendo al servicio de EI y Al Qaeda provenientes de más de 100 países, al menos un centenar de ellos serían latinoamericanos y caribeños según el departamento de Defensa de Estados Unidos.

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Este grupo de cien yihadistas habría llegado hasta Siria, Irak y Afganistán "desde Surinam, Trinidad y Tobago, Jamaica o Venezuela", según afirmó el pasado 12 de marzo el general John Kelly, Jefe del Comando Sur de Estados Unidos. A ellos habría que añadir los casos públicos de varios ciudadanos europeos y estadounidenses de origen o nacionalidad latinoamericana.

La tecnología y las redes sociales juegan un papel esencial en este reclutamiento. Abu Hudaifa Al Meksiki es un buen ejemplo: El Mexicano, su apodo en árabe, se dio a conocer en diciembre de 2014 en varias cuentas de Twitter asociadas a Estado Islámico, según hizo público el centro estadounidense Consorcio para el Análisis y la Investigación del Terrorismo (TRAC), y habría sido utilizado por EI para poner cara a sus combatientes extranjeros.

Gerardo Rodríguez, profesor de terrorismo y seguridad nacional en el Centro de Estudios del Ejército y Fuerza Aérea mexicana, "cree que a pesar de este tipo de noticias el fenómeno es muy marginal en México". Rodríguez explica a VICE NEWS que si bien "Al Qaeda tiene un largo historial de amenazas en la zona" y el auge de EI "ha provocado que el terrorismo islamista comience a ganar peso en la agenda de crisis" del gobierno, "el asunto no está dentro de los cinco puntos clave".

Otro de los mexicanos con nombre y apellido en esta yihad global, esta vez enrolado en una célula activa de Al Qaeda, fue juzgado el 19 de marzo en California y condenado a diez años de prisión por tratar de viajar hasta Afganistán para "luchar contra los marines estadounidenses", según declaró ante el juez.

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Miguel Alejandro Santana Vidriales fue capturado por el FBI tras viajar a México, desde donde pretendía emprender trayecto a Afganistán para, según la sentencia judicial, realizar atentados con "coches y explosivos C-4 sobre bases militares", bien en "suelo estadounidense o afgano".

El investigador chileno Florencio Ceballos, especialista en economía y política social y terrorismo del International Development Research Center de Ottawa (Canadá), que atiende a VICE NEWS desde Nigeria, donde se encuentra desplazado a raíz de alarma generada por el grupo terrorista Boko Haram, explica que "el auge del reclutamiento del EI en el Hemisferio Occidental tiene que ver con la marginación económica y social de jóvenes inmigrantes de origen musulmán en Europa y Estados Unidos. En América Latina la situación es diferente".

Ceballos tiene claro que "el reclutamiento de combatientes para el EI es un fenómeno global, aunque posiblemente menor en América Latina" que en el resto del mundo.

Para Ceballos este reclutamiento potencial juega "con el atractivo que para jóvenes y adolescentes implica ser parte de un movimiento en alza y con una épica propia, desquiciada y homicida, pero épica al fin y al cabo. La proclamación el pasado verano del Califato y del primer califa en 100 años [el autoproclamado Abu Bakr al-Baghdadi] implicó un impulso del reclutamiento de EI".

Por eso, y por las tácticas de propaganda digital, según el Consejo de Seguridad de la ONU el número de combatientes extranjeros ha aumentado un 71 por ciento desde mediados de 2014.

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Bastian Alexis Vasquez. captura de pantalla de Youtube.

Es el caso de Bastian Alexis Vasquez y Francis Peña Orellana. El primero, un noruego de 25 años hijo de chilenos, abandonó su pueblo noruego de Skien para unirse a la filas de Estado Islámico bajo el nombre de Abu Safiyya, tal y como se presenta en uno de los vídeos detectados por la policía noruega en Youtube.

La segunda, detenida por las autoridades españolas en enero de 2015, ha sido acusada de reclutar mujeres yihadistas para enviarlas vía Turquía hasta el territorio de Estado Islámico. Peña Orellana, de 25 años, nació en la localidad chilena de Viña del Mar aunque vivía desde hace nueve años en España, según el auto judicial.

Las primeras informaciones sobre la presencia de ciudadanos de América Latina y europeos y estadounidenses de origen latinoamericano combatiendo en Siria e Irak fueron publicadas en 2013 por el Instituto Británico de Defensa IHS Jane's, que calificaba a estas personas como "yihadistas exóticos" —hablaba también de colombianos, hondureños, costarricenses y brasileños —.

Desde entonces los jueces y las fiscalías europeas y estadounidenses se han familiarizado con el fenómeno. Además de Vidriales, Vasquez u Orellana, en España, uno de los países con mayor ratio de operaciones de la UE, al menos un ciudadano de origen argentino ha sido detenido en el último año dentro de las operaciones: César Raúl Rodriguez, "Omar El Argentino", un albañil originario de Santiago del Estero (Argentina) vinculado al reclutamiento en la célula Al-Ándalus, desactivada durante la Operación Gala de la Policía Nacional española en agosto de 2014.

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Brigada Al-Ándalus. César Raúl Rodríguez, abajo, entre los preparados para combatir con Estado islámico. Imagen vía Policía Nacional española

Según el auto judicial, los investigadores confirmaron "que Cesar Raúl Rodríguez mantenía relaciones con el resto de imputados "a partir del análisis de los objetos intervenidos en el registro de su domicilio".

Según las mismas fuentes, en ese registro se encontró "numeroso material multimedia que incita al odio a fieles de la religión judía, así como sobre la necesidad de aplicar la Sharia [ley islámica] como norma de único cumplimiento".

Los detectives de la Policía también hallaron "fotografías con iconografía referente al grupo terrorista Estado Islámico".

Según la investigación, en agosto de 2013 El Argentino viajó a Marruecos con el líder de la célula, el marroquí Omar El Harchi, hecho que dejó plasmado en uno de los manuscritos incautados por la Policía, en el que escribió su disposición a ponerse "en manos de Alá y morir sin desobedecer, ya que igualmente pueden matarte".

La actividad de Estado Islámico, Al Qaeda y el resto de organizaciones terroristas yihadistas en España y en Latinoamérica son como el día y la noche: España se encuentra en estado de alarma mientras que América Latina empieza a tomar conciencia del fenómeno.

De España a la yihad en Siria. Leer más aquí.

Florencio Ceballos subraya a VICE NEWS que, si bien "en América Latina existe desde hace más de dos décadas una preocupación por Hezbollah, facilitada por las conexiones de Irán con algunos gobiernos y el apoyo en grupos minoritarios de la comunidad libanesa, y sobre todo por sus vínculos con cárteles del crimen organizado", extender "todo eso al EI es complejo".

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La razón es que Hezbollah y Estado islámico tienen "naturalezas opuestas": el primero "el primero es chií y el segundo suní, y de hecho actualmente se enfrentan en Siria e Irak".

Rick Perry, gobernador de Texas, no fue tan cuidadoso al advertir en agosto de 2014 que uno de los peligros latentes sigue siendo que "un grupo de terroristas penetre [en Estados Unidos] con pasaportes y documentos en regla, como pasó antes del 11-S", pero también lo es que "uno o más terroristas crucen a través de nuestra insegura frontera". Perry aseguró que el yihadismo "quizá esté contemplando esta opción".

Florencio Ceballos cuenta a VICE NEWS que la Triple Frontera — región fronteriza entre Argentina, Brasil y Paraguay — "sí es una plataforma de servicios que opera tanto para grupos de narcotráfico y maras como para crimen organizado y terrorismo global" con el objetivo de "blanquear capitales y acceder a armamento y falsificaciones de documentos".

La presencia de Estado Islámico en la región, en su opinión, "podría reducirse al uso de esta plataforma más que a un despliegue territorial".

Ceballos denuncia que "posiblemente se debiera prestar más atención a las prácticas de reclutamiento en las redes sociales, que han demostrado ser claves para llegar a jóvenes, aunque también fácilmente rastreables, y también a los viajes", algunos desde América Latina, "sospechosos", hasta puntos de entrada a las zonas de conflicto, "Turquía en particular".