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Le dispararon a un joven en Walmart por traer un rifle de balines

Los policías no le dieron tiempo de soltar el rifle y dispararon de inmediato hasta matarlo.

Foto vía el usuario de Flickr Chris Devers.

El viernes pasado se dio a conocer una grabación de las cámaras de seguridad del Walmart en Beavercreek, Ohio, donde el 5 de agosto un policía disparó hasta matar a John Crawdford III, un chico de 22 años. El jurado decidió no presentar cargos contra Sean Williams, el oficial que asesinó a Crawford. Desgraciadamente, esta situación es muy común: Un hombre negro murió sin motivo alguno, todo el mundo está de acuerdo en que es algo muy lamentable y nadie puede evitar pensar que este hombre no habría muerto si su piel fuera blanca.

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El incidente del 5 de agosto se dio cuando Crawford tomó un rifle de balines en la tienda y comenzó a jugar con él sin apuntarle a nadie mientras hablaba por teléfono con su novia. Crawford no tenía idea de que los policías Sean Williams y David M. Darkow se encontraban ahí debido a una llamada de Ronald Ritchie, quien reportó al 911 que un joven negro estaba apuntando un arma a unos niños. La grabación completa de las cámaras de seguridad no concuerda con su explicación y ahora Ritchie decidió cambiar su historia. En los últimos dos minutos del video se ve a Crawford hablando por teléfono sin darse cuenta de que los policías estaban ahí. En cambio, los policías no le dieron tiempo de soltar el rifle y le dispararon de inmediato. Las últimas palabras de Crawford —que escuchó su novia por teléfono— fueron: “¡No es real!”.

Por el momento, las autoridades consideran la muerte de Crawford como una tragedia que no se podía evitar. Según el jurado, los policías actuaron apropiadamente considerando el reporte que recibieron —en la declaración de William se puede leer que el informe era que Crawford traía un arma de verdad. Sin embargo, Incluso si Crawford hubiera desobedecido las “numerosas ordenes” para que soltara el arma, en la grabación de seguridad se ve claramente que no le dieron tiempo para hacerlo porque los policías le dispararon de inmediato.

A pesar de que el jurado se negó a presentar cargos, ahora el Departamento de Justicia está investigando la muerte de Crawford. Aunque los precedentes —como la vez que unos policías en California dispararon contra Andy López, un niño de 13 años, por tener un arma de juguete en sus manos y el oficial que lo mató no recibió ninguna acusación— prueban que los disparos definitivamente fueron una reacción “razonable” según los estándares de la policía.

Es difícil no preguntarse quién es el culpable: la llamada errónea de Ritchie, el miedo exagerado por las balaceras continuas o los empleados de Walmart que dejaron un rifle de balines en un estante y sin su caja. Mientras analizamos todos los detalles de la tragedia, lo que deberíamos hacer es preguntarnos lo que dijo Albert Butler el mes pasado en la revista The Root: “Ohio es un estado donde se permite portar armas. Incluso si Crawford traía un rifle de verdad y cargado, ¿por qué sería ése un motivo para alarmarse? ¿por qué sería esa una razón para matarlo?”

En muchas partes de EU es legal portar un arma en la calle. Si los estadunidenses quieren proteger ese derecho —y el derecho a poseer armas en general—, deberían escandalizarse por la muerte de Crawford. La Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés) debería defender esta causa del mismo modo que debería homenajear al Club de armas Huey P. Newton y a su protesta armada. En EU, ser negro o portar un arma no deberían ser razones para convertirte en el objetivo de la policía.

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