Bruno Albano de Banda de Turistas
Foto de Camila Rodríguez 

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Música

Me gustaría ser un ganador fracasado: Bruno Albano

Conversamos con el compositor principal de Banda de Turistas con motivo del estreno de sus dos primeras canciones en solitario.

Sentado descalzo y de piernas cruzadas, mientras toma un mate en el sillón del living de su casa en el barrio porteño de Belgrano, Bruno Albano me dice, nomás empezamos la entrevista con Noisey: "Quiero aclarar que esto es un proyecto paralelo. No es que Banda de Turistas se separa, es como encontrar otro rumbo en la banda y ampliar un poco el espectro de que no es solo Banda de Turistas sino que también estoy yo como compositor individual y están Tomás, Luis y Guido. Es como hacer pequeñas sucursales de la banda, ampliar la familia”.

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Nos encontramos con él un par de días después de que presentara por primera vez sus canciones en solitario ante sus amigos en el mismo living en el que estamos sentados. Fue un show íntimo en donde lo escucharon sentados en el suelo mientras él cantaba sus canciones empuñando su guitarra acústica o acompañado con el piano, en una especie de exorcismo del repertorio de su primer disco en solitario que verá la luz a principios de 2019.

El proyecto solista de Bruno nació de una fuerte crisis personal. Todo empezó en noviembre de 2017 cuando durante un show de la gira mexicana de Banda de Turistas en Texcoco tuvo un ataque de pánico. “Sentí que me tenía que ir y no podía seguir tocando pero me las arreglé para terminar el show”, cuenta sonriente Bruno un año después. Al volver a Buenos Aires, las cosas no mejoraron mucho. Bruno pasó 20 días sin salir de su casa agobiado por lo que estaba sintiendo. Pensaba en dejar Banda de Turistas y no le encontraba sentido a las cosas que estaba haciendo. Durante su encierro, recibió la visita de su amigo Tuta Torres, bajista de Babasónicos, quien un tiempo atrás le había sembrado la idea de que hiciera un disco en solitario. Fue entonces que Bruno le dijo a Tuta que el momento había llegado y que necesitaba hacer su disco.

Por si fuera poco, este momento coincidió con el diagnóstico de una terrible enfermedad a su padre. “Tenía una relación muy rara con él. No era una relación de padre e hijo, pero en ese momento nos empezamos a ver más y luego él murió en febrero. Fue un verano muy raro”, cuenta Bruno con la mirada perdida como viendo pasar frente a él los momentos que vivió.

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Hoy, con la crisis superada y con las dos primeras canciones de su disco publicadas, Bruno nos contó los pormenores de cómo fue encarar sus primera aventura en solitario.

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Foto de Camila Rodríguez

NOISEY: ¿Cuándo sale el disco?
Bruno Albano: El año que viene. Creo que para marzo o abril vamos a sacarlo. Son diez canciones aproximadamente. Ya salieron dos y tal vez sale un adelanto más antes que salga todo. Me gusta que el disco no tiene título todavía.

¿Cuándo empezaste a tener la idea de hacer algo solo?
Hay un momento en que uno empieza a poner ciertos límites dentro de su personalidad musical y siempre tiene que ver con discriminar un poco lo que hace y darle una forma interpretando cómo puede llegar a ser la música que quiere dar. Muchas veces había una concepción de cómo tenía que ser la música de Bandas de Turistas y el universo musical que queríamos plasmar, y muchas de las canciones que yo componía, veía que no tenían ese status para entrar ahí sino que eran canciones más íntimas que tal vez no le quedaban tanto a la banda y así fueron quedando muchas canciones. Por ejemplo, para Lo que más querés (2014) llegamos a componer con Tucán entre los dos unas 50 canciones; y después en el disco quedan 10. Entonces hay 40 canciones que quedaron afuera y que cualquiera pudiera decir: “Hagamos dos discos más”. Pero a nosotros nunca nos gustó revolver el pasado porque creemos que la música es siempre presente y está en sincronía consigo misma constantemente.

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Es loco, porque uno siempre plasma su sentido actual y moderno en las canciones, entonces ¿cómo te voy a mostrar una canción de algo que sentía que me pasaba hace dos años? Pero algunas se quedaron resonando en mi cabeza porque sentía que eran lindas canciones y que solo se las mostraba a mis amigos porque no había unas ganas de hacer un disco solista, hasta que un día después de un show de BDT vino Tuta Torres, el bajista de Babasónicos, y le mostré algunas de estas cosas que habían quedado y me dijo, “Esto está muy bueno. Para mí tiene otra personalidad, estaría bueno que hagamos un disco juntos”, y lo tomé como un punto de partida que después se volvió difuso. Yo sentía que no era el momento para hacerlo hasta que llegué este año a la conclusión que o me arrancaba la lengua o hacia un disco.

¿Y las canciones de tu disco provienen de esas descartadas o son temas nuevos?
“En la cama” y “Canción común” son canciones muy nuevas. De hecho, "En la cama" es la última canción que compuse y me di cuenta que era una canción muy íntima a la que se le podía dar esa forma de un proyecto solista. "Canción común” es una canción que compuse el año pasado y que también tiene esa impronta personal. Cuando las escuché, me di cuenta que podían ser parte de este proyecto.

¿Qué te estaba pasando cuando hiciste las canciones del disco?
Creo que estaba tratando de accionar un poco la gravedad que escucho a veces en la música y en la escritura. Como esa cosa solemne de enumerar verdades y de englobar un concepto muy tomado en serio cuando nada es tan de verdad como parece. Entonces era como tratar de dispensar todo eso en un concilio entre conciencia y delirio. Creo que es un poco lo que me pasaba. Por eso son letras que tienen ese costado medio cínico y humorístico. Siento que son letras medio multidimensionales, como la de “Canción común” que no sabes si hay un personaje que le está cantando a una canción, que es común, o la canción común te está cantando a vos. Entonces es como un juego que me divierte.

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Ahora que mencionas los personajes, es un rasgo de tus composiciones para Banda de Turistas hablar a través de personajes. ¿En tu disco solista es Bruno el que hablará a través de la música?
A mí me resulta muy aburrido escuchar a un músico que habla de lo que le pasa. A mí no me interesa escuchar a alguien que tuvo una revelación o esta insatisfecho con algo. Creo que si todo parte de un personaje, se abarca todo de otra manera y tiende a ser más una especie de juego y no tanto eso que sea tan solemne y que sea una especie de manifiesto sobre la verdad de la vida ¡Es un embole eso!

Es interesante que la propuesta tenga ese tono íntimo de un solo hombre cantando sus canciones con el piano o la guitarra.
Sí, a mí me gusta esa rama más de cantautor y de compositor que si bien en Banda de Turistas está, ahora se nota más porque es más intimista todo. Creo que me gusta esa incomodidad de que haya una sola persona tocando la guitarra y cantando. Es como volver a un estado sincero y honesto de la música y sacarla de todas las herramientas que tenemos hoy para crear y que creo que es como caer en una especie de facilísimo de poder abusar de todo lo que uno tiene a la hora de hacer música. Volver a esa propuesta íntima ya es plantarse en una posición diferente porque es incómodo también ver a una persona sola tocando la guitarra y cantando. Hoy en día la gente no está tan acostumbrada a que la música se hace así.

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Debió significar un reto a la hora de cantar.
Sí, siempre le tuve miedo a mi voz. Tengo una gran inseguridad conmigo mismo a la hora de mostrar al otro, a veces pienso, “¿Qué quiero demostrarles? ¡Esto es una boludez! ¿A quién le importa?” Tal vez la mayor expresión artística sea el silencio, todo lo que no se dice que esta ahí, pero bueno también vivimos en un mundo que es muy caníbal y es una especie de carrera neurótica para ver quien llega primero en la que nadie se fija en el que pierde y en el que abandona. Me gustaría ser un ganador fracasado.

Tienes como una fijación con el tema del perdedor.
Sí, porque también es algo que engloba una rebeldía ante un mundo que siempre te está corriendo con que el tiempo apremia y que tiene que ver con nuestra cultura occidental de que tenés que producir y hacer algo para que el mundo también funcione, porque en realidad lo que hace funcionar una sociedad y una civilización somos nosotros con nuestro día a día, y a mí no me interesa eso. Dentro del sistema en el que me encuentro me dan ganas de romperlo con esa fragilidad de lo que está bien y lo que esta mal y tener un juicio desapasionado para no estar arraigado a un concepto de lo que hay que hacer y lo no hay que hacer. Dejar de estar en el medio y poder mirar

¿Sientes que Banda de Turistas te quedó pequeño?
Para nada. De hecho, creo que me queda grande ¡Ja Ja Ja! Creo que estamos en un punto con Banda de Turistas en que llegamos a una instancia en que entendimos todo lo que hicimos: las cosas buenas y malas que tuvimos, y que es un momento de total renacimiento, de reinventarse de verdad, musical, emocional y humanamente, para poder seguir encontrando el vértigo. No nos queremos convertir en una banda profesional que hace las cosas porque las tiene que hacer sino hacerlo por una razón. Creo que la música tiene que tener una razón. La música que está hecha porque sí es insulsa y aburrida: tiene que haber una provocación y un quiebre de eje. Es lo que nosotros siempre buscamos con la música. De hecho, cuando empezamos a escuchar música nosotros conseguimos en la música como un escape a la realidad, no porque tu realidad sea desgraciada o infeliz sino la búsqueda de nuevos rumbos, de estar siempre cómo incómodo o insatisfecho, creo que ese es el motor nervioso para cualquier expresión. Tengo un tema con eso de estar insatisfecho, creo que nunca me sentí satisfecho con lo que hice y por eso sigo haciendo música, sería muy aburrido que un músico este satisfecho con lo que hace, no quiero escuchar un músico así. Por ejemplo, te das cuenta que hay un montón de músicos que lo lograron pero que lo siguen haciendo, la generación de los músicos de los 60 que inventaron el rock y que siguen tocando muchos. Decís “¿Por qué lo hacen?” Porque todavía sienten que tienen que corromper un poco y esta muy bien eso.

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Foto de Camila Rodríguez

¿Cómo grabaste las canciones?
Las canciones se grabaron de una manera muy rara todas porque no hubo un plan de grabación. Fueron bastante caóticas las sesiones porque se iban buscando cosas de a poco, no hubo un plan de “Vamos al estudio tales días”, sino que fue surgiendo. Lo primero que hice fue grabar las guitarras acústicas de todos los temas en la casa de un amigo que fue el ingeniero, Fran Demichellis, fuimos y grabamos el esqueleto de las canciones, y después con Tuta que produjo el disco empezamos a rellenarlas un poco en su casa. Grabamos un poco en la sala de BDT, íbamos escuchando. El disco ni siquiera está terminado todavía, es un disco que está como en constante crecimiento todo el tiempo: cambiamos cosas, metemos cosas, entonces es cómo que nunca termina y está bueno eso porque no es como centrarse a hacerlo.

¿Tuviste algunas referencias de cómo querías que sonara?
Justamente lo que queríamos es que no haya referencias. Quería hacer algo totalmente instintivo y personal, no buscar referencias por más que sí hay discos que nos interesa el sonido. Era como tratar de hacer música que fuera nueva para nosotros, para mí y para Tuta, no había un concepto a seguir, de hecho hay canciones como “En la Cama” que son super modernas y después hay una balada de piano que es “Si no te tengo a mi lado” que son dos canciones totalmente diferentes, entonces no es “Sonemos así aquí, sonemos así acá”, era todo como una explosión que no se podía detener.

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Sin embargo cuando te escuche tocar el otro día en tu casa sentí que había como mucho espíritu de The Kinks en las canciones
Es que esa es una música que a mí me formó también, son cómo rasgos compositivos que me pegaron mucho esos artistas como The Kinks, Syd Barret o John Lennon que fueron los que me enseñaron y me impulsaron a agarrar una guitarra y tratar de hacer una canción.

¿Y cómo te sentiste tocando las canciones por primera vez en tu casa?
Me sentí muy bien, fue como una especie de debut y presentación de las canciones para mis amigos porque el 9 de noviembre tenía la apertura del show de Zoé en Buenos Aires. Había pensado hacer un show antes para exorcizar un poco lo que sería el show en vivo y cómo no quería alquilar un lugar decidí hacerlo en mi casa, así que invité a todos mis amigos y canté las canciones acá por primera vez, de hecho nunca había ensayado el show de corrido. También fue una especie de riesgo para mí y eso es lo que más me interesa también de este proyecto, esa espontaneidad y esa incomodidad a la hora de hacerlo porque no sabes nunca que carajo va a pasar, al no haber un sistema de orden que este fundamentado en un concepto de show como puede pasar con una banda, esto es totalmente caótico y arbitrario y creo que es lo que me gusta del proyecto también, que haya errores o que me pueda olvidar la letra.

Debe ser toda una experiencia también tener esa cercanía con el público después de estar tantos años tocando en tarimas con Banda de Turistas.
Creo que también hay una cuestión medio primitiva del espectáculo y del entretenimiento. Siento que uno va a ver una banda y sabe lo que va a pasar y a mí personalmente me aburre eso y muy pocas veces me pasa que voy a ver una banda que está siempre en el filo del riesgo. Siento que hay ahora una especie de manto de profesionalización en el que las bandas tienen que sonar bien y que al final es una especie de producto alimenticio congelado, como una hamburguesa congelada que sabes que la sacas del freezer y vas a comer una hamburguesa. Creo que hay pocas bandas que tienen ese vértigo con la caída y es lo más interesante de ver, hay pocos shows que logran eso de que no tiene que estar todo bien siempre en los shows. Se puede pifiar, se puede cantar mal porque también son cosas memorables.

Una especie de homenaje al error.
Sí, la filosofía hermética dice eso que el error y lo correcto son parte de lo mismo, con una diferencia gradual. Entonces es lo mismo equivocarse o no. Este proyecto es como tratar de derribar todo lo que este bien y todo lo que se espera, primero para incomodarme a mí mismo que es lo fundamental.

Es cómo si la incomodidad fuese la gasolina que necesitas para crear.
No es que la necesite, es algo que existe. Es como romper también con la zona de confort y poder empujarse un poco más de lo que uno cree que puede dar y eso es para todos los sistemas cotidianos, no sólo en la música, creo que es como ese hambre insaciable de querer dejar algo y no sabes para que es al final… como dejar una huella. Creo que también el fundamento artístico de cualquier músico es esa transmutación de la inmortalidad, es dejar algo en el mundo para que cuando vos no estés más puedas seguir existiendo y contaminando.

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