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En India, es negocio tener mujeres como cadeneras

Si quieres ganar más que un hombre en Delhi, trata de lidiar con borrachos en los clubes.

Este artículo fue publicado originalmente en Broadly.

"Lo mejor de mi trabajo es que tengo el poder de proteger a la gente. Pero puede ser frustrante, cuando tienes borrachos o borrachas jactándose a todo volumen de sus conexiones personales."

Shalu Singh, de 35 años, me cuenta sobre su trabajo como portera en Delhi, la segunda ciudad más grande en la India. Al parecer, el borracho de club es tan irritante en un bar del centro de Delhi como en un súper club en Las Vegas.

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Singh es una de las miles de mujeres en la India que ha entrado a una industria dominada por hombres, llevando a que el Times en ese país proclame a las mujeres cuidando las puertas como lo que "está 'in' en las bodas de alto perfil, los conciertos y los eventos privados." Es un fenómeno de lo más inusual, dada la reciente historia problemática del país sobre los derechos de las mujeres.

Singh se convirtió en portera tras su retiro de la fuerza policiaca de reserva y su hijo tuvo la edad suficiente para ingresar a la escuela. Ella balancea la crianza de su hijo y su trabajo con ayuda de su familia. "Mis suegros ayudan mucho, cuidando de los niños cuando trabajo hasta muy noche y llevándolos a la escuela, por ejemplo."

Ella trabaja con la compañía de seguridad de Delhi, Denetim Services, la cual se especializa en dar servicio a la creciente demanda de mujeres porteras en la burbujeante escena nocturna de la ciudad.

"Hace cinco años, si me preguntabas si contrataría mujeres para cuidar la puerta, ¡me habría reído de ti!" me comenta el fundador de Denetim, Anubhav Khiwani por teléfono. Conforme la India se aleja de sus valores tradicionales conservativos, uno de los más grandes recursos de Khiwani ha sido el suplir bares, clubes e incluso funciones a lo largo de la ciudad con porteras.

"Hay dos cosas que necesitas para entender la cultura India," explica Khiwani. "Que los hombres le permitan a sus esposas trabajar, después de tener hijos--¡esto es inaudito! El movimiento feminista estaría muy feliz de escuchar esto, estoy seguro. Delhi no es lo que era. Estamos cambiando de forma dinámica muy rápido, no podría contarte."

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Anu Gulati, de 34 años, está de acuerdo en que la cultura india se ha vuelto más servicial sobre las mujeres trabajadoras. "Mi familia apoya mucho mi trabajo como portera. Los niños son realmente independientes y me ayudan a manejarlo. Ni siquiera me he topado con ningún estigma social. De hecho, la gente respeta esta clase de trabajo."

Otra portera, Jyoti Kumari de 26 años, señala que la situación puede ser un poco diferente fuera de las metrópolis urbanas de Delhi: "Mientras mis padres me apoyaban y todas mis amigas en la ciudad eran porteras, [aún experimenté] algo de resistencia a nivel de villas."

Dos chicas ponen una cara seria mientras trabajan en seguridad. Foto cortesía de Denetim Services.

Las raíces de este cambio social son financieras. En Delhi, las mujeres porteras ganan un aproximado de 30,000 rupias al mes (aproximadamente $450 dólares), lo cual es un sueldo promedio en la ciudad. Pero mientras su paga está a la par de los hombres porteros, ellas reciben ligeramente más que ellos en los eventos: como 500 rupias extra (como $7.50 dólares).

Khiwani hace una pintura para mi de la clase de mujeres que emplea. "No son de la clase baja, se visten bien. Tienen pequeños hogares, sólo un dormitorio. Pero, esto es muy importante, tienen que estar casadas."

Mientras las actitudes culturales en las mujeres trabajadoras han mejorado en años recientes, el pensar en una mujer que no este casada trabajando en seguridad en clubes y bares de Delhi aún es impensable, incluso para la gente más liberal. "Buscamos por mujeres con experiencia que hayan pertenecido al servicio. De una altura de cinco o seis pies, las mujeres en la India no son muy altas. Necesitan ser más pesadas de lo usual. Una mujer casada de mediana edad con look básico."

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La gran aceptación social de las mujeres bebiendo alcohol está conduciendo la demanda de mujeres porteras. Como Khiwani explica, "Las raíces están en la emancipación de las mujeres en la sociedad India. Mira los bares; verás multitudes como en cualquier parte del mundo. No sólo verás hombres acechando a dos extranjeras. ¡Verás grupos! Mujeres y hombres bebiendo."

El negocio de Khiwani crece con cada chica que se emborracha en Delhi y se desmaya en el cubículo del baño. Como hombres porteros no puedes tocar a una mujer (sin importar si se caen de borrachas), los bares deben contratar mujeres de seguridad. Desde la perspectiva de un portero, las mujeres borrachas son más difíciles de manejar. "¡Pueden ser difíciles!" menciona Kumari. "Especialmente cuando se están cayendo y no hay nadie con ellas. Nunca manejo a hombres borrachos. De ellos se encargan los porteros."

Pero no sólo son las mujeres fiesteras de Delhi las que están conduciendo el crecimiento de la industria. Un creciente número de familias de la clase media están buscando contratar mujeres para manejar su descendencia.

"Recibo llamadas de padres diciendo que su hija huyó una noche con sus amigos, así que quieren contratar a una chica de seguridad para protegerla en la noche," menciona Khiwani. "Y acabo de recibir una llamada de una indio-americana que quiere a una chica que cuide a sus padres aquí en Delhi. Padres pidiendo mujeres para sus hijas; hijas pidiendo seguridad para sus padres. ¡Mira el circulo de la vida! ¡Nunca termina!

Las porteras también son de gran demanda en las bodas, aunque las familias infelices también son buen negocio. "He tenido peticiones de seguridad en arreglos de divorcio. El esposo está preocupado de que la esposa traiga a alguien y la esposa igual, y la situación puede crecer. Así que inicias un matrimonio con personas de seguridad y lo terminas igual. ¿Puedes imaginar lo que está sucediendo en el país?

Khiwani hace una pausa para respirar. "Le proveo de mujeres a los gimnasios ahora, porque me dicen que hay peleas de mujeres en el gimnasio y necesitan de mi personal para controlarlas. Pelean por espacio, o por el equipo del gimnasio. ¡Se vuelven locas! Es peor entre doce y dos, cuando las solteras van al gimnasio. Se miran la una a la otra celosamente y hacen opiniones de ellas y deciden si pelean o no."

Más allá de estas peleas, Khiwani es optimista sobre el futuro de las mujeres en esta área. "Delhi es una ciudad loca, en un país loco, así que el futuro es brillante para mi. Quiero continuar dando seguridad de calidad y un trabajo de calidad. Porque el dinero, y la locura, están incrementando."