Todos lo malo de la policía de Ferguson se ha puesto en evidencia

Niños con las manos arriba en el lugar donde murió Michael Brown, en Ferguson, Missouri. Foto por Alice Speri.

Después de que un oficial de la policía de Ferguson, Missouri, disparó y mató a Michael Brown de 18 años, este 9 de agosto, la reacción de los policías reveló claramente el panorama de todos los aspectos peligrosos de la policía moderna en EU.

Para empezar, existe un arquetipo infalible del policía racista. Aunque se dice que Brown robó una cajetilla de cigarros de una tienda de autoservicio poco antes de morir, su detención no fue por una denuncia de robo. La débil excusa de que la policía lo detuvo por cruzar la calle imprudentemente le agrega un toque de segregación, lo que enfurece aún más a la gente y acentúa el elemento racial del tiroteo. En Ferguson, las cifras sugieren que los policías detienen a más a personas negras que a blancas. Una ocasión, unos policías golpearon a un hombre de 52 años y luego presentaron cargos contra él por dañar sus uniformes con su sangre. Es posible que Brown haya sido un adolescente imprudente que cometió un delito insignificante, sin embargo, ya no podrá crecer y convertirse en una mejor persona.

La policía se presentó como un ejército provocando a las multitudes pacíficas, tanto antes como después de que comenzara el saqueo del 10 de agosto. Esta reacción, en la que los dueños de las tiendas se vieron afectados por la multitud y se violaron los derechos de la Primera Enmienda, enfatizó otro grave problema de la policía: Ahora violaron la ley federal Posse Comitatus, que limita el uso de fuerza por parte del gobierno. Hay hombres equipados con indumentaria SWAT parecida al uniforme militar que tienen permiso de derribar las puertas de varios supuestos narcotraficantes por la noche, pero casi nunca hay videos para probarlo —y cuando la hay, la gente se escandaliza, incluso aunque sólo sea un operativo anti drogas normal. Ver una barricada parecida a las que hay en Medio Oriente una tarde entre semana fue inquietante para las personas que apenas comenzaban a acostumbrarse a la nueva normalidad.

Otro golpe para la policía de Ferguson fue su increíble opacidad después de que murió uno de sus integrantes. Iniciaron un toque de queda y les tomó seis días hacer público el nombre de Wilson. Hicieron lo posible para evitar la atención de los medios de comunicación. En la noche del domingo, un oficial de la unidad SWAT gritó: “¡Apaga esa luz!”, y después “¡Lárgate de aquí!” a un estudiante que estaba transmitiendo en vivo por la radio. El oficial, que supuestamente apuntó con un arma al estudiante, también gritó algo parecido a: “¡Apaga esa luz o te disparo con esto”. Algunos medios de comunicación (incluyendo a Mediaite) creyeron que el policía gritó “o te disparo en la cara”. Otros dicen que el policía pudo haber gritado “te bombardeo con esto” en lugar de “disparo”. De todos modos, es igual de malo.

Ryan Reilly, periodista del diario The Huffington Post y Wesley Lower, periodista del Washington Post, fueron detenidos el 13 de agosto. La misma noche, un grupo de reporteros del canal Al Jazeera América sufrió un ataque con gas lacrimógeno, los agresores huyeron y se vio a los policías quitándoles sus cámaras. Durante la noche del 17 de agosto, amenazaron a Cris Hayes —reportero del canal de noticias MSNBC— con lanzarle gas lacrimógeno si cruzaba un línea de la policía. Ron Johnson, el jefe de la patrulla de caminos, esposó durante unos minutos a algunos reporteros de la revista Sports Ilustrated, y los periódicos The Telegraph y The Financial Times. Los subordinados de ese policía también mintieron acerca de haber usado gas lacrimógeno durante el fin de semana.

La policía de Ferguson dispone de dos cámaras portátiles para los agentes y otras dos para las patrullas, pero aún no se ha instalado ninguna supuestamente debido al gran costo que implica. Cuatro cámaras para 18 patrullas y 53 oficiales es inaceptable. Sin embargo, el departamento cuenta con un vehículo blindado resistente a minas y con protección para emboscadas diseñado para las calles de Afganistán e Irak.

Los principales medios de comunicación han adoptado distintos puntos de vista con respecto a las reacciones tras el episodio violento de Ferguson y el de la policía militarizada al parecer es el más fácil de digerir. El Senador Rand Paul, el representante Hank Johnson y otros políticos solicitan que se ponga fin al programa 1033 del pentágono, que permite que hasta los departamentos de policía más pequeños puedan usar indumentaria de guerra. Sin embargo, en junio, se sugirió una enmienda a la ley de Autorización de Defensa Nacional, con la que se podía cumplir esta petición. Aún así, tanto los Demócratas como los Republicaron la rechazaron por completo. Al parecer, ambos partidos prefieren que las cosas se queden como están.

El drama de las fotografías de protesta suele desviar la atención de la gente de las cuestiones políticas serias. Sin duda, hay sujetos que siempre han creído que esos malditos hippies/anarquistas/malhechores (como se refieren a los negros) recibieron lo que merecen y que no hay necesidad de poner estándares más altos para la policía. Las noticias son fáciles y las soluciones difíciles. Ya veremos si la ira en Ferguson puede mantenerse sola y si el periodo de atención del público, quien manda en verdad (mientras que los políticos siguen cuando es seguro), es suficiente para convertir esta indignación en una reforma.

También ve la cobertura que VICE News ha hecho sobre las protestas en Ferguson.