Monarcas de paso. Estos son los gobernadores que no comprobaron sus gastos
Los gobernadores del PRI encabezan la lista de los mandatarios más opacos, pero perredistas y panistas no se quedan atrás. Foto: Cuartoscuro.com

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Monarcas de paso. Estos son los gobernadores que no comprobaron sus gastos

Llegan, se sientan en el trono, reparten dinero como virreyes... y se van. Esta es la historia de una presunta malversación de 38 mil millones de pesos, basada en auditorías sistematizadas por #FuisteTú?

Artículo publicado por VICE México.

Eran los primeros días de octubre en Chihuahua, capital del estado homónimo, y Javier Corral apenas se acomodaba en el despacho de gobernador. Ahí llegó en 2016 por su mayoría en las urnas, apenas el segundo ganador del Partido Acción Nacional ( PAN) en la historia de la entidad, pero cuando aún no terminaba de organizar su escritorio, se percató de que los números en las arcas del estado no cuadraban.

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Antes de convertirse en prófugo de la justicia, acusado de desviar millones de pesos de la administración chihuahuense hacia las campañas del Partido Revolucionario Institucional (PRI), el exgobernador César Duarte le había dejado una cuenta de más de 10 mil millones de pesos (mdp) públicos sin comprobar. Apenas una tajada de los miles de millones que brotarían después gracias a las auditorías.

Una situación similar se repitió en el puerto de Veracruz, también con gobernantes tricolores y blanquiazules involucrados. Con la marea política todavía agitada por la aprehensión de Javier Duarte, un gobernador interino fue quien entregó las llaves del ejecutivo local al panista Miguel Ángel Yunes. La alegría del nuevo gobernador por ser la primera figura de la alternancia jarocha debió crispar en cuanto vio las deudas del estado y una suma de 7 mil 400 millones de pesos públicos que hasta el momento no se han podido comprobar.

Los gobernadores más opacos. Fuente: Información de auditorías analizadas por FuisteTú?

En el convulsionado estado de Tamaulipas la historia no fue muy distinta, y de nuevo tuvo como protagonista a un gobernador saliente del PRI y uno del PAN que llegaba con la responsabilidad de limpiar el desastre. En la entidad fronteriza, donde los escándalos políticos se volvieron tan comunes como las balaceras del narco, Egidio Torre Cantú, investigado por Auditoria Superior del Estado debido a irregularidades en las cuentas públicas, le dejó a su sucesor blanquiazul, Francisco García Cabeza de Vaca, una factura de mil 500 millones de pesos del erario sin probar en qué se gastaron.

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Y aún hay más

El mismo guión de gobernadores priístas que no saben en qué gastaron millones de las arcas públicas, fue interpretado por los exgobernadores de Aguascalientes, Carlos Lozano, y Durango, Jorge Herrera. Los montos que faltan por comprobarse son de 25 y 190 millones, en detrimento de los gobiernos ahora liderados por los panistas Martín Orozco y José Rosas Aispuro, respectivamente.

La película de los tricolores opacos incluso llegó hasta las costas caribeñas de Quintana Roo, aunque en este caso fue el perredista Carlos Manuel González quien tuvo que cargar con el muerto de 2 mil millones de pesos que le dejó el exgobernador Roberto Borge, recientemente extraditado desde Panamá para cumplir un proceso legal en su contra por lavado de dinero.

Al otro extremo del país, el oaxaqueño Alejandro Murat Hinojosa fue el único priísta al que un gobernador de otro partido le endosó los fondos públicos sin comprobar. En total, Gabino Cué Monteagudo, quien llegó al poder de la mano de Movimiento Ciudadano (MC), se fue sin decir dónde pararon o en qué se gastaron 900 millones del erario oaxaqueño, de acuerdo con un análisis a las cuentas públicas realizado por el colectivo FuisteTú? .


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Tomando como base el trabajo de la auditoría pública realizado en 2016, el colectivo integrado por organizaciones como Oxfam México, Data Cívica, Transparencia Mexicana, Incorruptible, Horizontal, Borde, Causa en Común e Integralia desarrollaron un algoritmo para sistematizar los resultados de las auditorías públicas, el cual ayuda a detectar dónde hay fallas con el uso de los recursos públicos.

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Aunque los perredistas tienen su alta cuota de opacidad financiera, ya que acumulan mil 600 millones de pesos de dinero público sin comprobar entre cuatro gobernadores implicados, y los gobiernos del PAN acumularon 900 millones que nadie parece saber dónde terminaron, los gobernadores del PRI son los más opacos, puesto que han dejado más de 29 mil millones de pesos sin comprobar, a pesar de que están obligados por ley, como parte de las tareas financieras de las administraciones estatales.

De acuerdo con un cálculo realizado por VICE, basado en información de las auditorías estudiadas por FuisteTú?, el dinero que no han podido comprobar los gobernadores del PRI, PRD y PAN desde 2016 asciende a más de 38 mil millones de pesos provenientes del erario, con lo cual alcanzaría para cubrir más del 88 por ciento del presupuesto aprobado este año por la UNAM, el cual asciende a más de 43 mil mdp.

Opacidad tricolor

Si bien los casos de los Duarte y ‘El Pirata’ Borge son los que más han estremecido la vida política de México, no son los únicos priístas que tienen cuentas pendientes. Hay otros como el sinaloense Mario López Valdez ( Malova), que igualmente destacan de forma negativa. Sus mil 800 millones sin comprobar, presuntos vínculos con el narco y una decena de excolaboradores investigados por la Fiscalía Estatal, no le impidieron dejar la gubernatura con tranquilidad. Mientras tanto, el dinero sigue sin comprobarse.

El mexiquense Eruviel Ávila es otro que ha librado cualquier intento de zancadilla política a fin de salir impune. A pesar de los altos índices de violencia que dejó en la entidad antes de dar paso a su correligionario, Alfredo del Mazo, el originario de Ecatepec se fue sin notificar qué había pasado con mil 200 millones de pesos. En la casa de gobierno ubicada en Toluca todavía se lo siguen preguntando.

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De acuerdo con el reporte del colectivo FuisteTú?, los mandatarios de Guerrero y Yucatán también causaron estragos en las finanzas de los estados donde fueron elegidos con la intención de mejorar las condiciones. Por un lado, Héctor Flores Astudillo no ha transparentado el uso de 850 millones, que bien podrían servir para mejorar las condiciones de seguridad en Acapulco, la joya turística y económica del estado. Mientras que, en la península, el yucateco Rolando Zapata Bello tiene pendiente la comprobación de 800 millones en gastos ejercidos durante su gobierno, el cual concluye en menos de 24 horas.

A la lista de gobernadores surgidos del PRI con un finazas fallidas, hay que sumar al zacatecano Miguel Alonso Reyes, quien no dudó en aventar el paquete de los 420 mdp sin comprobar a su compañero de partido, Alejandro Tello, en pleno año de la auditoría. La misma estrategia fue copiada por Francisco Olvera en Hidalgo, aunque la ‘víctima’ en la tierra de la barbacoa fue Omar Fayad, famoso por presentar una ley que buscaba censurar internet y quien ahora debe lidiar con un lastre financiero.


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En el cuadro del deshonor también figuran personajes como Alejandro Moreno, actual gobernador de Campeche; Ignacio Peralta, ejecutivo estatal de Colima; el abogado Juan Manuel Carreras, gobernante de San Luis Potosí y el exgobernador de Tlaxcala, Mariano González Zarur. En conjunto suman más de 400 millones provenientes de fondos públicos, sin comprobantes que justifiquen su ejercicio.

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Además, hay que agregar al tapatío Aristóteles Sandoval, cuyo gobierno no ha comprobado 120 mdp y tiene hasta febrero de 2019 para hacerlo. La única mujer en la lista es Claudia Pavlovich, gobernadora de Sonora y ahijada política de Manlio Fabio Beltrones, cuya administración no ha mostrado en qué utilizaron más de 130 mdp.

Mención aparte merece el exgobernador de Coahuila, Rubén Moreira Valdés, quien se fue sin decir qué hizo con 420 millones. Rubén es hermano de Humberto Moreira, quien también ocupó el cargo estatal e incluso fue presidente del PRI, por supuesto, antes de ser investigado por enriquecimiento ilícito con lo que se vio obligado a exiliarse en Barcelona, España. Aunque luego volvió triunfal en busca de un nuevo cargo público.

Al sumar los gastos que los gobernadores del PRI no han comprobado, el monto asciende a 29 mil millones de pesos públicos, los cuales no se sabe realmente si aparecerán justificados algún día. Con ese dinero, alcanzaría para comprar cuatro veces al Club Deportivo Guadalajara, el equipo más valioso del futbol mexicano. Y todavía sobrarían 4 mil millones.

Bronco, Velasco y otros morosos

Dentro del listado elaborado por FuisteTú? destacan los nombres de dos gobernadores que sonaron para la presidencia, pero se quedaron en el camino. Al norte del país, el primer gobernador sin partido en la vida democrática de México, Jaime Rodríguez, suma 5 mil 800 millones del erario neoleonés sin comprobar. Con el dinero que El Bronco no ha podido comprobar, alcanza para comprar 31 millones de acciones de FEMSA, empresa regiomontana que se ha posicionado como una de las más importantes del continente.

Otro que mostró severos problemas en las cuentas del estado, es el exgobernador de Oaxaca, Gabino Cué, quien, a pesar de su pasado tricolor, llegó al poder con el auspicio del camaleónico Movimiento Ciudadano. Durante su ejercicio político entre 2010 y 2016, desapareció de las cuentas públicas un monto que supera los 900 millones. Tras dejar el cargo, tanto el Senado de la República como el Congreso local comenzaron investigaciones en contra de Cué y sus colaboradores por presuntamente haber desviado más de 30 mil millones del erario. Hasta el momento, el paradero de Cué resulta un misterio para las autoridades, e incluso envió a un abogado a su nombre para que recibiera el expediente que el congreso local abrió en su contra como parte del juicio político que le espera.

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Al sur, otro de los gobernadores cuyas aspiraciones presidenciales se esfumaron igual que el dinero público, es Manuel Velasco Coello, emanado de las filas del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), pero arropado hasta hace unos meses por los brazos del priismo. El esposo de la actriz Anahí, quien ocupará un escaño en el Senado de la República próximamente, dejó a Chiapas con un déficit de 618 millones sin comprobar, suficientes para comprarle un vuelo redondo entre Tuxtla Gutiérrez y la Ciudad de México, con la aerolínea más cara del país a 77 mil personas.

Responsabilidad compartida

Aunque los gobernantes del PRI lucen como lo más opacos dentro del listado de instancias públicas que preocupan al colectivo FuisteTú?, los del sol azteca no han manejado las finanzas públicas con mayor transparencia que sus otrora antagonistas. Muestra de ello son los 150 millones que desaparecieron durante la administración de Miguel Ángel Mancera en Ciudad de México, y que hasta la fecha no se ha verificado su destino.

El exprocurador capitalino, sin embargo, no parece ser el único que perdió la brújula del dinero y de su gobierno, pues en el costal de las cuentas turbias aparece junto con Silvano Aureoles, gobernador de Michoacán, quien durante el pasado proceso electoral no ocultó sus preferencias por los candidatos del tricolor, por encima de Ricardo Anaya, el gallo que postularon en coalición desde su partido.

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El gobernador michoacano incluso mantiene sin comprobar una cifra mayor a la de su colega capitalino: 820 millones de pesos, de los cuales no saben dar razón en las oficinas financieras ubicadas en Morelia.


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Sin embargo, para que la hecatombe financiera de los gobernadores perredistas fuese total, faltaba el escándalo de uno de sus pilares, Graco Ramírez. El morelense no solo hundió a la entidad arrocera en una crisis de seguridad por la presencia del crimen organizado, sino que también dinamitó los números de su administración con 460 millones que faltan por comprobar.

Con los 200 millones que el todavía gobernador de Tabasco Arturo Núñez Jiménez no ha podido comprobar, las cuentas fallidas de los gobernadores de extracción perredistas aumentan hasta los mil 600 millones de pesos, cantidad suficiente para cubrir el gasto de servicios generales del Instituto Politécnico Nacional ( IPN) en 2018. El cercano del presidente electo Andrés Manuel López Obrador, cierra así la pinza de los gobernadores opacos. A ver cómo les va a los nuevos gobernantes cuando las auditorías se echen un clavado en sus cuentas.

Enrique Alvarado en Twitter: @kikin_agz

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