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Sin embargo, a principios del mes pasado, el doctor estuvo muy cerca de reabrir una nueva clínica en la isla de San Pedro, Belice. Por suerte, la policía descubrió su oscuro pasado a tiempo.San Pedro es famosa por ser la inspiración de la canción "La isla bonita" de Madonna y por una disputa violenta entre los Bloods y los Crips. Es un destino turístico muy popular para los que buscan relajarse en su paisaje idílico y sus aguas turquesa pero también es un país pobre con una historia de corrupción.El 18 de noviembre de 2015, el doctor Hall publicó un anuncio en un periódico local de Belice, The San Pedro Sun, donde buscaba un asistente dental. Fue el primero de una serie de anuncios donde solicitaba espacio para un consultorio, empleados y después la gran apertura de la nueva Clinica Dental Oceanside.Aun sin saber sobre su horrible pasado, Tamara Sniffin, la editora de San Pedro Sun, dijo a VICE que los anuncios le parecían sospechosos. "Nos preguntábamos cómo le había hecho para conseguir una licencia para practicar odontología en el país porque, en general, es un proceso largo que disuade a muchos extranjeros de siquiera intentarlo", dijo Sniffin.Incluso si tienes licencia en tu país natal, sacar una en el extranjero es un proceso burocrático muy laborioso. Los dentistas primero necesitan tener un permiso laboral, después tienen que mandar la licencia desde su país natal junto con otros papeles como certificados universitarios, certificaciones y cartas de recomendación. Según los blogs de algunos expatriados, el proceso puede tardar varios meses y el gobierno tiene una "actitud proteccionista" porque prefiere que los puestos bien remunerados sean para los ciudadanos de Belice. Por eso, cuando Sniffin vio los anuncios de un doctor estadounidense que abría una clínica en San Pedro, le pareció muy inusual.
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Antes de la gran inauguración de la nueva clínica del doctor Hall, Sniffen –la editora del periódico– empezó a recibir emails de lugareños preocupados con artículos de sobre la detención de Hall en 2005. Me dijo que reenvió la evidencia muy bien fundamentada de los delitos del doctor Hall al Ministerio de Salud pero no recibió respuesta alguna. Entonces tomó el asunto en sus propias manos.
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