Este artículo incluye contenido explícito.¿Qué llevas puesto ahora mismo? Oscurece la pantalla y busca tu expresión facial reflejada sobre ella. La presentación de ti mismo mientras exploras internet seguramente no se corresponde con tu mejor representación, pero esa es exactamente la persona que reparte tus likes en Facebook, favoritos en Twitter y corazones en Instagram. En otras palabras, es el individuo que consume todo ese contenido de internet. El fotógrafo Marco Onofri plasma la esencia del "consumidor de contenido" en una serie de escenas de desnudos que sitúan a los espectadores de internet en una habitación con los modelos a los que siguen. El resultado son unas imágenes inquietantes y surrealistas que forman parte de una serie que se titula Followers, pues los verdaderos protagonistas son estos fisgones de internet y no los personajes desnudos que posan en las escenas.
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Onofri buscó a estos fisgones que protagonizan sus fotos online y les pidió que para la sesión se pusieran la misma ropa que llevaban cuando aceptaron participar en el proyecto. Por eso el resultado es un público que parece natural y presenta una diversidad de género, edad, raza y estilo. A los modelos les pidió que adoptaran la misma postura con la que aparecieron en su última publicación en sus redes sociales, y recreó así unas composiciones que tratan de visualizar cómo sería consumir el contenido de una cuenta de Instagram en el mundo real, mirando y nada más.
Fueron estas interacciones anónimas que ocurren a través de la red lo que llevó a Onofri a crear Followers. Tras publicar un elegante desnudo de su novia en Tumblr vio que la fotó acabó en "varias páginas de contenido vulgar que se centran en la objetivación. Me sorprendió y cabreó ver cómo estas páginas comparten fotos íntimas ante un grupo de seguidores desconocidos que seguramente no buscan más que cachondeo", explica a The Creators Project. Followers es un intento de llamar la atención de esos consumidores "armados con likes y comentarios" y "protegidos por el anonimato" que son "capaces de expresar sus deseos más obscenos sin riesgo de tabú".A la hora de crear la serie, y dada su experiencia anterior, Onofri tuvo claro que el "contenido" tenía que estar representado por modelos desnudos. "La desnudez refleja la honestidad que a menudo circula por las redes sociales. Los modelos que se exponen al juicio de seguidores anónimos necesitan un sentido de yuxtaposición extra que refleje la intimidad y el voyeurismo".
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Su mayor reto fue lograr transmitir las verdaderas emociones haciendo que sus sujetos se sintieran cómodos ante los modelos desnudos. "Los modelos eran profesionales y estaban cómodos posando desnudos, pero para los seguidores era una situación completamente nueva", explica Onofri. "Como resultado fueron los seguidores los que se sintieron más incómodos a la hora de posar". El público sudó, se enrojeció e hizo algún que otro chiste para aliviar la tensión, pero su incomodidad es evidente en las fotografías.Sin embargo, hubo un par de gestos espontáneos que sorprendieron a Onofri durante su sesión. "Un joven chaval enamorado le pidió a la modelo que se casara con él y una mujer empezó a dar de pecho a su bebé como símbolo de solidaridad. Estos momentos fueron mi recompensa, pues igual como ellos yo también soy un seguidor”.
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