¿Porqué los pesticidas de los cultivos transgénicos nos hacen tanto daño?

En lo referente a cultivar y comer productos orgánicos, Europa ha estado siempre a la delantera de América. La Unión Europea escribió su primera guía estandarizada de producción orgánica y etiquetado en 1991, mientras que las reglas del USDA (Departamento de Agricultura de los Estados Unidos) no fueron lanzadas hasta más de una década después, en 2002. En Europa, alrededor de 27 millones de hectáreas de tierra están dedicadas a las plantaciones orgánicas; en América —tierra de la libertad y hogar de vastas plantaciones de soya transgénica y maíz transgénico— ese número ronda los 5 millones de hectáreas. Y mientras que en América los mayores productores de pesticida, como Sygenta y Monsanto, continúan produciendo muchísimo dinero, vendiendo billones de dólares en químicos cada año; en Europa la marea está cambiando en contra de esos pesticidas potencialmente venenosos para las las personas, con los estados de la UE pidiendo una reducción substancial en su uso. Esto ha hecho temblar a los fabricantes de químicos —tanto, que sus compañías supuestamente reprimieron la publicación de un reporte de la UE sobre los efectos tóxicos de los pesticidas—.

En 2013, según The Guardian, la Comisión Europea hizo un detallado reporte demostrando los riesgos potenciales a la salud asociados con el uso de pesticidas comerciales, incluyendo anormalidades fetales, mutaciones genitales, infertilidad, cáncer y perdida de IQ. El uso de estos pesticidas también ha sido asociado a la depresión e incluso al suicidio de agricultores en Estados Unidos, Brasil y China, entre otros lugares. Estos químicos, disruptores del sistema endócrino, que también se encuentran en productos para el hogar, como cosméticos y limpiadores comunes, terminan en un gasto de cientos de millones de euros en tratamientos de salud cada año.

El documento de la comisión, que continúa sin publicarse, debía prohibir el uso de químicos dañinos en la UE desde 2013. Pero cuando los grandes actores de la industria química, como BASF, se enteraron de la existencia de este reporte, ejercieron extrema presión sobre la comisión para que mantuviera sus descubrimientos para sí misma.

"Ya estábamos listos para continuar con el plan estratégico, pero la oficina de la Secretaría General nos dijo que nos olvidáramos del asunto", le dijo a The Guardian un involucrado en la comisión. "Efectivamente, el plan fue suprimido. Le permitimos ganar a la legislación probiocidas y propesticidas".

Las masivamente lucrativas compañías de químicos están preocupadas por sus resultados finales. Según una investigación de la Red de Acción Pesticida de Europa, las recomendaciones habrían afectado a 31 pesticidas con unas ventas anuales de billones de dólares; pero aunque las corporaciones hayan convencido temporalmente a la comisión europea a sentarse sobre sus datos, eventualmente tendrán que enfrentar un cambio.

Ayer, los expertos representantes de los estados miembros de la UE anunciaron que están buscando restringir el uso de 77 ingredientes de pesticidas, un maniobra que podría afectar hasta el 20 por ciento de todos los pesticidas vendidos en Europa. Y en Francia, el ministro de agricultura Stéphane Le Follnha ha presentado un plan para cortar a la mitad el uso de pesticidas para el 2025, llevando a la agricultura del país a métodos más holísticos y menos dependientes de los químicos.

No es necesario decir que los fabricantes europeos de pesticidas no están contentos con los esfuerzos del continente por una reforma agrícola. Euros Jones, director de asuntos regulatorios en la Asociación de Protección de Cultivos Europea, contó a Chemical & Engineering News que "va a ser difícil llegar a esos estándares, creados por razones políticas".