FYI.

This story is over 5 years old.

Identidad

Por esto necesitamos espacios seguros para los hombres

Como tallerista en masculinidades sanas, he visto que esto sirve para contrarrestar al patriarcado.
Sarah Berman
tal y como se lo contó a Sarah Berman
Photo by Clem Onojeghuo

Tengo amigos y amigas que me preguntan esto: ¿En verdad los hombres necesitan un espacio seguro? Como hombre que da talleres sobre consenso y una masculinidad sana, creo que la respuesta es "sí".

Suelo ser invitado a espacios en los cuales grupos de hombres discuten sobre poder y privilegio, sobre inequidad y discriminación. Buscan expresar ideas que deconstruyan el género de manera que aborde la masculinidad tóxica. Hablamos de las diferentes formas en las que la masculinidad es representada, dando espacio a conversaciones sobre identidades queer y consenso.

Publicidad

Lea también:


Creo que necesitamos desplazar un poco del peso que llevan los grupos de mujeres y los grupos feministas, y darles un poco de responsabilidad a los hombres. Los hombres tienen que hablar de las maneras en las que ellos dañan a la gente, y lo que pueden hacer para apoyar a las mujeres en nuestras comunidades. Si solo las mujeres hablan de soluciones, tenemos únicamente la mitad de la conversación. ¿De qué manera se hacen los hombres responsables de generar ideas más sanas de masculinidad?

Muchos de los hombres con los que trabajo están muy emocionados por hacer parte de esta conversación. Lo ven muy claramente, y ven cómo esto los afecta a ellos y a sus relaciones. Tenemos que hablar de cómo hemos dañado a otros y reconocerlo. Sacar todo a la luz sin pena, y buscar las formas de cambiar los comportamientos.

Algunos hombres necesitan hablar de sus experiencias siendo gays, hombres trans, queer, o personas que se identifican como no-binarias (pero que se ven como hombres), y todas estas conversaciones pueden sonar un poco diferentes. Cuando hombres cisgénero heterosexuales con un montón de privilegios se reúnen para discutir ideas, no siempre va a resultar en algo apropiado, bueno o sensible. Eso es más difícil cuando hay gente en ese mismo espacio que podría sentirse herida cuando algunos hombres hablan de su situación. Hace que la conversación sea más difícil de tener. Involucra más sentimientos, más emociones y lo que suele pasar es que las personas con muchos privilegios dejan de participar. Deja de ser menos algo sobre salir adelante, y más algo tipo "a la mierda esto".

Publicidad

La realidad de una falta de igualdad bajo el patriarcado tiene que ser articulada muy claramente

Sería grandioso que todos pudiéramos tener una conversación sobre nosotros y nuestros comportamientos en frente de personas que podrían sentirse lastimadas, pero creo que todavía no estamos en ese punto.

Si les ofreces un espacio a los hombres para ser vulnerables, y das un modelo de masculinidad que sea más gentil y sensible, notarás que se comportarán diferente en ese espacio. Creo conocer la forma en la que un hombre puede hablar con un grupo de amigos o con gente nueva —jugando el típico papel confiado, obstinado e incluso un poco misógino— y no es el mismo a cuando hablamos uno a uno.


Lea también:


Sabemos que hay hombres que se resisten a la idea del patriarcado y las formas en las que este es una mierda, pero decidimos abandonar estas relaciones porque las vemos como algo problemático. Sin embargo, todo el peso recae en las mujeres y las personas marginadas. Ellas son las que se ven forzadas a tener estas conversaciones con los hombres, en vez de nosotros responsabilizarnos por eso. Tiene que haber una forma en la que podamos invitarlas a la conversación y escucharlas.

Esto puede ser peligroso: que haya grupos que afirmen ser espacios para hombres, pero terminen siendo el mismo activismo de derechos para hombres de siempre. La narrativa entonces se convierte en la de una masculinidad en riesgo, y que no podemos ser nosotros mismos porque estamos siendo vigilados por feministas. Dicen que si vamos a hablar sobre igualdad de género y violencia, tenemos que hablar de la agresión contra el hombre, la violencia doméstica contra el hombre, los hombres siendo encarcelados en tasas más altas que las mujeres, y los hombres muriendo por suicidio. Podemos tener esas conversaciones, pero la realidad de una falta de igualdad bajo el patriarcado tiene que ser articulada muy claramente. También hay mucha desinformación que crea estas mentalidades, y de esto se alimentan todos estos grupos.

Publicidad

Al mismo tiempo, tenemos que tolerar menos a las personas que expresen mensajes de odio. No tenemos por qué soportarlo. Pero podemos crear espacios que generen roles masculinos más sanos.

Esas son las conversaciones que los hombres deben tener; poder entrar a un espacio en el que puedan decir, 'OK, tal vez mi idea de identidad está envuelta en un sistema de poder del cual no quiero hacer parte'

Una masculinidad sana no es fácil de definir, y distinguir entre que es —y no es— tóxico puede ser difícil. Recuerdo que unos de los mejores momentos de mi vida los pasé en el colegio, en el equipo de fútbol. Me encantaba lo agresivo que era, y cómo nos dábamos ánimos los unos a los otros, y nos alistábamos con música violenta y a todo volumen. Nos pegábamos con nuestros cascos, salíamos a las canchas y nos lanzábamos todos contra todos. Sí, en mi juventud, más pequeño, me gustaba eso. ¿Puede una masculinidad tóxica maniobrar en una cultura como esa? Claro que sí. Tenemos que reconocer que muchos espacios para solo hombres, como los equipos deportivos, nos son seguros para todos los hombres.

La cultura deportiva es un atajo para expresar la masculinidad tóxica si esta resulta excesivamente violenta, si menosprecia tu salud o la salud de otros. Esa es la línea que hay que marcar. Creo que hay forma de mantenerse dentro de unos límites y aún poder gritar y gruñir y boxear. Solo es tóxico cuando olvidamos las maneras en las que estas ideas hacen daño a otras personas de formas desiguales y muy serias. Creo que se vuelve tóxico cuando empezamos a defender la idea de masculinidad por encima de la experiencia de sufrimiento de otra persona.

Esas son las conversaciones que los hombres deben tener; poder entrar a un espacio en el que puedan decir, 'OK, tal vez mi idea de identidad está envuelta en un sistema de poder del cual no quiero hacer parte'. Ese es un paso hacia una masculinidad más sana. Eso, y saber que puedes equivocarte. Creo que si alguien te dice que estás equivocado porque estás lastimando gente, tienes que escuchar. Eso no es solo una opinión.

Estoy convencido de que los hombres deben expresar sus ideas de masculinidad, siempre y cuando estemos abiertos a la posibilidad de que estas sean perjudiciales.