Imagen vía Daniel Melchor
Lo último que supo Diego Castro de Juan Carlos Álvarez, uno de sus mejores amigos, es que se encontraba debajo de los puentes que se derrumbaron dentro del Tecnológico de Monterrey, una de las escuelas privadas más conocidas de México."Creo que estaba debajo de los puentes que se cayeron. Era uno de mis mejores amigos,también amigo de mi familia. Lo admiraba mucho", lamentó el joven de 17 años.
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A Diego, el temblor los sorprendió en el cuarto piso, mientras tomaba clase de historia. Primero se replegó a las paredes, pero quiso correr cuando el techo comenzó a desmoronarse. El llanto de los demás lo contagió pronto."A un compañero le cayó un pedazo de techo en la cabeza. Fue una impresión muy grande. Cuando logramos salir, sólo se veían escombros", relató. Sin embargo, piensa que las autoridades del Tecnológico de Monterrey pudieron actuar más rápido para rescatar a su amigo Juan."Sinceramente creo que el Tec pudo haber hecho más. Entiendo que es una situación extraordinaria, fuera de control, pero quizá pudieron haber sido más rápidos", dijo.Pese a que dentro de este plantel educativo, ubicado al sur de la Ciudad de México, estudiaban 8 mil personas, según la propia institución el saldo del temblor de 7.1 grados del 19 de septiembre fue de 5 muertos y 40 heridos.
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Para Fernanda, estudiante de 16 años, el peor momento fue presenciar cómo las escaleras se partían mientras ella intentaba bajarlas desde el segundo piso, pocos minutos después de haber comenzado a tomar su clase de inglés."Todos estaban gritando. Logré ayudar a una compañera que se le había caído un fierro en la cabeza. Estaba sangrando", relató.Desde la mañana de ayer, varios alumnos y padres de familia se amontonaban en los accesos del plantel educativo para ver si podían ayudar en algo.También, el Tecnológico de Monterrey confirmó haber terminado las labores de rescate, es decir, que no quedaban más personas atrapadas entre los escombros. Además, estaban analizando la posibilidad de derrumbar por completo los edificios que quedaron dañados. Desde el exterior es posible observar los edificios repletos de boquetes de gran tamaño en los muros.Algunos estaban desesperados por la falta de comunicación que ha habido por parte de las autoridades. Sucede que el Tec de Monterrey, a diferencia de otras zonas derrumbadas, no permite el acceso a medios de comunicación a sus instalaciones."De lo que menos hemos escuchado en las noticias es del Tec", dijo Carlos Montiel, padre de una alumna que asistió al lugar para recibir información, pero sin éxito. "Me extraña que no quieran dar información", dijo.
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