"En México hay una guerrilla recurrente desde hace 45 años"

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"En México hay una guerrilla recurrente desde hace 45 años"

Laura Castellanos habla sobre lo que ha visto como reportera experta en el tema de movimientos radicales: la guerrilla, el movimiento magisterial y la impunidad en México.

El 19 de abril de 2015, un hashtag tomó por sorpresa al gobierno mexicano: #FueronLosFederales escalaba rápidamente en la lista de etiquetas más mencionadas por los usuarios de Twitter y seguido de esos 19 caracteres venía un alud de críticas a la administración de Enrique Peña Nieto.

Sorpresivamente, la red social se había convertido en una arena de protesta que exigía la renuncia del presidente y la raíz era una investigación periodística que reconstruyó lo que muchos llamaron un "crimen de Estado": la Policía Federal había asesinado a 16 civiles en Apatzingán, Michoacán, y creó un montaje para engañar a la población y decir que fue un enfrentamiento contra miembros del crimen organizado.

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Aquel fue un trabajo de diez días en uno de los territorios más peligrosos del país, durante los cuales la autora se movió con sigilo para recopilar decenas de testimonios grabados que le permitieran explicar uno de los episodios más negros de las instituciones policiacas en el actual sexenio.

La mujer que puso en peligro su integridad para contar la historia de aquellas ejecuciones extrajudiciales se llama Laura Castellanos y, frente a mí, su apariencia parece más la de una maestra de Historia que la de una reportera que se atreve a moverse por donde muchos no podrían ni un pie.


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Pero esos lentes de pasta, la blusa blanquísima, el tono de voz pausado frente a una taza de té, son engañosos: Laura arriesga tanto en cada texto, que su círculo cercano sabe que si ella está sumergida en una investigación es porque trae una carga explosiva que puede causar un sismo con epicentro en alguna oficina del gobierno de México.

Es una veterana en contar historias que incomodan al poder: ha escrito largamente sobre el movimiento zapatista en México, las autodefensas en Michoacán, la guerrilla en el sureste mexicano, la impunidad de las Fuerzas Armadas. Pero sobre todo, Laura es un tipo de reportera que parece estar en peligro de extinción en la era de las redes sociales: ella se empolva la ropa yendo a donde están las historias que la han hecho una especialista en los movimientos radicales en México.

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De ese reporteo surgió la que probablemente sea su obra más famosa: México armado 1943-1981, un libro que relata cómo surge la lucha armada en el país del siglo pasado y cómo el gobierno mexicano aplastó a los movimientos populares.

El libro fue escrito a lo largo de 10 años y se publicó por primera vez en 2007, meses después de que el grupo guerrillero Ejército Popular Revolucionario (EPR) hiciera explotar varios ductos de Pemex para exigir la libertad de presos políticos arrestados durante el gobierno del presidente Felipe Calderón.

Ahora, este miércoles 13 de julio, a las 7 de la noche en Mérida 4, colonia Roma, Laura Castellanos presentará el lanzamiento de la edición de bolsillo de México armado. Y lo hace a un mes de la masacre de Nochixtlán en Oaxaca, como si el libro estuviera destinado a aparecer cada vez que la sociedad discute cómo el gobierno mexicano busca terminar con las revueltas sociales.

"El libro narra cómo fue destrozada una generación que decidió enfrentarse a un Estado irónicamente surgido de una revolución", dirá Laura Castellanos, sentada frente a mi, con una copia del primer ejemplar de México armado.

A unas horas del relanzamiento de su libro, Castellanos acaba de ser invitada por el Gobierno de Suecia a la celebración del 250 aniversario del Acta de Libertad de Prensa Sueca. Este evento hará un tributo a todas las mujeres periodistas "quienes desafían los discursos de odio y amenazas, persiguiendo su misión de proveer a los ciudadanos de información necesaria para hacer decisiones sobre sus vidas, sus comunidades, sus sociedades y sus gobiernos". A este acto también asistirán otras periodistas de la talla de Christiane Amanpour, Svetlana Aleksijevitj, Barkha Dutt.

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Laura Castellanos habla para VICE sin tapujos sobre lo que ha visto como reportera experta en el tema de movimientos radicales: la guerrilla, el movimiento magisterial, la impunidad en México, 2018…

VICE: Laura, ¿por qué relanzar México armado en estas circunstancias para el país? ¿hay similitudes entre lo que pasaba en 2007, cuando se publica el libro por primera vez, y lo que estamos viendo hoy?
Laura Castellanos: El proceso de elaboración fue de 10 años y el libro fue rechazado por dos grandes editoriales. Me tardé tres años en que fuera publicado. En aquel entonces, en 2006, se estaba realizando "La otra campaña" por parte del Subcomandante Marcos con el EZLN recorriendo parte del país para registrar todas aquellas demandas de movimientos populares. Y en 2007, cuando presentamos el libro, cinco meses antes el EPR realiza los bombazos en Pemex, para exigir la presentación de sus dos líderes fundadores ¡Lo sorprendente es que nueve años después esas dos organizaciones se están visibilizando de nuevo!

¿La guerrilla y los movimientos armados siguen en México?
Tu míralo en quienes están apoyando al movimiento magisterial: por un lado, el EPR ha manifestado en comunicados o ha llamado al magisterio a que opte por la defensa armada y el EZLN ha donado diez toneladas de víveres en apoyo al movimiento..

El EPR es una guerrilla histórica, data de mediados de siglo pasado, ¿hay diferencias entre aquellos grupos y los que actualmente están en Oaxaca, Guerrero, La Huasteca?
Los conceptos siguen vigentes. Lo que hay son relevos generacionales. Es importante comprender que los movimientos guerrilleros pueden actuar de distintas maneras, no únicamente significa que haya focos guerrilleros armados recorriendo la sierra, sino que, por ejemplo, en el caso del EPR hay una estrategia de guerra popular prolongada que tiene periodos en los que simplemente hay un repliegue y hay un crecimiento en silencio.

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¿Tú crees que estén acumulando fuerza para estallar pronto?
Por supuesto, aunque yo no sé si para estallar pronto o más adelante. No nos debe extrañar que ellos puedan surgir con alguna acción de impacto, o que su estrategia ahora sea la de la penetración a determinados movimientos populares para desde adentro llevar a una concientización o ideologización. Utilizan distintos tipos de tácticas.


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Hablemos de Nochixtlán y de lo conveniente que es que salga el libro cuando estamos discutiendo este tema, ¿ves algo de estas guerrillas, de estos grupos, en lo ocurrido en Oaxaca?
En días pasados salió una nota de Arturo Cano, reportero de La Jornada, en donde más bien identifica a civiles que actuaron como paramilitares. Fueron provocadores, lo cual no sería para nada extraño, porque eso ha sucedido también en otros momentos en los que de pronto aparecen civiles que lo que buscan es atizar y justificar una represión. Recuerdo, por ejemplo, cuando iniciaba el sexenio de Peña Nieto y hubo un ataque a Palacio Nacional, donde se ubicó a civiles que aventaban bombas molotov y se les identificó como infiltrados. Así es como se justifica la represión. Por ejemplo, en Apatzingán también se habla de que hubo civiles armados portando armas de otro calibre para que otros policías pudieran disparar y así justificar que había heridos con distinto calibre de armas.

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Esa es una táctica vieja del gobierno. Cuando uno lee tu libro, se da cuenta de que se reciclan argumentos. Una de las cosas que me ha llamado mucho la atención es cuando el entonces secretario de Gobernación, Moya Plasencia, dice que en México no hay desaparecidos y que los presos políticos son terroristas o reventadores, ¿hay diferencias entre los argumentos de los antiguos gobiernos y los gobernantes de ahora?
No, porque en el poder está la misma oligarquía de entonces. Muchos de los que fueron victimarios en ese entonces, hoy están en la estructura militar. Esa pregunta me la habían hecho ayer: si actualmente es un momento propicio para que surgiera la guerrilla y yo comentaba que hay una "guerrilla recurrente"como la llamó el escritor Carlos Montemayor, desde hace 45 años. En el libro, y eso es lo que me parece más revelador, tú vas a encontrar que desde los años 40 un tal Rubén Jaramillo hizo el primer grupo de autodefensa de este país y vas a encontrar cómo se repite una y otra vez la actuación del poder para sofocar un movimiento de oposición

Es así: surge un movimiento de oposición que recurre a la vía legal y hay una cerrazón por parte del gobierno. El movimiento de oposición — sea campesino, estudiantil, académico — agota las vías jurídicas y llega a un proceso de radicalización en la que puede haber algún tipo de lo que llaman acciones de desobediencia civil como marchas, mítines, largas caminatas, cerrar alguna carretera y, de pronto, empieza una estrategia mediática de desprestigio de los líderes y de lo que actualmente llamamos criminalización del movimiento.

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Entonces viene una estrategia de cooptación, de división, de detención de líderes y en algún momento, viene la represión.

Parece una receta…
¡Es una receta!

¿Y por qué no ha cambiado? ¿seguimos siendo el mismo país que hace décadas? ¿no hemos avanzado en exigir al gobierno apertura y diálogo?
Esto ha sucedido a lo largo del siglo pasado porque en México, después de la "guerra sucia" no han sentado en el banquillo de los acusados a los militares porque siguen en la misma oligarquía gobernando a este país. Entonces, la impunidad lo que va a generar es que se vayan acumulando los agravios, las violaciones de lesa humanidad en contra de la sociedad mexicana. Y lo más sorprendente es que con la entrada de Peña Nieto ahora tenemos toda la tecnología para registrar mejor las violaciones a los derechos humanos y ver casi en tiempo real algo como lo que sucedió en Nochixtlán. Y lo que vamos a observar es que crece el grado de letalidad de las Fuerzas Armadas a lo largo de estos últimos 45 años, sobre todo en los últimos tres años del gobierno de Peña Nieto. Estamos hablando de Tlatlaya, Ayotzinapa, Apatzingán, Tanhuato, Oztula y ahora Nochixtlán. Y no pasa nada.


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¿Ahí qué papel juegan los medios? Los medios tradicionales, industriales, pueden ser un gran aliado de un gobierno que busca impunidad a toda costa.
Me parece que ahora ellos se han dado cuenta de que no tienen el control como lo tuvieron antes. Estos días se conmemora el golpe al periódico Excélsior en el que un Estado pudo dar un manotazo y provocar la salida de periodistas críticos. Ahora, aunque hay actos de censura, no pueden tapar la información.

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Después de lo que sucede en Nochixtlán, otros movimientos sociales se manifiestan a favor del magisterio y, por ejemplo, en el caso de Oaxaca tocaron algo profundamente sensible como es el que las comunidades indígenas decidieron apoyar el movimiento, porque las víctimas son de la comunidad. Esto no calculó el gobierno mexicano: que se active en Oaxaca y Chiapas un movimiento de apoyo a los maestros, quienes tienen un apoyo social muy importante. El EZLN tiene una visibilidad que no tenía y el EPR aconseja una autodefensa armada. Esto no significa crear focos guerrilleros, sino que para ellos esto es una guerra y tienen que estar listos para todo.

¿Y cómo entendemos hoy a esas guerrillas en los tiempos del narco en México? Muchos de los grupos subversivos están donde los cárteles tienen una fuerte presencia, ¿son aliados o enemigos?
Hasta donde sé, a diferencia de otros casos latinoamericanos, como las FARC y sus pactos con el narcotráfico, en México la guerrilla es sui géneris. Es una guerrilla nacionalista y no se ha demostrado que tenga vínculos con el narcotráfico. En realidad, la actuación de los cárteles ha dificultado la actuación de agrupaciones guerrilleras en el país, como en Guerrero. Eso hace que los movimientos populares tengan un frente más de cual deban cuidarse cuando hacen acciones de propaganda o de reclutamiento. Probablemente por eso hemos visto más a la guerrilla en comunicados de papel que en la acción.

Pareciera que al gobierno le conviene más tener cárteles en esas zonas, que movimientos sociales subversivos…
Por supuesto. El uso de grupos criminales como células paramilitares ya se ha usado antes, por ejemplo, en Chiapas, donde grupos armados acosan, agreden, ejecutan a integrantes de comunidades zapatistas y de ese modo tienes a gente de la misma región actuando como un controlador de territorio. Y también existe la estrategia de contrainsurgencia geopolítica: se sabe que en los años 70, se usó la estructura de Inmecafé (el Instituto Mexicano del Café) para penetrar en las comunidades y ubicar a los líderes sociales. Hoy las organizaciones guerrilleras tienen más dificultades para moverse y eso las ha hecho recurrir a otras estrategias e, incluso, se han desplazado a otros territorios…

¿Cuáles son esos nuevos territorios?
Por ejemplo, a la zona conurbada del Valle de México, puede ser…

Y ante este escenario, ¿qué perspectiva tienen los movimientos sociales, armados o no armados, en México?
En un escenario de convulsión en el que el grado de impunidad crece, con un Estado que desprecia las recomendaciones de organismos internacionales de derechos humanos, la violencia institucional genera más violencia popular. Me parece muy atinada la última frase de la contraportada de libro México armado: "sólo tomando el pulso del pasado, podremos adivinar lo que nos espera en el futuro". Y de ahí la importancia de releer lo que pasó en el país hace unas décadas. Y es tan reciente que muchos protagonistas siguen vivos.

¿Es 2018 un año para ver la explosión de los movimientos guerrilleros?
Es curioso que en México los movimientos guerrilleros no han saboteado las elecciones. Incluso, a veces se manifiestan por una conciencia, a la hora de votar a un candidato. Yo no diría que hasta el 2018, creo que con la entrada de Peña Nieto emergen en el escenario mexicano expresiones de violencia popular que antes no teníamos, como las autodefensas y grupos ligados al anarquismo. Creo que después de Ayotzinapa yo no me esperaría a 2018, yo diría que ya estamos en el curso de un acontecimiento generado por la violencia y la impunidad.

¿Qué te gustaría que le dejara tu libro a alguien que lo lee por primera vez?
Me gustaría que el libro ayude a las nuevas generaciones a comprender las razones de por qué vivimos en un país de masacres y desapariciones forzadas. En la dedicatoria pongo que es para todas las generaciones post 1968. Me encanta cuando un millennial me dice que lo ha leído y ha inspirado obras de teatro, performance, documentales, tesis. Los que más me buscan son estudiantes y algo les toca en la fibra interna y el primer sentimiento que me comparten es de sorpresa e indignación por lo que pasa en su país.