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Viajes

Frutas y cocaína

El puerto italiano de Gioia Tauro se ha convertido en un puente entre los cárteles mexicanos y la ‘Ndrangheta calabresa.

Además del tráfico de cocaína, en Gioia Tauro también se producen naranjas. Fotos por Tommaso Parrillo.

La primera vez que visité Gioia Tauro fue en enero de 2010. Acababa de pasar la revuelta de inmigrantes en Rosarno y yo había viajado hasta Calabria, en Italia, para cubrir lo que estaba sucediendo en aquel lugar aparentemente olvidado por todos, que repentinamente aparecía en la primera página del New York Times. Cientos de inmigrantes africanos que se dedicaban a la pisca de frutas, se habían levantado para protestar por las pésimas condiciones de trabajo, el racismo que sufrían de parte de los italianos de la zona y el reciente ataque a uno de los trabajadores. Las protestas se tornaron violentas; más de mil inmigrantes fueron expulsados de la ciudad y las frutas se pudrieron en los árboles sin ser cosechadas.

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La llanura de Gioia Tauro es un pequeño valle, justo en la punta de la bota de Italia, entre las montañas y el mar, lleno de árboles y bodegas; según datos de la Unión Europea es una de las zonas más pobres en todo el continente. En los sesenta se construyó un gigantesco puerto marítimo comercial en Gioia Tauro, a diez kilómetros de Rosarno, como parte de un plan para reactivar la economía del sur de Italia; el objetivo era convertir la región en un importante polo comercial. El fracaso de este programa se nota a primera vista, la zona está repleta de puentes, túneles y carreteras inconclusas. Gioia no es una ciudad particularmente bonita ni próspera; es el clásico pueblo italiano montado sobre una larga y polvorienta carretera, con casas de ladrillo a ambos lados, muchas de ellas a medio construir.

El principal producto local de la región son las naranjas, cultivadas principalmente por los inmigrantes africanos. Según las últimas investigaciones policiales, el segundo producto más importante de la zona es la cocaína.

El puerto funciona hoy como un punto de tránsito para productos industriales entre Calabria y Medio Oriente. Pero también funciona como puerto de entrada para las drogas que los cárteles mexicanos mueven hacia Europa.

Para entender mejor el tráfico que sucede en esta región, entrevisté a la periodista mexicana Cynthia Rodríguez, quien desde 2006 vive entre México e Italia, donde junto a la Asociación Libera, realizó recientemente una investigación sobre la relación entre los cárteles mexicanos y la mafia italiana. El resultado fue su libro Contacto en Italia: el pacto entre los Zetas y la ‘Ndrangheta.

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“Al contrario de lo que se piensa, esta relación entre los cárteles y la ‘Ndrangheta nace casualmente. Nace en Nueva York cuando la familia Schirripa, una familia calabresa instalada desde hace tiempo en Estados Unidos, comienza a tener problemas con sus distribuidores habituales de cocaína”, me explicó Cynthia. “Es a raíz de este acontecimiento que la familia Schirripa se acerca a los Zetas, quienes les ofrecen un cargamento de droga sin nada a cambio, para demostrar que son de confianza. Los mexicanos estaban intentando abrir una nueva ruta, Estados Unidos estaba ya saturado y era necesario apuntar hacia Europa”.

Se esperaba que esta región fuera una próspera zona industrial.

Hoy los cárteles mexicanos se han multiplicado y disponen de armas norteamericanas. “La relación con la ‘Ndrangheta es sólo una parte de las relaciones que estos narcos han establecido. La siguiente pregunta es: ¿por qué la presencia en América Latina de todas estas armas fabricadas en Estados Unidos? ¿Quién se las suministra? Muchos de los capos viven en EU. Muchos han declarado que los norteamericanos sabían de sus negocios. Entonces, ¿cuáles son los intereses respecto a este tráfico internacional?”

Cynthia viajó a Italia por primera vez en 2006, poco después de que el entonces presidente Felipe Calderón iniciara su guerra contra el narcotráfico en México. “Vine a Italia como periodista porque me interesaba explorar la relación entre los cárteles y la mafia siciliana, la Cosa Nostra. Me di cuenta de que nadie estaba hablando o escribiendo nada sobre la ‘Ndrangheta, de Calabria, y su relación con los traficantes mexicanos. Fue por eso que decidí ir a Calabria. Pronto me di cuenta de que era una situación completamente diferente, y empecé a estudiar Solare, la primera investigación que llevó a cabo la DEA sobre la relación entre los carteles y la ‘Ndrangheta”.

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A diferencia de otros puertos como los de Rotterdam y Nápoles, el de Gioia Tauro, con sus cuatro kilómetros de embarcadero, es mucho más modesto. Eso ha propiciado que se convierta en uno de los puntos de tráfico de cocaína más importantes en Europa. Estas organizaciones han establecido fuertes lazos con la ‘Ndrangheta, han logrado zafarse del poder de la mafia vecina, la Camorra napolitana.

Ya en 1996 el jefe Piromalli, de una de las familias de la ‘Ndrangheta local, decía: “Nosotros tenemos el pasado, el presente y el futuro”. Y en efecto, las bandas de delincuentes y las otras familias implicadas en el tráfico de drogas y armas continúan, sin inmutarse, desarrollando su actividad delictiva gracias a las raíces del pasado, la fuerza del presente y los grandes objetivos propuestos para el futuro.

A pesar de su fuerza, en tiempos recientes la policía y el poder judicial han intentado combatir más agresivamente los negocios de las bandas criminales en la región. El golpe más reciente sucedió en febrero de este año, con la sentencia del proceso conocido como Crimen 3, que dio 265 años de cárcel a diversos miembros de las familias (las unidades básicas de la ‘Ndrangheta, conocidas como ‘ndrine) que operan entre Rosarno, Gioia Tauro, Gioiosa Jonica y Reggio Calabria.

“Gioia Tauro ha sido siempre un lugar con una altísima densidad criminal”, me explica Giuseppe Creazzo, fiscal de Palmi (otro municipio de Calabria) con la voz de quien mastica estas historias a diario desde hace años. “El poder de las familias de Rosarno y Gioia Tauro han crecido muchísimo gracias a la construcción del puerto”. El puerto tendría que haber impulsado la economía calabresa junto a un espectacular parque industrial que nunca fue completamente terminado. “Una decisión que ha ayudado a las ‘ndrine de la región a pasar de una criminalidad interesada sólo en los negocios locales, a grandes familias con miras a gestionar grandes flujos de dinero provenientes de las actividades legales e ilegales desarrolladas en el puerto”, añade Creazzo.

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Por este puerto pasan anualmente más de tres millones de contenedores y trabajan una gran cantidad de calabreses que no tienen nada que ver con actividades ilegales, sin embargo, diversas ‘ndrine se han infiltrado para controlar no sólo el tráfico ilícito, sino también el legal. “A veces lo consiguen gracias a la complicidad de las administraciones públicas, de la política y de los funcionarios”, explica Creazzo. Añade que a los negocios criminales operados por las ‘ndrine hay que sumar el contrabando de productos realizado en complicidad con las mafias chinas, que se han convertido en un negocio altamente rentable, incluso más que la droga.

Regresando al tema del tráfico de drogas provenientes de México, le pido que me explique el tipo de producto que pasa por el puerto. “Estamos hablando de cocaína pura”, responde sin dudarlo y me explica qué por cada kilogramo incautado por la policía se estima que pasan por lo menos diez, y que las rutas para el tráfico varían constantemente: “Consiguen cambiar de ruta en base a los controles y, en consecuencia, a la facilidad o dificultad para introducir la droga”. Justo después se despide con prisa y se disculpa, ya que debe ir al tribunal para asistir a un juicio por homicidio.

Además de la ya mencionada familia Piromalli, originaria de Gioia Tauro y que desde principios de los años setenta controla buena parte de la actividad del puerto, destacan sobre todo las familias Pesce y la Bellocco, las ‘ndrine originales de Rosarno.

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El paisaje de Rosarno está formado por casas de dos pisos, con paredes de ladrillo y rejas, a muchas les faltan techos o parecen estar a medio construir. Aquí las dos ‘ndrine se han aliado para controlar toda la actividad criminal del valle, desde el tráfico de droga hasta la extorsión. Giuseppe Pignatone, fiscal de Roma, explicó que Rosarno cuenta con 15 mil habitantes, 250 de ellos están afiliados formalmente a la ‘Ndrangheta. Hay también un grupo numeroso de simpatizantes entre familiares, amigos y un “área gris” de personas interesadas en pertenecer a esta organización. Las familias tienen un control casi total del territorio.

En febrero de este año, la fiscalía de la Región de Calabria pidió 800 años de cárcel para 64 miembros de estos grupos. Este juicio, conocido como All inside, fue posible gracias a una joven morena de ojos enormes, quien formaba parte de la familia: Giuseppina Pesce. Arrestada en 2010, decidió colaborar con los policías que se ocupaban del caso. Esto es algo excepcional, y obviamente tiene miedo, porque traicionar a la familia es como echarte una soga al cuello. Son muy pocos los miembros de la mafia que deciden colaborar con la policía y es aún más raro que sean mujeres y tengan un rol importante dentro de las familias.

Giuseppina habló del papel de todos los miembros de la familia Pesce y la Bellocco. Reveló las relaciones con Milán y los grupos del norte (como se vio con el arresto de Domenico Zambetti, consejero de la Región Lombardía acusado de comprar votos para la ‘Ndrangheta), y hasta con los equipos de futbol locales. Es precisamente en Milán, la capital económica de Italia, donde la familia Pesce controla el barrio de Quarto Oggiaro, en Comasina, y gestionan con otras familias, entre ellas la Bellocco, el tráfico de estupefacientes que circula por las calles de la movida milanesa y parte del resto de Lombardía y Suiza.

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La policía estima que por cada kilogramo de coca incautado pasan por lo menos otros diez.

La declaración de Giuseppina es amplísima. Más de mil páginas que describen la organización de forma detallada: la familia Pesce (así como la Bellocco) disponen de numerosos “vagos” —gatilleros sin un rol destacado dentro de la jerarquía— a los que les asignan diferentes tareas, como sacar los cargamentos de droga del puerto y transportarlos hasta donde están los regentes de las familias.

Para tener un panorama más amplio de la situación fui a hablar con Claudio La Camera, autor de numerosos libros sobre la ‘Ndrangheta, e investigador de la Fundación de Estudios sobre el Crimen Transnacional de la región de Calabria. La Camera también es el titular del Observatorio sobre las Medidas de Prevención y del Crimen Organizado de la Región de Calabria, y director del Museo de la ‘Ndrangheta hasta el 2012.

La última vez que hablé con él fue en un tren de camino a Palermo, y rechazaba la idea de que la solución del problema se concentrara solamente en las relaciones entre las tres principales familias que operan en el valle: Pesce, Bellocco y Piromalli. “La cuestión es cada vez más compleja. El puerto de Gioia Tauro es un puerto donde se puede descargar la mercancía de un buque de carga a la máxima velocidad posible, lo que lo hace potencialmente más productivo. Claramente —como en otros puertos europeos— es un lugar importante para el tráfico de sustancias ilegales, pero respecto a otros puertos alemanes o españoles, Gioia Tauro dispone de mayor seguridad. Ahí se realizan hasta 500 controles al mes sin interferir en la actividad comercial diaria”. Claudio no cree que el puerto de Gioia Tauro sea una especia de fuerte sin ley.

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Le pregunto cómo es entonces que con tantos controles, tan sólo diez por ciento de la droga que pasa es incautada, a lo que me responde exaltado: “La única verdad es que si no fuera por la complicidad de la población, estas familias no podrían operar. Si no hubiera profesionales, tecnócratas y burócratas que se hacen de la vista gorda, y una sociedad civil que guarda silencio, la ‘Ndrangheta no podría continuar con este tráfico”. Y agrega: “Todo esto nos ha llevado a una mutación de la ‘Ndrangheta y el narcotráfico. Se piensa en las pequeñas familias, en los pequeños cárteles, pero ahora es más evidente que nunca que el mercado de la droga es un mercado global constituido por grandes cárteles criminales, en los que participan mafias de distintas procedencias y actores comerciales en los que la mafia no tiene necesariamente un rol predominante. Es una nueva mafia transversal que tiene como denominador común el dinero”.

También es una red global, que relaciona diversos intereses de diferentes países y que ha conseguido mover una inmensa cantidad de droga a través de los puertos. El caso de Crimen 3 ha evidenciado, una vez más, cómo las ‘ndrine de la zona de Gioia Tauro y Gioiosa Jonica, y sus hombres en Nueva York han establecido estrechas relaciones con los cárteles mexicanos como el del Golfo y con los Zetas para hacer llegar la droga desde América Latina a Estados Unidos y Europa, no sólo a través de Italia, sino también por España y Alemania.

Respecto a la situación desde el lado mexicano, Cynthia Rodríguez me explica que “a pesar de que existen muchas investigaciones sobre la relación entre los cárteles y la ‘Ndrangheta, la situación en México ha cambiado. Hay más cárteles que tienen relación con diferentes familias relacionadas con la mafia calabresa; es mucho más fragmentado”.

Las dinámicas de las que habla Cynthia han sido probadas, en primer lugar con la operación Solare, en 2008, y ahora con la investigación Crimen 3. Esta investigación ha demostrado también que el mercado y el tráfico ilegal de drogas en Italia no sufre de rivalidades locales. Las familias se perdonan cualquier cosa por dinero.

Según las investigaciones recientes, una de las principales compañías involucradas era la Diamante Fruit, empresa que transportaba fruta y cocaína proveniente de América Latina. ¿La familia detrás de todo esto? Los Pesce. Así, al final, todo regresa a la llanura de Gioia Tauro, y a estos pueblos que llegarían a ser un símbolo de desarrollo, progreso e industrialización de Calabria, pero que por la corrupción, el miedo y el silencio complaciente, se han convertido en una de las zonas más pobres de Italia.

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